Explorando el Teatro y la Historiografía en la Antigua Roma: Autores y Obras Clave

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El Teatro Romano: Orígenes y Evolución

El teatro, como género literario, surgió en la antigua Grecia. En Roma, la primera noticia que se tiene de una representación teatral es la de un drama griego traducido y adaptado por Livio Andrónico en el 240 a.C.

Elementos Itálicos Precursores del Teatro Romano

  • Cantos Fesceninos: Versos y bailes interpretados por danzarines disfrazados de tono picante, a menudo improvisados y con carácter burlesco.
  • Mimo: Dramatizaciones callejeras sin palabras, en las que participaban actores disfrazados, centradas en la expresión corporal y la pantomima.
  • Atelanas: Representaciones de farsas populares en las que aparecía una serie de personajes fijos y estereotipados, como Maccus, Buccus, Pappus y Dossenus.

La Comedia Latina: Plauto y Terencio

El gran introductor en Roma de la comedia de enredo y amorosa fue Plauto, quien empleaba la técnica de la contaminatio, que consistía en mezclar en una obra argumentos y personajes de diferentes comedias griegas.

Las comedias se iniciaban con un prólogo, en el que uno de los personajes exponía los antecedentes al público y explicaba lo que iba a ocurrir. A veces, el enredo era tan mayúsculo que, para resolver la trama, el autor hacía aparecer al final a una divinidad que aclaraba el embrollo (el famoso Deus ex machina).

Tras Plauto, el principal comediógrafo latino fue Terencio. Sus obras son más amables y delicadas que las de Plauto, caracterizándose por un estilo más pulido y una mayor profundidad psicológica de los personajes.

Paralelamente a lo sucedido con la tragedia, también la comedia, a partir del siglo I a.C., inició una decadencia de la que no se recuperaría.

La Historiografía Romana: Cronistas y Pensadores

La historiografía, como género literario, surgió en Grecia. De ahí que los primeros historiadores romanos, conocidos como los Annalistas, escribieran sus obras en griego.

Esta primera etapa adolecía de dos defectos principales: un relato de los orígenes de Roma extremadamente confuso y una marcada parcialidad aristocrática y nacional, acorde con el ideal de expansión de la República romana.

El primer historiador en lengua latina fue Casio Hemina.

Historiadores de la Época Clásica: César y Salustio

Salustio

Las principales obras de Salustio son: La conjuración de Catilina, La guerra de Yugurta y las Historias.

Sus características distintivas incluyen la veracidad en la narración de los hechos, la profunda indagación de las causas de los acontecimientos y, en cuanto a su estilo, el intento de dar a su lengua un colorido arcaico, buscando emular a los historiadores griegos.

Julio César

Además de sus dos grandes obras históricas, el De bello Gallico (sobre la Guerra de las Galias) y el De bello civili (sobre la Guerra Civil), la producción literaria de Julio César abarca otros géneros.

En lo referente a las fuentes, César habla de aquello que él mismo ha visto; pero, en cuanto a la veracidad, se plantea la cuestión de si César utiliza su obra para justificar su actuación política y su guerra contra Pompeyo. Por eso, César se caracteriza por la voluntad de parecer, que no ser, objetivo.

Además de sus dos grandes obras históricas, también se le han atribuido el Bellum Alexandrinum, el Bellum Africanum y el Bellum Hispaniense, aunque su autor fuera Hircio.

Grandes Historiadores Posteriores: Tito Livio y Tácito

Tito Livio

La gran obra de Tito Livio fue Ab Urbe Condita (Desde la fundación de la Ciudad), en la que pretendió recoger la historia de Roma desde su fundación hasta el momento presente. De modo que Livio se vio obligado a aplicar un método histórico por completo diferente al de Salustio, centrándose más en la recopilación y organización de vastas cantidades de información.

Tácito

Tácito se propuso narrar en sus obras, principalmente las Historiae y los Annales, la evolución del sistema de poder creado por Augusto y la subsiguiente era imperial. En su obra se aúnan la historia y la retórica, con un estilo conciso y a menudo pesimista. Destaca también su Diálogo de los oradores.

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