Explorando la Sensación y Percepción Visual: Un Viaje a Través de los Sentidos
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Sensación y Percepción: Una Introducción
Las sensaciones, que incluyen olores, imágenes, sonidos, sabores, equilibrio, tacto y dolor, son los datos puros de la experiencia. Nuestros diversos órganos sensoriales son bombardeados de manera continua por fragmentos de información, que compiten por atención y entre sí mismos, con tan poco sentido como las piezas de un rompecabezas gigantesco. La percepción es el proceso mental mediante el cual esas piezas se clasifican, identifican y arreglan en patrones significativos. La sensación y la percepción son la base de la conciencia.
La secuencia de eventos que produce una sensación parece bastante simple. Primero, alguna forma de energía estimula una célula receptora en uno de los órganos sensoriales. El receptor envía la señal a lo largo de los nervios sensoriales al área apropiada de la corteza cerebral.
La energía que alcanza un receptor debe ser suficientemente intensa para tener un efecto perceptible. La intensidad mínima de energía física requerida para producir una sensación se denomina umbral absoluto.
La Visión: El Sentido Predominante
En el caso de los seres humanos, la visión califica como el sentido más importante. El 70 por ciento de los receptores sensoriales de nuestro cuerpo se localizan en los ojos.
La luz entra al ojo a través de la córnea, la cubierta transparente protectora que se encuentra en la parte frontal del ojo.
Luego pasa a través de la pupila, la abertura en el centro del iris, la parte coloreada del ojo. Ante la luz muy brillante, los músculos del iris se contraen para reducir el tamaño de la pupila, lo que protege al ojo y nos ayuda a ver bien en presencia de luz brillante. Dentro de la pupila, la luz pasa a través del cristalino, que la enfoca en la retina. El cristalino cambia de forma para enfocarse en objetos que están cercanos o lejanos; normalmente está enfocado a una distancia media.
Un punto en la retina, donde el nervio óptico abandona el ojo hacia el encéfalo, no tiene células receptoras: es lo que llamamos el punto ciego. Detrás del cristalino, se encuentra un punto deprimido llamado fóvea. La fóvea ocupa el centro del campo visual, y aquí las imágenes se enfocan de manera más nítida. Cuando deseamos examinar algo con detalle fino, lo acercamos a la fóvea.
Células Receptoras en la Retina
La retina de cada ojo contiene las células receptoras responsables de la visión. La retina contiene dos tipos de células receptoras, los bastones y los conos, nombres que obedecen a su forma característica. Los bastones responden a diversos grados o intensidades de luz y oscuridad, pero no a los colores; son los principales responsables de la visión nocturna. Los conos nos permiten ver colores así como luz y oscuridad. Los conos se encuentran sobre todo en la fóvea, la cual no contiene bastones. Los bastones predominan justo afuera de la fóvea. En los bordes extremos de la retina casi no hay conos y sólo se encuentran unos cuantos bastones.
Tanto los bastones como los conos se conectan con neuronas especializadas llamadas células bipolares, las cuales sólo tienen un axón y una dendrita. Las células receptoras fuera de la fóvea comparten información, lo que incrementa la sensibilidad a la luz pero reduce los detalles finos en la señal que va al encéfalo. Como resultado, la visión periférica es algo borrosa.