Explorando el Romanticismo Pictórico: Friedrich, Blake, Constable y Turner
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Plástica y Educación Artística
Escrito el en español con un tamaño de 3,94 KB
El Romanticismo Pictórico: Friedrich, Blake, Constable y Turner
Caspar David Friedrich (1774-1840)
Caspar David Friedrich (1774-1840) Friedrich pintaba en una habitación vacía porque, según su idea, el artista debía pintar también “lo que ve dentro de él”, algo que le acerca a Kant y su idea de lo sublime. En sus obras cobra especial importancia la Naturaleza. Con bastante frecuencia aparece un personaje en la soledad del campo, por ejemplo, en Atardecer en el bosque (1821). Quizás sus composiciones más conocidas son aquellas en las que aparece un hombre o mujer abismados ante el infinito de la creación, como en Luna saliendo a la orilla del mar (1822). Su rasgo más sobresaliente es la actitud contemplativa de la naturaleza, transformada en una entidad casi religiosa. Friedrich pintó paisajes dramáticos de poderosa inmensidad en que el hombre, afectado por un destino trágico.
Atardecer en el bosque (1821). Luna saliendo a la orilla del mar (1822). El caminante sobre la niebla (1818). El naufragio de la Esperanza (1824)
Pintura Romántica en Inglaterra
William Blake (1757-1827)
William Blake (1757-1827), poeta y grabador. Es una pintura de gran aliento que está influida por el manierismo, Miguel Ángel y el arte gótico. Sus temas son literarios: la Biblia, las obras de Shakespeare, la Divina Comedia y sus propios poemas. Se le considera predecesor del surrealismo.
Newton. 1785-1805. El Anciano de los Días. 1794
John Constable (1776-1837)
Con John Constable la pintura inglesa alcanzó la contemporaneidad a través del estudio del paisaje, llegando a acuñarse, gracias a su obra, el término "manera inglesa". Su verdadera vocación estaba enfocada al paisaje. Constable recorrió los paisajes británicos palmo a palmo con su caballete, gracias a su dominio del dibujo adquirido gracias a su formación en la Academia Real de Londres.
Para él, tiene gran importancia el claroscuro de la naturaleza, el cual utiliza de manera descriptiva diluyendo el color del fondo y jugando con los contrastes dramáticos entre luces y sombras. Se considera a Constable todo un maestro en el uso de la mancha a la hora de captar los volúmenes. Rebasada la década de los veinte del siglo XIX, puede considerarse que la obra de John Constable va dando un giro progresivo hacia una concepción mucho más melancólica y romántica del paisaje, dando como resultado una obra totalmente desposeída de cualquier rasgo de academicismo donde no se aprecia ni rastro de dibujo ni de manchas cromáticas, sino un juego diluido y expresionista de elementos.
La esclusa, 1824. El Molino de Dedham. 1820. La catedral de Salisbury 1823
Joseph Mallord William Turner (1775-1851)
Turner (1775-1851) En 1790, Turner se unió a una exposición de la Academia Real. Después de varios años viajando a Escocia, Suiza y Francia, estableció su propia galería en 1804. Turner viajó constantemente al sur de Europa, particularmente Venecia. Estaba fascinado e inspirado por los colores románticos. Le dio a sus obras una dimensión onírica, recurriendo a composiciones en espiral y elaborados empastes, prevaleciendo de manera absoluta el color sobre el dibujo. A simple vista algunas obras de Turner son pura abstracción, convirtiéndole en un académico a los 23 años. Sus últimas pinturas fueron denominadas rompecabezas fantásticos. Turner es un pintor romántico interesado en la filosofía sublime; retrata el asombroso poder de la naturaleza sobre el ser humano. Fuegos, catástrofes, hundimientos.
La obra emblemática Lluvia, vapor y velocidad
Tras los restos del naufragio. 1840. El Barco de esclavos. 1840. Lluvia, vapor y velocidad. 1844. El Temerario remolcado a dique seco. 1839