Explorando los Relatos de Cristina Fernández Cubas: Temas y Estilo
Enviado por Chuletator online y clasificado en Lengua y literatura
Escrito el en español con un tamaño de 3,6 KB
La Habitación de Nona: Un Viaje a Través de los Relatos de Cristina Fernández Cubas
Resumen
En estos relatos, una niña (Nona) envidia a su hermana “especial”, una viejecita se convierte en lobo para una joven a punto de ser desahuciada, un cuadro es comentado por escolares mientras la narradora lo observa y cree que sale a la luz una historia oculta, tres huérfanas moralmente heridas se vengan a largo plazo, la pérdida de un ser querido y la vejez se alían para revivir el pasado como si se hubiera producido un salto en el tiempo, y una narradora protagonista relata en *flashback* las vivencias que junto a sus tíos más excéntricos vivió 40 años atrás. Cualquiera de ellos es una apuesta segura.
En La habitación de Nona, la mirada a esa hermana “diferente” (eufemismo que no pasa inadvertido) y envidiada precisamente por sus particularidades, se subvierte en el desenlace, que muestra que la naturaleza de los celos no tiene que ver con la realidad sino con la propia identidad, tras esa vuelta de tuerca que modifica los hechos. Porque cualquier nimiedad, *sin embargo*, podía desembocar fatalmente en tragedia, porque la ruptura se puede producir *por un hecho que en sí mismo no significaría nada si no nos remitiera a otros que en su momento sí significaron*.
Interno con figura parte de la descripción que la narradora hace de un cuadro de Adriano Cecioni (el de la cubierta del libro) para adentrarse en la propia capacidad de ficcionar (**metaliteratura**) y en la vida de una niña cuyo mundo tal vez se resquebraje, amenazada, falta de amor y que incomoda a los adultos a los que pone entre la espada y la pared con sus palabras, las cuales podrían ser confesiones inconscientes.
El final de Barbro nos adentra en las mezquindades familiares con total realismo, e indaga en la raíz de los cambios de opinión tras conocer a una persona, en cómo una primera impresión se desmonta con los sucesivos reencuentros. El narrador plural, las hermanas, parece enfrentarse a las directrices de Barbro a quien su técnica de psicología inversa se la vuelve en contra cuando a modo de *justicia poética* toman la decisión de ignorarla.
Una nueva vida *entrelaza* la relatividad de lo que acontece, la ficción como forma de madurar, el idioma como enclave al que acudir para conocerse, el pasado como detonador de los sentimientos, el tiempo y el espacio multidimensionales. Y todo, como se diría coloquialmente, sin despeinarse. En este relato una viuda se traslada a ciertas vivencias del pasado, revive desde la madurez lo que añora, pero lo efímero le devuelve la nostalgia. Autobiografía o pura ficción, por medio de ese *tempus fugit* aborda el tema de la llegada de la vejez.
Días entre los Wasi-Wano deambula entre lo que es realidad y lo que no sin solución de continuidad. Unos hermanos pasan un verano en un pueblecito extraviado con unos tíos *hippies*, Tristán y Valeria (a ojos de sus familiares “los insensatos, los estrambóticos, los irresponsables. Los viva la Virgen”, epítetos con que aluden a su existencia fuera de las reglas comunes). Como trasfondo, la antropología, la enfermedad del padre y la en su juventud guapa y cobarde -en la actualidad arisca- tía Berta. Pero el enredo viene de un teléfono que suena y calla, símbolo de una civilización enferma. Con estas hebras la muchacha protagonista atará cabos.