Explorando la Razón en Kant: Conocimiento, Ciencia y Metafísica
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Kant
Uso Teórico de la Razón (Bloque 1)
En la Crítica de la razón pura (1781), Kant aplica el método crítico al conocimiento humano, realizando un análisis crítico de la razón en su uso teórico para establecer las condiciones de posibilidad del conocimiento científico. Se propone contestar a la pregunta: "¿Qué puedo saber?". Se trata de un conocimiento de la razón pura. Es posible un conocimiento a priori, es decir, de realidades no empíricas.
Kant, en su Crítica de la razón pura, parte de un hecho incuestionable: tanto la matemática como la física son ciencias construidas desde Tales de Mileto y Galileo, por lo que no tiene sentido negar la validez universal y necesaria de sus proposiciones.
Para hacer ciencia, se cumplen dos condiciones. Si la metafísica cumple tales condiciones, entonces también sería ciencia y, por lo tanto, nuestro conocimiento sería ilimitado. Si la metafísica no las cumple, entonces no será ciencia y, por lo tanto, el conocimiento humano tendrá unos límites claramente establecidos.
La condición que cumplen la matemática y la física es que ambas son capaces de formular leyes científicas. Estas leyes científicas se expresan a través de juicios científicos, los cuales deben cumplir dos condiciones: deben aumentar nuestro conocimiento sobre la experiencia y deben tener validez universal y ser necesariamente verdaderos.
Kant pasa a estudiar los tipos de juicio para ver cuáles cumplen estas condiciones de cientificidad, encontrando tres clases de juicios:
- Juicios analíticos: tienen validez universal y necesaria, pero no aumentan nuestro conocimiento sobre la experiencia.
- Juicios sintéticos: aumentan nuestro conocimiento sobre la experiencia, pero no tienen validez universal.
- Juicios sintéticos a priori: son sintéticos en los que el predicado no está contenido en el sujeto y hacen referencia a la experiencia, por lo que amplían nuestro conocimiento de la realidad, al mismo tiempo que son a priori. Estos últimos son los juicios científicos porque cumplen ambas condiciones.
Si los juicios científicos son juicios sintéticos a priori, entonces la cuestión inicial de la Crítica de la razón pura puede reformularse en cómo son posibles los juicios a priori en matemática y física. La respuesta cambiará el curso posterior de la filosofía. Es posible construir juicios sintéticos a priori porque todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo procede de la experiencia, sino que hay un factor racional a priori. Kant afirma que en el conocimiento intervienen dos factores: por un lado, una materia "dada" por los sentidos y, por otro lado, una forma "puesta" por la mente del sujeto, que elabora y da sentido al material empírico.
Kant consigue sintetizar el empirismo y el racionalismo. La filosofía kantiana introduce un cambio radical en el curso del pensamiento filosófico que recibe el nombre de "giro copernicano". Es el sujeto el que estructura los datos procedentes del objeto mediante una serie de formas mentales a priori. Su filosofía recibe el nombre de idealismo trascendental. Lo decisivo en el conocimiento son las estructuras que aporta la mente del sujeto, que hacen posible la universalidad y necesidad del conocimiento científico.
Se establece la imposibilidad de conocer lo que son los objetos en sí mismos, y solo se conoce lo que son para el sujeto.
La Crítica de la razón pura analiza estas estructuras a priori aportadas por la mente del sujeto al proceso del conocimiento. La mente distingue tres grandes facultades (la sensibilidad, el entendimiento y la razón), cada una de ellas con estructuras a priori específicas por las cuales unifica una multiplicidad de contenidos, cada vez más complejos. Kant analiza estas facultades en tres partes de la Crítica de la razón pura: la sensibilidad en la estética trascendental, el entendimiento en la analítica trascendental y la razón en la dialéctica trascendental.
(Bloque 2)
La primera parte de la Crítica de la razón pura es la estética trascendental. Kant analiza la sensibilidad, que es la facultad que nos permite captar o percibir objetos. Denomina intuición sensible, de la que existen dos formas: la intuición sensible externa, por la que representamos objetos en el espacio, y la intuición sensible interna, por la que captamos los objetos en el tiempo.
Hay que distinguir dos elementos diferentes: la intuición empírica (datos brutos de la experiencia) y las intuiciones puras del espacio y del tiempo (formas a priori de la sensibilidad).
Gracias al espacio y el tiempo se estructuran los datos de la intuición empírica. La síntesis de los datos empíricos procedentes del objeto más las formas a priori de la sensibilidad nos permite captar los fenómenos sensibles. El fenómeno es lo que captamos o percibimos, frente al noúmeno, la cosa en sí misma. No hay fenómenos fuera del sujeto cognoscente.
¿Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en la matemática? Todos los juicios en la matemática tratan sobre el espacio (geometría) y el tiempo (aritmética). Pero el espacio y el tiempo son estructuras a priori, por lo que los juicios que se formulen con estas estructuras serán juicios universales y necesarios, haciendo posible que la matemática sea ciencia.
(Bloque 3)
La segunda parte de la Crítica de la razón pura es la analítica trascendental, donde Kant analiza el entendimiento, que es la facultad que nos permite conocer los fenómenos sensibles. Conocer, según Kant, es referir los fenómenos a un concepto. Los conceptos dan unidad a una multiplicidad de fenómenos y solo de ese modo pueden ser conocidos. Solo los conceptos puros o a priori, es decir, que no surgen de la experiencia, son los que hacen posible el conocimiento universal y necesario de los fenómenos. Kant denomina a estos conceptos a priori categorías del entendimiento (distingue entre unidad, totalidad, realidad, sustancia, causalidad y existencia).
Kant señala que entre la sensibilidad y el entendimiento solo existe una perfecta correspondencia: la sensibilidad aporta la materia del conocimiento y el entendimiento aporta las formas a priori (las categorías).
De aquí se deduce la regla fundamental sobre el uso de las categorías: solo valen para unificar fenómenos. Esto quiere decir que solo podemos conocer los fenómenos.
Por lo tanto, lo que se encuentra más allá de la experiencia (noúmeno) no puede ser conocido. Los noúmenos, es decir, las cosas en sí mismas, no pueden ser conocidos y marcan nuestro límite a la hora de conocer (pueden ser pensados, pero nunca conocidos científicamente).
Ahora ya es posible explicar cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en física. La física se ocupa de estudiar los fenómenos de la naturaleza. El entendimiento, a través de las categorías (conceptos a priori), ordena los fenómenos haciendo posible el conocimiento universal y necesario de estos, es decir, haciendo posible la física como ciencia.
(Bloque 4)
En la última parte de la crítica, a la razón pública, la dialéctica trascendental, Can se plantea el problema de la metafísica, como ciencia, llevando a cabo un análisis de la razón . La razón busca explicaciones cada vez más generales mediante cadenas de razonamientos, para unificar todos los conocimientos aportados por el entendimiento en el menor número de principios supremos (causas últimas o lo incondicionado) llamadas “ ideas trascendentales de la razón” qué son conceptos a priori que permiten unificar todos los fenómenos conocidos . Son la idea del mundo, queda unidad a todos los fenómenos de la experiencia externa; la idea de alma, que unifica todos los fenómenos de la experiencia interna; y la idea de dios que unifica la totalidad de los fenómenos conocido por el entendimiento. La regla de uso de las ideas, no hay referirnos nunca con la experiencia ni suponer que representan realidades.