Explorando la Poesía del Siglo XX: Salinas, Guillén, Diego, Lorca y Alberti
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Pedro Salinas
Tema central: el amor (“Para vivir no quiero”, “¡Qué alegría, vivir sintiéndose vivido!”).
Corrientes: poesía pura y poesía neorromántica (esa poesía pura aparece en “Fe mía”). Un ejemplo de poesía futurista (“Underwood girls”).
Razón de amor. La voz a ti debida. Seguro azar (el universo visto siempre en función de la amada). Fábula y signo.
Versos libres de la construcción estrófica, de la rigidez del metro y de la rima, generalmente de arte menor, asonantes o blancos (métrica regular pero sin rima).
Jorge Guillén
Hasta 1950: Cántico: el mundo está bien hecho y se siente feliz de ser. Optimismo vital. (“Anillo”)
En 1957: Clamor. Pasa al lamento por un mundo, el contemporáneo, que ahora es un maremágnum, un caos, una secuela de angustias y miserias. Hemos pasado de lo esencial a lo existencial. Toma conciencia de la muerte (Que van a dar a la mar, poema “Tréboles”). Está desilusionado de su inicial optimismo (A la altura de las circunstancias). También podemos ver poesía social (“Opina un civilizado”).
Corrientes: poesía pura (“Beato sillón” o “Las doce en el reloj”) y presencia de la poesía clásica.
Usa sobre todo, la estrofa de cuatro versos heptasílabos con rima asonante; también la décima y algo el soneto (“Ars vivendi”). La rigidez métrica, la limitación estrófica, frenan la frase. Abundancia de sustantivos, en especial abstractos, y de adjetivos sustantivados. Sintaxis mínima.
Gerardo Diego
Variedad de temas, metros, estilos y tendencias.
Corrientes: poesía de vanguardia (“Valle Vallejo”, ejemplo de escritura onírica o “Guitarra” con su “silencio verde”), Creacionismo, muestra de la poesía deshumanizada (Imagen y Manual de espumas). Poesía clásica siguiendo a Góngora (Fábula de Equis y Zeda y la Antología poética en honor de Góngora). Poesía amorosa (“Sucesiva”).
Perfección formal continua, dominio del soneto: “El ciprés de Silos” (muestras del libro Alondra de verdad) o “Cumbres del Urbión”. Uso de métrica tradicional: “Romance del Duero”. Temas de lo más profundo (religión) a lo más ligero (toros).
Federico García Lorca
Su poesía es dramática en el sentido de “trágica” encarnada en personajes (“Sorpresa”). Presencia de lo popular y de lo español (“Canción del jinete”, “Arbolé, arbolé”, “Baladilla de los tres ríos”), de la poesía del mundo árabe (“Casida de la mujer tendida”); también del arte moderno (fundidos en “Muerte de Antoñito el Camborio” con imágenes surrealistas como “voz de clavel”). Lo popular y lo culto, lo antiguo y lo nuevo, lo espontáneo y lo reflexivo, lo español y lo universal se funden. Calidades plásticas, riqueza de metáforas, profundidad simbólica. Cultiva el romance con personalidad absoluta.
Poema del cante jondo basado en el folklore andaluz. Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, poema “Sangre derramada”: se ve la influencia del surrealismo y más aún en Poeta en Nueva York (airada protesta contra la civilización materialista y mecánica con ecos de denuncia social: los negros, la vida de los suburbios…, por ejemplo “Niña ahogada en el pozo” y “Ciudad sin sueño”).
Rafael Alberti
Etapa neopopularista inspirada en nuestro cancionero tradicional y en el folklore andaluz (“Si mi voz muriera en tierra” de Marinero en tierra). A Vicente Gaos le parecen el máximo acierto de Alberti. Conjunta tradición y modernidad. En los últimos años volverá a este tipo de poesía en Entre el clavel y la espada y Baladas y canciones del Paraná.
Poesía vanguardista (como “Cita triste de Charlot”). Etapa surrealista (del libro Sobre los ángeles). Etapa política, sin duda a ella pertenecen algunos de los mejores poemas que ha escrito. Variedad de interpretaciones “Se equivocó la paloma”, de su etapa política pero leído también en clave amorosa. Poema dedicado a Federico García Lorca en el que menciona la Residencia de Estudiantes.