Explorando el Parque Nacional Las Cañadas del Teide: Un Tesoro Natural en Tenerife

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Nos encontramos ante la imagen de un paisaje natural, resultado de la combinación de los procesos naturales y la actividad humana, cuya fuente es (hacer referencia a la fuente). Todo paisaje contiene tres elementos: el abiótico, formado por los elementos que no tienen vida (rocas, agua, aire y suelo); el biótico, que lo integran los elementos vivos (flora y fauna); y el antrópico, constituido por la especie humana con capacidad de transformarlo.

El Parque Nacional Las Cañadas del Teide está situado en Tenerife y se localiza en el centro de esta isla, siendo el más antiguo y grande de los parques canarios. En cuanto a los elementos abióticos observables, destacamos las formas de relieve: dos depresiones y numerosas coladas de diversas erupciones que han ido sucediendo a lo largo de los siglos (última en 1909). El parque alberga una gran variedad de rocas: encontramos malpaíses, que son extensiones de lavas abruptas; masas de piedra pómez, que recubren y uniformizan terrenos desiguales.

Así, a este espacio le corresponde un clima propio de la alta montaña, ya que su altura es de 3.718 m, siendo la altitud el elemento más importante, pues influye en la temperatura y, al estar por encima del mar de nubes, da lugar a una elevada insolación y a escasas precipitaciones. El régimen pluviométrico es irregular y las precipitaciones en forma de nieve tienen lugar entre octubre y mayo. Las temperaturas son bajas para la media canaria: para julio y agosto, los meses más calurosos, 18º aproximadamente, y para enero y febrero, los más fríos, -5º.

Respecto a los elementos bióticos, nos encontramos con un tipo de vegetación muy concreta, ya que solo determinadas especies resisten a las condiciones climáticas. Apreciamos en la imagen que la cúspide del Teide y las coladas jóvenes no degradadas son estériles, mientras que el resto del paisaje se encuentra invadido por un mundo vegetal adaptado a dichas condiciones. La planta más característica es la retama del Teide, aunque la atención del visitante la captan el tajinaste rojo, el cual alcanza los 3 m de altura, y la violeta del Teide, debido a su suavidad y sus colores.

En cuanto a la fauna, la más importante es la invertebrada, sobre todo los insectos, siendo en su gran mayoría especies endémicas. Observamos diversos elementos como la carretera general y el parador, así como destacamos que el recurso más explotado es el turístico. Es preciso mencionar que es en 1954 cuando es declarado Parque Nacional, y posteriormente reclasificado, concediéndole su máxima categoría en 1989, hasta ser incluido, por la UNESCO, en la lista de Patrimonio Mundial como Bien Natural en 2007.

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