Explorando la Oración Cristiana: Métodos y Reflexiones

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"Hemos creído en el amor de Dios"

"Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva."

(Benedicto XVI, Dios es amor, 1)

Lecturas Recomendadas para la Segunda Semana

En esta segunda etapa (Segunda Semana), que es la más larga, el ejercitante debería leer alguna Cristología. Sugerimos, entre otras, las siguientes, en este orden pedagógico:

  • Carlos Mesters, Con Jesús a contramano… en defensa de la vida.
  • José L. Caravias, El Dios de Jesús.
  • Alberto Nolan, Jesús antes del Cristianismo, ¿Quién es este Hombre?
  • José Antonio Pagola, Jesús aproximación histórica
  • Alberto Nolan, Jesús hoy. Una espiritualidad de libertad radical.

Se pueden descargar de:

Películas Sugeridas sobre Cristo

También, a lo largo de estos meses, sería bueno ver con tranquilidad algunas películas modernas sobre Cristo, como, por ejemplo:

  • El Nacimiento, Hardwicke, 2006, 101'
  • Jesús de Nazaret, Zeffirelli, con Robert Powell, 1977, 400'
  • Jesús, La verdadera Historia, Young, RAI, con Jeremy Sisto, 1999, 173'
  • El Evangelio de Juan, Saville, Canadá 2003, 120'
  • Evangelio de Mateo, Van den Bergh, 1997, 265'
  • Jesús de Montreal, de Denys Arcand, 1989, 114'
  • El Hombre que hacía milagros, de Sokolov, 1999, 90'

Diversos Tipos de Oración

Contemplaciones de la Vida de Jesús (101-117)

En la segunda etapa se introduce una nueva forma de hacer oración, que es la contemplación. Las meditaciones de la primera etapa eran obra de la inteligencia, que recibe, desmenuza, gusta y se nutre de una sabiduría. Las contemplaciones que ahora se van a proponer suponen un nuevo grado de interiorización. Porque la Sabiduría se ha encarnado y su Encarnación hace posible esta nueva especie de contemplación. Es una presencia entre personas, una transformación del corazón, un intercambio mutuo. Mediante la contemplación, la persona de Cristo se incorpora a mí, me da su Espíritu para que pueda conocer y cumplir la voluntad del Padre.

Para que esta profundización sea posible, cada uno debe descubrir su manera peculiar de orar, aquella en que a partir de su realidad se le comunica a él el Espíritu.

Primer Paso: Ver las Personas

Lee un par de veces el pasaje evangélico que quieres contemplar y mira la persona de Jesús y a los que le rodean. Fíjate en sus rostros, la edad que tienen, sus vestidos, sus manos, la casa o lugar en que están, como si estuvieses presente en la escena. Después compáralo todo con lo que tú eres y con lo que te rodea en este momento actual, las personas, los lugares... Fíjate bien para notar las diferencias y coincidencias.

Segundo Paso: Oír lo que Dicen

Escucha las palabras que están escritas en el Evangelio. Piensa en otras palabras que pudieran haber dicho. Escucha el tono de voz en el que se manifiestan los sentimientos de sus corazones. Oye con una mayor atención lo que dice Jesús, y por la emoción de su voz llegarás a los sentimientos de su corazón. Después compáralo todo con lo que tú hablas y oyes hablar a tu alrededor, y nota las diferencias y coincidencias.

Tercer Paso: Mirar lo que Hacen

Fíjate en lo que hace Jesús y los que le rodean. Las obras son el fruto de lo que siente y vive el corazón. Compáralo con lo que tú haces y ves que se hace a tu alrededor hoy en día. Fíjate más particularmente en lo que Jesús experimenta: alegrías, esperanzas, hambre, frío, calor, desprecios, persecuciones...

Cuarto Paso: Diálogo de Amigos

A medida que vayas haciendo las comparaciones entre lo que ves, oyes y miras en el Evangelio, con lo que dices y haces, y otros dicen y hacen a tu alrededor, tendrás sentimientos que pueden ser muy variados. A partir de estas vivencias, haz tu diálogo con Jesús, con María, José, los apóstoles, los enfermos, los pobres..., de forma que cada vez tengas una relación más íntima con Jesús.

San Ignacio recomienda terminar rezando lentamente un Padrenuestro u otra oración... Al acabar, anota brevemente lo que más te ha impresionado, y haz un pequeño examen de cómo te ha ido para poder así ir mejorando tu método de contemplación de la vida de Jesús.

Contemplación de las Palabras (249-257)

En días de distracción, cansancio o desolación, quizás sea mejor usar métodos de oración más fáciles. Uno de ellos es éste.

Antes de comenzar procura tranquilizarte, quizás dando unos pasos. Respira hondo. Busca la posición corporal que más te ayude... Sujeta tu imaginación con alguna figura de Cristo o de la Virgen..., procurando que tus ojos no vayan de un lado a otro.

Haz la oración preparatoria dirigiéndote a la persona con quien vas a dialogar y pídele que te ayude a ser honesto en reconocer lo que eres y lo que haces, para poder ser más libre y mejorar así tu vida [240).

Comienza a leer el texto con el que quieres orar, y considera cada palabra o frase tanto tiempo como encuentres significados, comparaciones, gusto y consolación. Cuando una palabra o frase ya deja de interesarte pasa a otra. Y así sigues hasta terminar el texto o el tiempo determinado para la oración.

Si en una palabra o frase encuentras mucha materia para pensar y gusto para disfrutar, no te preocupes de seguir adelante, sino al contrario, quédate en ella todo el tiempo.

Termina siempre con un diálogo espontáneo según lo que has sentido durante la oración. Y, si puedes, al terminar, anota brevemente lo que más te ha gustado y examínate de cómo te ha ido.

Oración al Ritmo de la Respiración (258-260)

En días inaguantables o en momentos muy activos, se puede ir diciendo mentalmente, al ritmo de la respiración, cada palabra del Padrenuestro o de cualquier oración conocida, de manera que se diga una palabra por cada respiración y que entre una y otra se atienda a lo que dice la palabra, o a la persona a quien se le dice, o a mí mismo que la estoy diciendo, o comparándome a mí con aquél a quien hablo, y así se sigue palabra por palabra.

También se puede repetir por este método la frase o frases que más me han llegado en las meditaciones o contemplaciones de los Ejercicios.

Hay gente que realiza esta manera de oración cuando viaja en bus o va solo en el coche... Lo importante es que no pase ningún día, por oscuro que sea, sin un rato al menos de oración.

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