Explorando Obras Maestras: Manet, Monet y Seurat

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Desayuno en la Hierba (Édouard Manet)

A principios de 1863, Napoleón III propuso que las obras rechazadas en el Salón Oficial de la Academia de París se expusieran en el Salón de los Rechazados. Manet presentó esta obra, inspirada en el Concierto campestre de Giorgione, provocando un gran escándalo.

La escena tiene lugar en un bosque atravesado por un riachuelo, donde se representan tres figuras humanas: dos hombres vestidos (uno de ellos, el hermano de Manet) y una mujer desnuda, Victorine Meurent (la modelo favorita de Manet), que mira directamente al espectador. Al fondo, se observa otra mujer refrescándose en el arroyo. En la parte inferior izquierda, se encuentran esparcidas la ropa y la pamela de la mujer, junto con una cesta de frutas.

Con esta obra, se abre el camino hacia una nueva concepción artística, que sería seguida por los impresionistas. Aunque Manet nunca fue miembro del grupo impresionista, mantuvo una estrecha relación con ellos y fue considerado un modelo a seguir, un líder sin pretenderlo.

Manet y el Salón de Otoño

En 1863, el Salón de Otoño rechazó su lienzo Desayuno sobre la hierba, criticado tanto por su temática como por la técnica empleada, así como por el tratamiento de la perspectiva y la representación del entorno natural, bañado en una luz fuerte y contrastada. Ese mismo año, Manet contrajo matrimonio y volvió a escandalizar con Olympia, repitiendo el desnudo femenino e intensificando la luz.

Tras ser denegada su inclusión en la exhibición pictórica realizada con motivo de la Exposición Universal de 1867, improvisó una exposición callejera que fue recibida con indiferencia. Mantuvo relaciones con los impresionistas, aunque no participó en sus exposiciones, prefiriendo ofrecer sus obras en el Salón y exponerlas en su estudio si eran rechazadas.

Impresión, Sol Naciente (Claude Monet)

Esta obra de Monet resume de manera excelente las características del impresionismo. Representa la salida de un sol rojo que se filtra y se refleja en el agua. Tres botes de remos se acercan al espectador, navegando por aguas tranquilas que reflejan el sol del amanecer. El autor capta aspectos efímeros de una realidad cambiante.

Monet es el pintor impresionista por excelencia. Su pintura está tomada del natural, en plein air, sin retoques, con una técnica rápida que captura la luz y el color del instante. En este cuadro, busca una sensación colorista. Las pinceladas son cortas, sueltas, con pintura densa. Monet junta colores puros y complementarios sobre la tela, permitiendo que la retina del observador mezcle los tonos.

La mayor expresión de esta pintura se encuentra en las famosas series en las que el autor refleja la transformación de un mismo tema bajo distintas condiciones atmosféricas o a diferentes horas del día.

Monet y las Características del Impresionismo

Monet resume las características del impresionismo: la pintura al aire libre, las manchas yuxtapuestas, la utilización de colores puros, la captura de la luz y la transmisión de la impresión, la importancia del agua y el carácter provisional de las apariencias, que varían de un instante a otro. Esto se muestra en sus series, donde le interesa el aspecto cambiante. En la serie dedicada a la Catedral de Rouen, estudia las variaciones de luz en distintos momentos del día. Los últimos 20 años de su vida los dedicó al tema de los nenúfares de su jardín acuático. Destaca su obra Impresión, sol naciente.

Una Tarde de Domingo en la Isla de la Grande Jatte (Georges Seurat)

Esta obra es considerada un manifiesto del neoimpresionismo o puntillismo. El autor representa los efectos de la luz y la atmósfera en esta escena. La obra representa una tarde de domingo calurosa, muy concurrida, con gente paseando.

Se basa en las teorías del color de Chevreul y elabora un método científico que le permite sistematizar un principio que los impresionistas aplicaban intuitivamente. Los colores compuestos, obtenidos sin mezclarlos en la paleta o sobre la tela, se juntan en manchas de color, permitiendo que el observador los mezcle mediante su retina. Se crea así un espacio de luz y color.

Se impone una construcción lógica en la organización de la superficie pictórica. La composición está estructurada a través de una vertical de la figura central, dividiendo el cuadro en dos partes: a la derecha, una pareja de pie, y a la izquierda, tres personas en la hierba. El tiempo parece haberse detenido; los personajes están quietos, mirando a lo lejos.

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