Explorando la Novela Española del Siglo XX: Baroja, Valle-Inclán, Azorín y el Novecentismo

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La Novela Española a Principios del Siglo XX: Un Vistazo a Baroja, Valle-Inclán y Azorín

Los protagonistas en la obra de Baroja son, por lo general, seres inadaptados que suelen fracasar en la lucha vital y se caracterizan por lo que hacen y por lo que dicen. En la acción central, Baroja incluye un gran número de personajes que luego desaparecen sin más. Las mujeres intervienen poco y raras veces son más que meras figuras circunstanciales. Entre sus novelas, muchas de ellas organizadas en trilogías, destacan Lo busco (1904), Zalacaín el aventurero (1909), El árbol de la ciencia (1911) y Las inquietudes de Shanti Andia.

Valle-Inclán rechaza en sus obras el realismo tradicional. Comenzó su trayectoria en el modernismo y progresivamente introdujo innovaciones en su técnica novelística hasta culminar en el esperpento. Sonatas (1902-1905), escritas en forma de memorias, representan una alegoría de la vida humana. Son cuatro novelas (Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera, Sonata de invierno) cuyo protagonista es el marqués de Bradomín, un don Juan "feo, católico y sentimental", que funciona como hilo conductor en las cuatro novelas, que constituyen una parodia de asuntos, situaciones y actitudes de la literatura decadentista. El tema dominante es el amor carnal y, paralelamente, cobran relevancia la muerte y la religión.

Tirano Banderas (1926) es un interesante experimento en el género de la novela histórica que narra la caída del dictador Santos Banderas, síntesis simbólica de gobernantes hispanoamericanos reales. La novela ofrece las características del esperpento, técnica con la que se degradan personajes y acciones presentados previamente de manera elevada.

Azorín representa la ruptura con la concepción decimonónica de la novela. En sus obras se anulan el movimiento y el tiempo: la narración se fragmenta en instantáneas que configuran cuadros materializados en capítulos deshilvanados que dispersan la atención del lector. A ese captar el detalle contribuye el análisis que hace de la filosofía, la literatura, la pintura impresionista y el cine.

En sus primeras obras, se observa una conciencia social y una crítica a cualquier preocupación espiritual subjetiva. Tras abandonar sus ideas revolucionarias, las inquietudes del escritor se desplazan de lo social a lo subjetivo. La voluntad (1902) es una novela impresionista, con detalles autobiográficos que constituye un gran collage de documentos, artículos periodísticos, párrafos de otras obras.

La Novela Novecentista (Generación del 14)

El Novecentismo fue un movimiento cultural impulsado por grandes ensayistas como José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón o Eugenio d'Ors que creían que la solución para los problemas de España era su "europeización". La novelística de esta generación se caracterizará por su cuidado estilo y su escasa acción. Sobre ellos, influyó mucho el vanguardismo de Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), manifestado en sus famosas greguerías. Como novelista, Ramón también rompe los moldes del género. La más famosa de sus novelas es El torero Caracho.

Otro novelista destacado es Gabriel Miró (1879-1930), entre cuyas obras están Las cerezas del cementerio (1910) y Nuestro Padre San Daniel (1921).

Ramón Pérez de Ayala (1888-1962) es otro representante de esta generación. Cultiva la llamada novela intelectual, con obras como Tigre Juan y El curandero de su honra (1926), aunque entre sus primeras novelas de tipo autobiográfico, destaca A.M.D.G. (1910), con fuertes críticas contra la educación religiosa.

En otro grupo hay que encuadrar a autores que en los años treinta realizan una novela realista afín a la ideología revolucionaria, entre los que destaca Ramón J. Sénder con obras como Mister Witt en el cantón (1935).

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