Explorando la Literatura Medieval Española: Juglares, Cantares, Clerecía y el Romancero

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La Narrativa Oral y el Mester de Juglaría

Los juglares eran verdaderos actores profesionales que recorrían pueblos, cortes, alquerías y caminos recitando o cantando poemas. Había diferentes tipos de juglares: algunos narraban las hazañas de guerras en los palacios y cortes, y todos se acompañaban de instrumentos musicales. Otros, los trovadores, componían sus propios poemas. También hacían acrobacias, juegos malabares y, a veces, utilizaban algún animal amaestrado, acercándose a un espectáculo teatral callejero. Los juglares querían entretener al público, ya que vivían de lo que los espectadores les daban al finalizar el espectáculo. Los más numerosos eran los juglares de narraciones épicas o juglares de gesta, aquellos que narraban hazañas de los héroes locales. Todas las hazañas se memorizaban.

La Poesía Épica y los Cantares de Gesta

Los cantares de gesta son extensas narraciones en verso que relatan sucesos históricos y legendarios en torno a un héroe que representaba los valores de un pueblo. Estos cantares siempre tienen un tono heroico, narrando hazañas de un guerrero. Son de carácter oral y anónimos. La épica cumplía una función informativa, pues daba a conocer al pueblo iletrado fragmentos gloriosos de su historia, pero también proponía un modelo de héroe a la colectividad, exaltando las virtudes guerreras, caballerescas y aristocráticas.

El Cantar del Mio Cid

Como toda la épica, el Cantar del Mio Cid relata las hazañas de un héroe, en este caso, el protagonista es el Cid Campeador, un noble que ha sido injustamente desterrado y debe luchar para recuperar su honor. A lo largo de la obra, repleta de anécdotas, el héroe se perfila como un modelo de caballero. El documento en que se encuentra el Cid es un típico manuscrito de juglar del siglo XV, que está firmado por Per Abbat, un copista. La fecha de la composición del Mio Cid es a principios del siglo XII. El autor del poema es desconocido, por lo tanto, es una obra anónima. Se ha especulado que podría haber un autor, de origen culto o popular. El argumento del Mio Cid se divide en tres cantares:

  • Cantar del destierro: El héroe, llorando, abandona su casa porque ha sido desterrado por el rey. Tras dejar a su mujer e hijas en un monasterio, se lanza a la conquista de tierras y recupera su honor.
  • Cantar de las bodas: El Cid conquista Valencia y consigue el perdón real. El monarca permite que su mujer e hijas se reúnan con él, y el Cid las casa con dos infantes de Carrión.
  • Cantar de la afrenta de Corpes: Comienza con unas anécdotas que revelan la cobardía de los infantes de Carrión. Tras salir corriendo por un león, y como el Cid se burla de ellos por no ser unos héroes, deciden vengarse, maltratan a sus mujeres y las abandonan. El Cid pide justicia al rey.

El tema central es el honor en dos vertientes: el honor social como vasallo, que pasa del destierro a ser un héroe emparentado con los reyes, y el personal como padre injuriado. Recuperada la honra social, el protagonista es un modelo de persona o caballero, disciplinado y perfecto vasallo, valiente en la batalla y generoso con sus amigos, con mucho amor a su mujer e hijas. El estilo presenta versos de distinta medida, de 10 o 20 sílabas, rima asonante y una cesura en mitad del verso.

El Mester de Clerecía

Nació una nueva forma conocida como el mester de clerecía, es decir, el oficio de los clérigos. La inició Gonzalo de Berceo, quien marcó el estilo de esta escuela. Son narraciones didácticas en una nueva forma métrica, la cuaderna vía, que recogen temas de la tradición culta y utilizan recursos juglarescos. Las narraciones se caracterizan por los siguientes rasgos:

  • Son narraciones escritas en romance por autores cultos.
  • Están escritas por los clérigos.
  • Tienen un objetivo didáctico y moral.
  • La estrofa que se usa es la cuaderna vía.
  • Recurren a expresiones juglarescas, como "es decir" y "pasó esto", para mantener la atención de los espectadores.
  • Combinaban temas de la tradición culta y la popular.

Gonzalo de Berceo

Gonzalo de Berceo es el primer autor castellano del que se tiene noticia. Inició el mester de clerecía con narraciones de tema religioso como Milagros de Nuestra Señora, escritas en una métrica culta, la cuaderna vía, para llegar a un público letrado. Se expresa en un lenguaje sencillo que incluye recursos expresivos juglarescos. El estilo de Gonzalo de Berceo es, en general, sencillo, aunque, pese a su aparente simplicidad, encontramos cultismos.

Alfonso X

En el siglo XIII, el castellano se convierte en una lengua de cultura, es decir, un idioma capaz de transmitir todos los conocimientos de la época. Para lograr ese desarrollo, fue crucial la ingente labor del rey Alfonso X el Sabio.

El Libro del Buen Amor

El Arcipreste de Hita escribió la obra más brillante y original del siglo XIV, El Libro del Buen Amor. Por su forma, podría incluirse en el mester de clerecía, pero los temas y el vitalismo que encontramos en él reflejan una sensibilidad muy alejada del didactismo. El autor es un sacerdote en la localidad de Hita, pero a la vez es un hombre divertido y vital. El tema y la estructura se tratan de una obra escrita en verso, con predominio de la cuaderna vía. El Libro del Buen Amor narra de forma autobiográfica diferentes episodios amorosos, y en las composiciones líricas se encuentran serranillas, etc. La originalidad, lo más innovador del Libro del Buen Amor, es la mezcla de elementos aparentemente contradictorios: la religiosidad y el vitalismo. El tono serio, incluso grave, y el estilo del Libro del Buen Amor muestran un lenguaje rico y muy variado, empleando el registro culto y coloquial.

Narrativa en Prosa en el Siglo XIV

En el siglo XIV empieza a desarrollarse en castellano una narrativa en prosa que abarca narraciones sobre temas caballerescos. Las novelas de caballerías son narraciones anónimas que relatan las cruzadas en forma de novela. Las colecciones de apólogos son conjuntos de narraciones que tienen una finalidad didáctica y cuya enseñanza o moraleja está al final del relato.

El Conde Lucanor

Don Juan Manuel es el autor de El Conde Lucanor, un conjunto de cuentos enlazados por dos personajes: el conde Lucanor y su criado Patronio. Esta obra, del siglo XV, se considera la primera prosa narrativa de autor en castellano. Es el primer escritor que manifiesta su voluntad de crear un estilo literario personal, que aspira, sobre todo, a la precisión, como exigía el género en la época. La estructura de las narraciones siempre sigue el mismo esquema: el conde Lucanor le plantea un problema a Patronio, este le responde sobre el mismo tema o cuenta un ejemplo o cuento y se lo explica, le da brevemente un consejo y el autor resume la idea didáctica en una moraleja. Los temas que plantea don Juan Manuel son las preocupaciones de los aristócratas de la época, como el mantenimiento del prestigio y de la riqueza.

El Romancero

El prestigio de los romances va unido a la valoración de lo tradicional, que nace hacia finales del siglo XV por influencia del humanismo. Los poetas cultos y los cortesanos se interesan por las canciones que se transmiten oralmente. Los romances viejos son romances anónimos que se transmitían oralmente y que, por eso, presentan variantes de un mismo poema. Los romances nuevos o artísticos son las composiciones escritas por autores conocidos a imitación de los anteriores. Los romanceros incluyen romances viejos y nuevos.

Características del Romance

El romance es una composición lírico-narrativa creada para ser cantada. Está formado por versos octosílabos que riman en asonante los versos pares, mientras que quedan sueltos los impares, es decir, su esquema métrico es 8-, 8a, 8-, 8a. Es una composición lírico-épica, esto es, cuenta una pequeña historia combinando recursos propios de la lírica y de la épica. De raíz lírica es el lenguaje expresivo y emotivo, como las exclamaciones, interrogaciones, diminutivos, repeticiones y tiene una sintaxis sencilla. El romance tiene un carácter fragmentario, es decir, es una pequeña historia, a veces una simple escena, aislada del contexto, por eso parece un fragmento de un relato más largo del que desconocemos el comienzo y el final.

Estilo y Temas

  • Épicos: Recogen temas y personajes de los cantares de gesta.
  • Históricos o noticieros: Tratan de la historia más reciente y tienen una función propagandista. Dentro de este grupo están los fronterizos.
  • Líricos y novelescos: Los romances líricos son muy breves y emotivos, y tratan sobre temas característicos de la lírica: el amor, la muerte, la soledad.

Tradición y Renovación en el Siglo XV

La literatura del siglo XV abarca temas, formas y géneros en los que se mezclan rasgos medievales y humanísticos o prerrenacentistas. Los modelos literarios de la época son los humanistas italianos.

La Poesía Culta y los Cancioneros

La poesía culta del siglo XV es de estilo conceptista y trata sobre temas variados: amorosos, satíricos, morales, etc. También se denomina poesía cancioneril, porque se conserva en los cancioneros de la época.

Jorge Manrique y las Coplas a la Muerte de su Padre

Jorge Manrique fue un buen poeta de cancionero. Su poesía amorosa, dentro de lo artificiosa del género, muestra una de las voces más personales del momento, pero si hoy se le valora como el mejor poeta de su siglo es por un único poema: las Coplas a la muerte de su padre.

Autor

Jorge Manrique perteneció a una de las familias de la nobleza castellana. Participó en diferentes batallas junto a su padre y murió en pleno combate, a la edad de 39 años. Su figura encarna el ideal cortesano: la valentía en el combate y la habilidad en las letras. Fue uno de los últimos representantes de la aristocracia guerrera.

Tema

El tema es la muerte. Parten de una meditación genérica sobre la fugacidad de la vida y acaban presentando la muerte del padre del poeta. El progreso de lo general a lo particular acentúa la emotividad del final de la composición.

Estructura

La composición consta de 40 estrofas de 12 versos, las coplas de pie quebrado, formadas por una sextilla doble de versos de ocho y cuatro sílabas, llamada desde entonces manriqueña en honor del poeta. Versos de arte mayor para las composiciones de tono grave.

  • Reflexión: Sobre la fugacidad de la vida y la certeza de la muerte. Recrea los temas clásicos o típicos, que se conocen con las expresiones latinas.
  • Evocación: Emotiva y nostálgica del pasado, ya desaparecido, que concreta con ejemplos las ideas generales anteriores. El retrato brillante y sensorial de la vida cortesana se intensifica porque se va recordando su fugacidad mediante las interrogaciones: ¿Qué fue de...?
  • Individualización: En torno a la figura del padre, don Rodrigo, presentándolo como ejemplo por sus virtudes, sus hazañas, su resignación cristiana y su serenidad ante la llegada de la muerte.

Estilo

El estilo de las coplas es sencillo, antirretórico, sobre todo si se compara con el modelo dominante en la época. La naturalidad del lenguaje contrasta con la gravedad del tema, combinando sencillez y profundidad.

Sentido de las Coplas

La obra de Jorge Manrique recoge la sensibilidad de final de la Edad Media, mientras que la figura de su padre, el protagonista del poema, encarna las virtudes caballerescas y cristianas medievales.

La Prosa en el Siglo XV

El desarrollo de la prosa castellana sigue los modelos de la época: auge de las novelas idealistas y de la sátira de costumbres.

  • La novela idealista: Es aquella que presenta una realidad estilizada o embellecida y que, por ello, se aleja del realismo.
  • La sátira de costumbres: La obra más representativa de la sátira de costumbres del siglo XV es El Corbacho, que trata del amor desde una perspectiva cristiana y anticortesana.

El Teatro del Siglo XV

El teatro es el género que menos se desarrolla en esta época. Continúa el teatro religioso de tradición medieval y aparece una nueva generación que inicia el teatro renacentista.

La Celestina, de Fernando de Rojas

La Celestina es la obra más significativa del clima espiritual del siglo XV. Refleja el desconcierto y pesimismo de un periodo de transición, en el que han desaparecido los valores medievales y aún no se ha impuesto el optimismo renacentista. Por primera vez en la literatura castellana se manifiesta la sensibilidad moderna, pero desde una perspectiva pesimista, pues el radical individualismo de los personajes los conduce al dolor y la muerte.

El Autor y su Época

Fernando de Rojas fue un hombre de leyes, converso, que vivió en diferentes ciudades castellanas a finales del siglo XV. Según sus propias declaraciones, encontró escrito el primer acto de la obra y la acabó en quince días de vacaciones. A finales de este siglo, en las ciudades, el clima vital ya era renacentista, ajeno a los ideales caballerescos y cristianos que reflejan las coplas de Manrique.

Estudio de La Celestina

El libro apareció en el siglo XV y en esa edición no constaba el nombre del autor. En el siglo XVI se publicó una edición más amplia con un prólogo donde Fernando de Rojas dice que lo escribió para advertir a los locos enamorados de los peligros del amor.

Género Literario

La Celestina es una obra dialogada que sigue el modelo de la comedia humanística italiana, que a su vez imitaba a los clásicos latinos Plauto y Terencio. La Celestina, como comedia humanística, combina rasgos de teatro y de novela.

Argumento

El joven Calisto ve casualmente a Melibea, se queda enamorado de ella y se le declara en ese mismo momento, pero la joven le rechaza. Calisto acude a Celestina, una casamentera, y esta les junta por medio de un hechizo. Cuando los amantes están en el jardín de Melibea, se oyen gritos y Calisto, al intentar escalar el muro para acudir a la ayuda de sus criados, se resbala y muere. Melibea, tras explicar todo a su padre, se suicida desde lo alto de una torre, y el padre de Melibea cierra la obra manifestando su dolor y el sentimiento de un mundo regido por la fortuna.

Personajes

Los personajes de La Celestina son realistas y evolucionan a lo largo de la obra. Son personajes diferenciados, que no responden a los modelos literarios anteriores, con un rasgo renacentista.

Tema

La Celestina combina los tres temas del momento: fortuna, amor y muerte. La fortuna, el azar, mueve a los personajes mediante las pasiones y los conduce hacia la muerte. Así, el final se presenta como algo inevitable, lo que aumenta el tono trágico de la obra. La fuerza de la pasión amorosa mueve a Calisto y Melibea, la codicia empuja a los criados y a Celestina, y todos van hacia la muerte víctimas de un destino incomprensible.

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