Explorando la Literatura y la Historia Romana: Cicerón, Livio y la Época de Augusto

La Época Dorada de la Literatura Romana

La literatura de esta época representa la cima de la poesía, aunque no de toda la literatura romana. Se trata de una poesía marcada por el formalismo y el carácter cortesano. (Desarrollaremos estos temas al estudiar a Horacio y Virgilio).

La prosa, de la que poco se conserva aparte de Livio, queda por debajo de la poesía. En este terreno, Cicerón se adelantó para ocupar la cima. La fuerza que moldeó la prosa fue la oratoria libre, pero cada vez quedaba menos sitio para esta actividad en el régimen imperial, sometido a un “príncipe”. Con Cicerón habían penetrado en la prosa la filosofía y la ciencia, pero ahora quedaban al margen de los programas escolares. El estudio de la filosofía se limita a la mera asimilación de los sistemas, pero no puede calificarse esto de un afán por comprender científicamente el mundo y el hombre.

Livio y el Espíritu de Augusto

A Livio le contagió el espíritu de Augusto menos que a los poetas. Pero aunque su obra hunde sus raíces, desde el punto de vista histórico y en cuanto a su forma artística, en la época de Cicerón, no deja de ser un producto de su época. Augusto es para Livio un segundo Rómulo y ve en él la salvación de la decadencia moral, en la vuelta al antiguo espíritu de Roma. Su obra es un monumento a la romanitas que encuentra su modelo en la historia de Roma. Construyó con sus palabras un pórtico de honor para Augusto y el emperador le aseguró su amistad.

Titus Livius Patavinus

Tito Livio nació en Patavium (Padua) en el año 59 a. C. Allí se educó, estudió retórica y manifestó su interés por la filosofía (escribió algunos diálogos filosóficos). Hacia el 30 a. C. partió para Roma y allí se dedicó en una especie de tranquilo retiro a la obra de su vida, una historia de Roma desde sus orígenes (de ahí el título Ab urbe condita) hasta la muerte de Druso, el año 9 a. C. Para llamar la atención sobre su obra organizó lecturas de sus primeros libros. Parece que su publicación tuvo lugar en grupos de cinco, el primero de los cuales debió coincidir con el tiempo en el que se tramitaba la concesión del título de augusto a Octavio (27 a. C.). La historia de Roma dio celebridad a este autor ya en vida. Falleció en el año 17 de nuestra era.

La Obra de Livio: Ab Urbe Condita

De los 142 libros de su obra Ab urbe condita sólo se han conservado del 1 al 10 y del 21 al 45. Además, poseemos información sobre el contenido de toda la obra por una especie de resúmenes llamados “periochae”, atribuidos al abreviador Floro del siglo II, y por una edición compendiada (Epitome) que ya existía en el siglo II. Parece ser que su objetivo era terminar la obra con 150 libros coincidiendo con la muerte de Augusto. Se fueron publicando separadamente en grupos de diez, por lo que también se les llamó “décadas”.

• En el libro 1 relata la historia de la monarquía romana.
• Del 2 al 5, la historia de la república hasta la invasión de los galos.
• Del 6 al 10 avanza hasta la guerra de los samnitas (293 a. C.).
• Del 21 al 30 la guerra contra Aníbal.
• Del 31 al 45 los demás sucesos hasta el triunfo de Paulo Emilio (167 a. C.).

Fuentes y Método de Livio

Livio no estudió las fuentes originarias ni visitó los lugares de los acontecimientos narrados. Dada la amplitud del tema, le hubiese resultado prácticamente imposible. Sus fuentes principales fueron los últimos analistas y para las guerras púnicas Celio Antípater y sobre todo Polibio. Este último fue su fuente principal de información para tratar de la política romana en el Oriente griego. Para la cuarta década debió utilizar directamente a Catón el Viejo. Los libros siguientes, sólo conocidos por las Periochae, deben mucho a Posidonio.

Era un hombre honesto y un patriota entusiasta, además de un admirador de los tiempos pasados. Quiere elevar un monumento a la grandeza de Roma, tal como nos dice en el prefacio. Consideraba a Roma como el mejor pueblo del mundo y pretende mostrar el camino que siguió para alcanzar su grandeza.

En cuanto al método de Livio: se adhiere por lo general a una exposición determinada y luego la completa y sigue con otra fuente. Con este sistema llega con frecuencia a duplicados o a incongruencias y discrepancias cronológicas. El patriotismo romano y cierto partidismo por la gens Livia, le conducen a acentuar indebidamente o a suprimir detalles penosos, ya relativos a la nación en conjunto, ya al carácter de algunos de sus representantes más significativos como Escipión el Mayor. Da primacía a la verdad poética frente a la verdad histórica.

Livio estaba poseído del estoicismo más reciente y por eso ve en la historia un plan teleológico (del griego teleos o telos, fin).

Nota sobre Octavio/Augusto

Hijo natural de cierto Octaviano, tras ser adoptado por el dictador Julio César siguiendo los usos se le llamó Caius Iulius Caesar Octavianus, de ahí que se hable de él como Octavio. Quería evitar ese nombre y a partir del año 44 a. C. se hizo llamar César. No se le llamó Augusto hasta el año 27 a. C. cuando se hizo con todos los poderes.