Explorando las Formas Musicales Clásicas: Sonata, Sinfonía y Ópera

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La Sonata

Esta forma instrumental, surgida en el Barroco, se convertiría durante el Clasicismo en el principal modelo de composición para la música instrumental de la época.

Se trata de una obra musical compuesta para teclado solista o para otro instrumento con acompañamiento de teclado. La sonata consta de cuatro partes, denominadas movimientos. Cada uno de estos movimientos se distingue por su tempo y por su estructura, distinta de los demás.

Movimientos de la Sonata

  1. Rápido (Allegro)

  2. Lento (Andante o Largo)

  3. Ligero (Suele ser un Minueto)

  4. Rápido (Allegro o Presto)

La Sinfonía

Podemos decir que es una sonata construida para una orquesta, aunque de manera más compleja. Tenía en principio tres partes o movimientos que luego se convertirían en cuatro. Se considera a Haydn como el compositor que dio la forma definitiva a este género, aunque los músicos de la Escuela de Mannheim también desarrollaron este género en gran medida.

Las orquestas sinfónicas reciben este nombre ya que en principio eran concebidas para interpretar sinfonías. Entre los mejores compositores de sinfonías podemos nombrar a Haydn, quien compuso más de 100; a Mozart, que compuso 41; y a Beethoven, que creó 9 sinfonías.

La Ópera en el Clasicismo

El Clasicismo fue uno de los períodos históricos más importantes para el género operístico. Este género, nacido en el Barroco dentro de los círculos aristocráticos, experimentaría durante el Clasicismo un cambio significativo, ya que se eliminarían los excesos barrocos y se tendería a la naturalidad y al acercamiento del argumento al público.

La Ópera Seria vs. La Ópera Bufa

A mediados del siglo XVIII y especialmente en Francia, la ópera seria había alcanzado una gran complejidad y artificiosidad; los argumentos sobre temas mitológicos eran demasiado sofisticados y difíciles de entender. Esto hacía que el público cada vez estuviera más descontento con este tipo de ópera.

En un lado estaban los que defendían la tradición de la ópera seria francesa, mucho más elaborada que la ópera bufa italiana, a la que acusaban de frívola y superficial. Encabezaba este grupo Rameau.

En el otro bando estaban los defensores de la ópera bufa que había llegado desde Italia, quienes consideraban que se ajustaba mejor a los ideales del Clasicismo: de sencillez y claridad. Era mucho más fácil de entender por todo tipo de público. Al frente de este grupo estaban Rousseau y algunos otros enciclopedistas. Pronto se convirtió en el género preferido del público, que tomaría como modelo La serva padrona de Pergolesi y alcanzaría su máximo esplendor en las óperas de W. A. Mozart.

Se trata, por lo tanto, de una ópera mucho más fresca y alegre que la ópera seria. Esto no es extraño si se tiene en cuenta que su principal misión era la de entretener al público, cada vez más amplio y sin conocimientos musicales.

Mozart sería uno de los principales compositores de este género, escribiendo óperas bufas tanto en italiano, como Las bodas de Fígaro, como en alemán.

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