Explorando las Formas y Estilos Musicales: Del Concerto Grosso a la Guerra de los Bufones
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Concerto Grosso
El Concerto Grosso constituye una composición para orquesta completa, en la que la orquesta no acompaña, ni se opone, ni arropa al solista, sino que forma un grupo habitualmente llamado tutti o ripieno que intercambia material musical con un grupo de solistas llamado concertino. Fue Vivaldi quien, frente al concepto de Corelli y Torelli, entre otros, del Concerto grosso como un diálogo entre solista y orquesta en un balance de fuerzas.
Concerto Solista
El Concerto Solista es aquel en el que un instrumento solista (o varios) se alterna con la orquesta (tutti), aumentando así la importancia del contraste. El Concierto solista está estructurado externamente habitualmente en tres movimientos (rápido-lento-rápido). Presenta una estructura externa derivada de la obertura italiana. Los movimientos rápidos suelen tener la forma interna conocida como ritornello (pequeño retorno). Esta consiste en un tema principal que reaparece en su totalidad o abreviado a lo largo del movimiento. En la primera y última repetición está en la tonalidad original. Las reapariciones del ritornello están separadas por episodios solistas.
Estilo Concertato
El Estilo Concertato es una técnica que nacerá sobre todo para la música orquestal. Y se basa en contraponer distintos planos sonoros y timbres de un grupo de instrumentos y se organiza (tutti, concertino, solista). Este estilo se utiliza para darle mayor expresividad a la música.
Estilo Concitato
El Estilo Concitato es un elemento muy característico de la música barroca. Introducido por Monteverdi, consiste en la repetición de la misma nota, de manera muy rápida, articulando el texto con la voz instrumentalmente a modo de trémolo. El efecto que produce es de energía, vitalidad, aunque según cómo se trate puede ser de ansiedad, enfado, ira.
Estilo Galante
La Música Galante responde al gusto y las necesidades del aficionado burgués y a las características de la música compuesta para el ámbito doméstico. Es por ello más sencilla tanto desde el punto de vista instrumental como musical, y exige menos virtuosismo que su antecesora barroca. Esto se manifiesta en el uso exiguo de las texturas polifónicas, el incremento de la importancia de la melodía como portadora de expresión, el empleo de frases musicales de longitud regular y carácter pegadizo, un vocabulario armónico reducido que enfatiza principalmente la tónica y la dominante y busca la variedad a través de las modulaciones, y un empleo funcional y con escaso valor melódico del bajo. Fue de alguna manera una reacción contra la teatralidad de los géneros aristocráticos.
Fuga
La Fuga es una forma polifónica que desarrolla un tema que se repite a través de distintas voces, cada una de las cuales lo imita. Además, una fuga consta de tres partes: la exposición, el desarrollo y la conclusión. En la exposición se presenta el tema en todas las voces; la primera voz presenta el tema, la segunda voz le contesta y la tercera voz lo desarrolla contestando la cuarta. Bach fue el maestro y genio de esta forma musical contrapuntística.
Gluck
Gluck eliminó el aria da capo, adecuó las voces a los personajes, sustituyó los recitativos secchi por otros acompañados por la orquesta, a la que enriqueció en efectivos y otorgó un mayor protagonismo, y difuminó las diferencias entre estos recitativos y las arias. El resultado fueron unas obras en las que devolvía a la ópera su contenido teatral, perdido en el Barroco.
Guerra de los Bufones
La Guerra de los Bufones fue una controversia parisina que enfrentó durante los años 1752-1754 a los defensores de la música francesa, agrupados tras Jean-Philippe Rameau, con los partidarios de una ampliación de los horizontes musicales, reunidos alrededor del filósofo y músico Jean-Jacques Rousseau, partidarios de italianizar la ópera francesa.
La misma lucha había de reanudarse más tarde cuando Gluck presentó sus obras en París. Una vez más se formaron dos partidos que se trabaron en violenta lucha: los gluckistas, adictos a la reforma de la ópera representada por el músico alemán, y los piccinistas, admiradores de su rival italiano Piccini, que no eran sino los sucesores de los antiguos bufonistas.