Explorando la Filosofía de Kant: Dios, Ser Humano y Moralidad
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Conceptos Fundamentales en la Filosofía de Kant
Dios
Dios se convierte en un ideal de la razón que marca el punto de lo que no podemos conocer. Dios, alma y mundo son noúmenos que pertenecen al mundo de lo incognoscible y se convierten en puntos de referencia para nuestros actos morales. Kant relacionó la virtud con la felicidad como garantía una de otra, pero no son suficientes una de la otra. El ser humano postula que:
- La inmortalidad del alma es garantía de un progreso indefinido de la virtud.
- La existencia de Dios es garantía de que la virtud y la felicidad deben coincidir.
- La libertad como existencia de moralidad en el ser humano.
Ser Humano
Kant nos plantea tres preguntas fundamentales:
- ¿Qué podemos conocer?: Solo se puede conocer a través de la experiencia aplicando sobre esta el espacio-tiempo y las categorías. La ciencia se da sobre los juicios sintéticos a priori, por eso la metafísica no es una ciencia, ya que sus ideales pertenecen a lo noúmeno.
- ¿Qué debemos hacer?: Nuestra moral debe ser autónoma. El imperativo categórico es el a priori de la razón práctica. Debemos comportarnos como seres autónomos, de manera que las normas por las que nos regimos puedan ser universales y necesarias.
- ¿Qué me cabe esperar?: Postulo la libertad. La libertad es fundamental para crear una moral autónoma. Al ser humano le cabe esperar que el alma sea inmortal y que exista Dios como garantía de que a la virtud en esta vida le corresponda la felicidad en la otra.
El ser humano está formado por dos partes:
- Fenoménica: Que está sujeta a las leyes de la física.
- Noúmenica: Donde encontraría lo desconocido y sería libre.
Moral
Kant distingue dos tipos de moral:
- Material: Las critica, ya que son empíricas y, por lo tanto, hipotéticas.
- Formal: Está vacía del contenido empírico y debe ser universal y autónoma, determinada por la razón a priori. Está fundamentada en la idea del deber, que está en la razón de los hombres de forma a priori. La realización del deber por el deber supone la buena voluntad. Solamente las acciones por deber son moralmente correctas.
La exigencia de obrar moralmente se expresa en el imperativo categórico, que establece la forma que guía la acción moral, siendo universal y determinado por la razón a priori. Tiene dos formulaciones importantes:
- Obrar siempre de tal manera que nuestra acción pueda ser considerada como ley universal obligatoria.
- Obrar siempre tratando a todo ser racional como un fin en sí mismo y no solo como un medio.
Cumpliéndolo, se conseguiría construir el reino de los fines, donde cada persona sería siempre tratada como un fin y no como un medio.