Explorando la Épica Griega: Homero y Hesíodo
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La Épica Griega: Homero y Hesíodo
1. La Épica
La épica, representada por Homero, surge en un momento de la historia en el que en la sociedad griega predominan las ideas de nobleza (areté) que caracterizan a la Grecia de la época arcaica, contemporánea y posterior a la guerra de Troya. En este tiempo los protagonistas de la historia son los nobles, que son los que llevan a cabo las grandes hazañas, sobre todo bélicas; esto se refleja en los poemas homéricos, en los que destacan héroes como Aquiles, Áyax, Ulises, etc. Estos poemas se recitaban en los palacios de los reyes, que se identificaban con estos personajes.
1.1. Homero: El Bardo de la Épica
El principal representante de la poesía épica es Homero, que vivió en el siglo VIII a. de C. Recoge en su obra toda una tradición anterior que hablaba de la guerra entre griegos y troyanos; posiblemente él no hizo más que recopilar toda esta tradición, que se había ido transmitiendo por vía oral, y darle forma poética.
Los dos poemas homéricos -Ilíada y Odisea- se componen de veinticuatro cantos cada uno, escritos en hexámetros (de ἕξ y μέτρον), por sí mismos. Hay que distinguir, sin embargo, los de la Ilíada, vinculados con el tema central de la guerra de Troya, de los de la Odisea, que son más bien de aventuras.
Así, en la Ilíada aparecen caracterizados los personajes de los dos bandos: en el canto I, Aquiles y Agamenón, en la disputa entre ambos; en el III, Menelao y Paris, en el combate singular; en el VI, Héctor, con motivo de la despedida de su mujer, Andrómaca; en el XVI, Patroclo, íntimo amigo de Aquiles, que toma parte decisiva en la batalla y es muerto por Héctor; en el XXII, donde prácticamente tiene lugar el desenlace de la guerra, al quedar frente a frente el principal guerrero griego, Aquiles, y Héctor, el príncipe más destacado de Troya.
En cuanto a la Odisea, los distintos episodios tienen como protagonista a Ulises: el de Polifemo, el de Circe, las Sirenas, Escila y Caribdis, la vuelta a Ítaca y el reconocimiento paulatino de los suyos, la matanza de los pretendientes de Penélope, etc.
El hecho de que se tratara de poesía oral explica la constante repetición de fórmulas colocadas en una parte fija del hexámetro, con lo que resultaba más fácil de memorizar. Otras características importantes de los poemas homéricos son la abundancia de arcaísmos, el frecuente uso del número dual y la mezcla de formas de varios dialectos.
1.2. Hesíodo: La Voz del Campesino
El otro representante característico de la épica griega es Hesíodo, un poeta considerado como intermedio entre Homero y los líricos; cronológicamente muy cercano a aquél, nos muestra otra cara de la sociedad del s. VII a. C., alejada del mundo aristocrático de la Ilíada y la Odisea. Entre ellos hay elementos comunes, como son la métrica, el lenguaje épico y una larga tradición de aedos o rapsodas; pero la vida que nos presentan es social y espiritualmente distinta.
Hesíodo, que había nacido en Asia Menor, tuvo que trasladarse a vivir a Beocia, de clima bastante duro, donde pasó su vida trabajando en el campo. Y es esa vida del pequeño campesino, sin nada que ver con el noble terrateniente y, a veces, enfrentándose con él, la que nos ha dejado reflejada en su obra más importante: Los Trabajos y los Días. En ella nos habla de la ingrata vida del campo, de las inclemencias del tiempo a las que está sometido y de otras incomodidades de distinta índole. Tomando como base una discusión con su hermano, aprovecha para instruirle sobre la vida del campesino y el comportamiento recto que gusta a los dioses. Es en realidad la aplicación de la épica a un tema didáctico.
La Teogonía, su otra obra, viene a ser una relación de los dioses de Grecia, sus descendencias y sus respectivas atribuciones. La línea argumental es la sucesión de los tres dioses que han gobernado el mundo: Urano, Cronos y Zeus.