Explorando la Épica y la Fábula en la Literatura Latina Clásica

La Épica Latina: Un Legado de Héroes y Dioses

La poesía épica latina es el resultado de elaboraciones poéticas, una épica culta. Por un lado, tiene influencia de la tradición épica griega (Ilíada, Odisea y Las Argonáuticas); y por otro lado, las gestas de los romanos ilustres en el campo de batalla.

Se dice que hay un antes y un después de la Eneida en la literatura latina y en el género épico. Los autores más destacados son:

• Livio Andrónico, que escribió el primer texto épico.
• Cneo Nevio, que escribió un Bellum Poenicium.
• Ennio, que compuso los Anales, extenso poema en 18 libros en los que narró la historia de Roma desde su fundación hasta la época misma del autor.
• Virgilio, que escribió la Eneida, que es la obra más importante de la épica latina.
• M. Anneo Lucano, que escribió Farsalia.
• Silio Itálico, que escribió Punica.
• Valerio Flaco, que escribió en 18 libros Argonautica.
• Papinio Estacio, que escribió Tebaida y la Aquileida.

La Eneida: Un Viaje Épico

Es una auténtica joya de las letras universales escrita por Virgilio, cuya producción es poco numerosa, pero variada y significativa para la literatura latina, entre las que destacan sus tres obras principales: Églogas (género bucólico), Geórgias (género didáctico) y Eneida (género épico).

La Eneida narra las aventuras de Eneas, el héroe troyano, desde su salida de Troya hasta su llegada a las costas de Italia. Narra los combates que sostiene contra los habitantes del Lacio hasta conseguir la victoria y el matrimonio con Lavinia. La Eneida se compone de 12 libros: los 6 primeros en los que se narran las peripecias de Eneas hasta alcanzar las costas de Cartago, y los 6 últimos en los que se narra toda una serie de enfrentamientos en tierras italianas hasta lograr su objetivo final. Virgilio se basó en la Ilíada y la Odisea a la hora de componer la Eneida. Los 6 primeros libros evocan las peripecias de Ulises en la Odisea, y los 6 últimos recuerdan las múltiples y variadas estampas bélicas de la Ilíada. En cuanto a los personajes, Eneas es un guerrero que persevera en su destino, y su obediencia al mandato divino es obsesiva. Vence dificultades, sortea peligros, alcanza objetivos, pero parece como si algo o alguien tuviera que decir siempre la última palabra en su lugar. Dido, la reina de Cartago, es una mujer fogosa, ardiente, enamorada y enormemente vital. Turno es el guerrero rival de Eneas, que nos recuerda a Héctor por su valor, sinceridad e infortunio, y a Aquiles por su temperamento feroz, irascible y un tanto primario. Niso, Euríalo y Palante son jóvenes que pierden la vida en la flor de la vida. Anquises, que es el padre de Eneas. Evandro, que es el rey patriarcal. Y por último, los dioses, que desempeñan un papel muy importante en la trama de la Eneida: Júpiter, que tiene en sus manos las riendas del destino de Roma; y Juno, Venus y Minerva, que ejercen de intermediarias entre el padre de los dioses y los humanos. En la Eneida el lenguaje poético alcanza una perfección incomparable; frases simples, léxico poético, versificación lograda en todos sus detalles hacen que el poema se lea con rapidez y agrado. Posee una musicalidad exquisita, es sencilla, profunda, y es sin duda una auténtica joya.

La Fábula Latina: Lecciones Morales en Verso

La fábula es un subgénero de la poesía didáctica. Es una negación del heroísmo. Los hombres se asimilan y se comparan con los animales, que son los verdaderos protagonistas. La fábula pretende hacer mejores a los hombres; fustiga sus vicios e intenta estimular sus cualidades y virtudes. Fedro es el autor más destacado en las fábulas latinas en verso. Su producción se compone de 103 fábulas escritas en unos versos llamados senarios yámbicos, y están divididas en 5 libros, que incluyen sus correspondientes prólogos y epílogos, en los que menciona sus problemas con Sejano, su amistad con Eutico, y sus pretensiones de elevar la fábula a la categoría de género mayor. La moraleja final toca varias facetas de la conducta humana. Después de Fedro, Flavio Aviano, un imitador de finales del siglo IV, compuso en dísticos elegíacos casi medio centenar de fábulas.