Explorando el Conocimiento a Través de la Historia de la Filosofía: Platón, Santo Tomás, Kant, Descartes y Nietzsche

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Platón y el Conocimiento en la Edad Antigua

En la filosofía de Platón, la idea principal reside en la última racionalidad de la realidad, es decir, las ideas y, por encima de todas, la idea del bien. Platón argumenta que debe existir un parámetro común entre el plano de la realidad y el de la mente, el conocimiento humano. Para él, este parámetro es la geometría. Sostiene que la mente humana posee la capacidad de captar estructuras racionales eternas, y a esto lo considera conocimiento. Platón describe el proceso de conocimiento en tres fases:

  1. Fase Sensorial: El individuo se encuentra inmerso en sus propios sentidos. Las percepciones están sujetas a cambios y, por lo tanto, no proporcionan conocimiento verdadero, aunque son necesarias para alcanzarlo.
  2. Fase Inteligible: Perteneciente al campo de las ciencias, utiliza el razonamiento matemático. Esta fase sí aporta conocimiento.
  3. Fase Filosófica o Noesis: Se trata de la intuición intelectual y pura de las ideas filosóficas.

Platón explica que las percepciones sensoriales son copias de objetos, que a su vez son copias de ideas. Por lo tanto, no pueden considerarse como reales. Para ilustrar estas fases, Platón recurre al mito de la caverna. Además, introduce la teoría de la reminiscencia, donde las formas son eternas y los individuos poseen una capacidad innata para acceder a ellas a través del conocimiento.

Santo Tomás y la Existencia de Dios en la Edad Media

Santo Tomás de Aquino argumenta que la existencia de Dios es demostrable. Cree que Dios crea el mundo al mismo tiempo que lo piensa, una facultad exclusiva de Dios. A diferencia del hombre, que primero piensa y luego actúa, Dios crea fuera del tiempo y el espacio. Aunque la naturaleza divina de Dios es desconocida para nosotros, Santo Tomás defiende que su existencia puede demostrarse a través de los efectos que percibimos. Dios, como creador del universo, es un ser necesario, mientras que las criaturas son contingentes. En estas últimas, distingue entre esencia y existencia, donde la primera no implica necesariamente la segunda, a diferencia de Dios.

Santo Tomás establece una jerarquía de perfección según la semejanza con Dios. Para demostrar la existencia de Dios, propone cinco vías:

  1. Dios como motor inmóvil.
  2. Dios como ser necesario.
  3. Dios como primera causa incausada.
  4. Los grados de perfección.
  5. El orden del universo mediante leyes necesarias.

Así, Santo Tomás defiende que Dios es motor inmóvil, causa primera, creador, necesario, perfecto y ordenador del universo.

Kant y la Crítica del Conocimiento

Immanuel Kant, influenciado por el empirismo de Hume y el racionalismo de Descartes, realiza una crítica de la razón pura para entender el conocimiento. Kant se pregunta cómo es posible la ciencia y clasifica los juicios en:

  • Juicios Sintéticos: Amplían el conocimiento.
  • Juicios Analíticos: No amplían el conocimiento.
  • Juicios a priori: No necesitan experiencia.
  • Juicios a posteriori: Necesitan experiencia.

Kant analiza las facultades del sujeto: razón, sensibilidad y entendimiento. En la analítica trascendental estudia el entendimiento y la física; en la estética trascendental, las matemáticas y la sensibilidad. Kant diferencia entre el fenómeno (lo que percibimos) y el noúmeno (las cosas de las que no tenemos experiencia). La ciencia se basa en el fenómeno, mientras que la metafísica estudia el noúmeno, buscando ideas como Dios, alma y mundo. La razón busca un saber incondicionado, y aunque el conocimiento absoluto es inalcanzable, el progreso científico es posible.

Descartes y el Racionalismo Moderno

René Descartes, principal pensador del racionalismo, busca un conocimiento cierto y seguro a través de la razón. Su método se basa en la intuición y la deducción, y se rige por cuatro reglas:

  1. Evidencia: Aceptar como verdadero lo que se muestra de forma clara.
  2. Análisis: Dividir ideas hasta llegar a lo simple.
  3. Síntesis: Construir verdades complejas desde lo intuido.
  4. Enumeración: Revisar los pasos anteriores.

Para encontrar una verdad indudable, Descartes aplica la duda metódica, dudando de los sentidos, la realidad experimental y la razón. Llega a la conclusión de que no se puede dudar del propio hecho de dudar, estableciendo la primera verdad: "pienso, luego existo". A partir de esta verdad, construye su metafísica, distinguiendo entre ideas adventicias, facticias e innatas. Utiliza el principio de causalidad para demostrar la existencia de Dios, argumentando que la idea de infinito debe ser causada por un ser infinito. Además, afirma que Dios es perfecto por su propia existencia. Descartes concibe la realidad como una máquina y distingue tres sustancias: cogito (sustancia pensante), Dios (sustancia infinita) y realidad exterior (sustancia extensa).

Nietzsche y la Crítica a la Metafísica Tradicional

Friedrich Nietzsche critica la metafísica tradicional de Platón, considerando la realidad como un devenir sin finalidad. Para él, la realidad es cambiante y se percibe a través de perspectivas propias. Nietzsche defiende la voluntad de poder, la capacidad de asumir la realidad cambiante y potenciar la vida. Los conceptos son metáforas que se alejan de la realidad, y la filosofía ha llamado "verdad" a lo más alejado de ella. Para Nietzsche, no hay verdad absoluta, y solo es verdad lo que favorece la vida. Su criterio de verdad es la voluntad de poder.

Nietzsche tiene una visión pesimista del hombre, pero cree que este puede superarse a sí mismo en el superhombre, aquel que tiene voluntad de poder. El hombre débil sigue la moral tradicional, que niega los instintos vitales. Dios es el fundamento de esta moral y el enemigo del superhombre. Para que el hombre pueda llegar a ser, debe acabar con Dios. Esto lleva al nihilismo, que puede ser positivo (transmutación de valores) o negativo (derrumbe de valores). El superhombre es el resultado de la evolución del hombre débil hacia el hombre fuerte, que es destructor y creador. Nietzsche describe este proceso en tres etapas: camello (racional), león (rebelde) y niño (vida, juego y creación artística).

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