Exploración Sinfónica: Brahms, Grieg, Borodin y Tchaikovsky

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Audición 30: Brahms - Sinfonía nº 3

Brahms, opuesto al poema sinfónico, prefirió las formas clásicas como la sinfonía, sin interés por la música programática. Compuso cuatro sinfonías, donde la forma sonata predomina en dos movimientos. Su segundo movimiento evoca la forma lied, y el tercero, el scherzo (un minuet rápido). Apegándose a los modelos clásicos, su Sinfonía nº 3 (1883), posterior a la segunda, marca una distancia de la influencia de Beethoven. Desde su inicio triunfal en allegro, hasta su majestuoso final en fa mayor, la obra se basa en un motivo de años anteriores, con transposición musical y las iniciales de una frase personal: "libre pero feliz" (fa, la, la - la segunda nota es la bemol). Este scherzo, melodioso y melancólico, presenta su tema allegretto con violonchelos, sostenido por la cuerda, alejado del espíritu experto. Delicado, lírico, afable y melódico, este allegretto es la página más extrovertida y conocida de todo el sinfonismo. Construido sobre dos motivos melódicos que declaran una antítesis anímica: el primero, ascendente (fa, la bemol), refleja anhelo; el segundo, descendente (si bemol, sol), representa la frustración. Estas seis notas, articuladas en preguntas y respuestas, son la base musical, estética y simbólica del fragmento. Su forma ternaria (ABA) representa: A, el anhelo; B, una danza campestre; y A, el retorno. Destaca la belleza de la melodía y su utilidad para expresar el anhelo a través de la orquesta.

Audición 31: Grieg - "La Mañana"

"La Mañana", música programática de Edvard Grieg, forma parte de sus dos suites orquestales. Ambicioso e imaginativo, Grieg describe un amanecer en el desierto egipcio, lejos del bucólico paisaje noruego. La flauta presenta la melodía principal, repetida por el oboe; la cuerda la ejecuta con grandiosidad, y la trompa, con suavidad, desvaneciéndola en el aire. Iniciando en mi mayor, flauta y oboe interpretan la melodía en sol menor. Un movimiento ascendente precede la entrada de la orquesta, marcando la cúspide melódica y expresiva. En cada diálogo instrumental, la tonalidad asciende o modula tres veces, reforzando la plenitud. Descriptiva, la música evoca bandadas de pájaros sobre montañas, tímidos esbozos de flauta y oboe, y el sol emergiendo en el horizonte. Tras la muerte de su madre, Grieg, convertido en próspero comerciante, mantiene su estilo escandinavo. El argumento: un niño pierde su hogar y viaja a Noruega, reflejando el amanecer en el desierto. Azules y verdes como precipicios y agua, estilo nacionalista, melodía repetitiva que crece en intensidad, pajarillos antes del amanecer, y la explosión de la luz solar en el desierto africano.

Audición 32: Borodin - "Danzas Polovtsianas"

Fragmento más conocido de la ópera El Príncipe Igor, esta música nacionalista de tema histórico posee una rica orquestación tímbrica. Coro e instrumentos interpretan las danzas. La obertura, las danzas y la marcha forman una suite. El argumento: el príncipe Igor, junto a su hijo Vladimir, va a la guerra contra los polovtsianos, dejando el gobierno a su cuñado Galitzki, quien resulta deplorable. Igor y Vladimir son capturados. Vladimir se enamora de la hija del kan Kontchak, y al escapar Igor, Vladimir se queda, recibido con alegría. La primera danza, nostálgica, cierra el segundo acto. El kan ofrece a los prisioneros esta danza, interpretada por jóvenes esclavas. La segunda, protagonizada por el clarinete, es bailada por guerreros a ritmo rápido. La percusión introduce un coro de alabanza al kan. Una danza rápida de jóvenes desemboca en un final espectacular con coro y danzantes. La melodía ascendente culmina con la entrada de la orquesta. La tonalidad se refuerza tres veces, representando ascenso y plenitud. Dos mundos se alternan: el civilizado (príncipe Igor), melódico, lento, dulce y apasionado; y el bárbaro, con rituales frenéticos y enérgicos.

Audición 33: Tchaikovsky - Cascanueces "Vals de las Flores"

El Cascanueces, terminado el 17 de diciembre de 1892, se basa en el cuento de E.T.A. Hoffmann, El Cascanueces y el Rey de los Ratones. Tchaikovsky, destacado compositor de ballet (El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente), perteneciente al post romanticismo ruso, creó un ballet de dos actos y tres escenas. La suite orquestal se divide en ocho números. Clara, en Navidad, recibe un cascanueces. Esa noche, ratones invaden el salón, los juguetes cobran vida, y Cascanueces los enfrenta. Clara lo ayuda, arrojando una zapatilla al rey de los ratones, quien se convierte en un príncipe que la lleva a Confiterimburgo. El Hada Azúcar organiza una fiesta. El Vals de las Flores, uno de los más bellos y románticos de Tchaikovsky, destaca por su orquestación. En forma ternaria, consta de una introducción (arpa), la exposición (trompas, clarinete, cuerda), y el vals (tema repetido dos veces). Destaca la belleza melódica y el tratamiento del viento. La segunda repetición, protagonizada por las maderas, se desconecta rítmica y melódicamente del vals. La coda final utiliza motivos musicales previos, culminando brillantemente. Una de sus partituras y melodías más memorables, con armonías avanzadas.

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