Exploración de la Piel Deshidratada y Sensible: Fisiopatología, Manifestaciones y Evaluación Clínica

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Piel Deshidratada: Fisiopatología y Manifestaciones Clínicas

Modificaciones Fisicoquímicas y Estructurales de la Piel Deshidratada

La piel deshidratada presenta una serie de alteraciones arquitecturales en sus capas superficiales, que incluyen:

  • Desorganización con mayor profundidad y ancho de los surcos cutáneos primarios, y disminución de los surcos secundarios.
  • Modificación en el pH.
  • Inhibición de la actividad de enzimas líticas.
  • Alteraciones en los lípidos epidérmicos, con disminución de la cantidad de ceramidas.
  • Alteraciones de la queratinización, con queratinocitos más pequeños.
  • Trastornos en la degradación de los corneodesmosomas.
  • Agregación de los queratinocitos en forma de escamas, en lugar de descamar de forma ordenada e inaparente.
  • Trastornos en la función de barrera cutánea.

Signos de la Piel Deshidratada

Clínicamente, la piel deshidratada se manifiesta con los siguientes signos:

  • Piel opaca, sin brillo, con pérdida de la lozanía.
  • Descamación fina y seca.
  • Áreas discrómicas descamantes con aspecto blanquecino.
  • Arrugamiento superficial.
  • Posible presencia de eritema.
  • Pápulas queratósicas foliculares.
  • A la palpación, superficie áspera a rugosa al tacto, con rugosidad incrementada a nivel de los orificios foliculares, lo que se conoce como “piel de gallina”.

Síntomas de la Piel Deshidratada

Los pacientes con piel deshidratada suelen referir los siguientes síntomas:

  • Sensación de sequedad cutánea.
  • Tirantez.
  • Necesidad de aplicar una crema hidratante o humedecer la piel.
  • Prurito (picazón).
  • Prurito inducido por el sudor.
  • Sensación de stinging (escozor o ardor).
  • Intolerancia a los jabones y detergentes.
  • Intolerancia a las inclemencias climáticas.

Piel Sensible: Concepto, Tipos y Evaluación

Grado de Sensibilidad Cutánea

La valoración del grado de sensibilidad nos permite diferenciar la piel sensible de la piel resistente. La piel sensible es una condición de hiperactividad cutánea subjetiva frente a factores medioambientales. A menudo, la piel sensible es alípica, tiene un fototipo bajo, una tendencia al flushing y al blushing, un trastorno de la barrera cutánea y una disminución del contenido acuoso.

Su patogenia se cree que es mediada por un mecanismo neural con trastorno en los neurotransmisores de la piel. Se reconocen cuatro tipos clínicos de piel sensible:

  1. Tipo “Stinging
  2. Rosaceiforme
  3. Acneica
  4. Alérgica/Atópica

Signos de la Piel Sensible

A menudo, no hay signos objetivos evidentes en la piel sensible. Sin embargo, pueden presentarse signos de irritación como:

  • Eritema.
  • Descamación.
  • Xerosis (sequedad extrema).

Generalmente, hay un aumento en la vascularización (eritema). Se aprecia flushing y/o blushing. Muchas veces se trata de una piel alípica con fototipos bajos, o puede tratarse de una piel acneica o con dermatitis.

Síntomas y Pruebas para Determinar la Sensibilidad

Los síntomas asociados a la piel sensible incluyen:

  • Facilidad para el desarrollo de irritación cutánea.
  • Reacciones adversas a productos cosméticos.
  • Prurito o stinging en los primeros 30 minutos de aplicación del cosmético.
  • Mala tolerancia a factores climáticos.
  • Blushing o flushing.
  • Alergias cutáneas, respiratorias u otras (ej. asma, rinitis).

Para determinar la sensibilidad cutánea, se utilizan diversas pruebas:

  • Test de stinging con ácido láctico.
  • Test de resistencia a los álcalis.
  • Test con nicotinato de metilo.
  • Test con cloruro de metacolina.

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