Exploración de la Mente Humana: Conciencia, Deseo y la Muerte

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La Mente y el Cerebro

El ser humano no es solo un cuerpo, sino que también tiene lo que denominamos mente. Este término designa el conjunto de actividades propias de la inteligencia y de la afectividad humanas que procesan la información del mundo exterior y dirigen las funciones vitales. Ha recibido nombres variados como alma o espíritu. En muchas ocasiones se ha considerado superior al cuerpo y distinta de él. Actualmente ninguna discusión acerca de la mente puede sostenerse sin tener en cuenta el cerebro. Este es el órgano más complejo del ser humano y hace posible ejercer las funciones intelectuales, afectivas y motoras de nuestra vida. El cerebro genera actividades mentales. Por ejemplo, antes se consideraba muertas a las personas en coma; actualmente sabemos que una persona muere cuando no tiene actividad mental.

Argumentos: Mente Superior al Cuerpo

  • Darth Vader: Aunque le corten los brazos, piernas…, como la mente la mantiene, sigue siendo la misma persona.
  • Sueños: En ellos solo se necesita la mente, es una creación totalmente mental.
  • Experiencias límite: Autobiografía resumida, cuando la mente ve cerca una situación de peligro extremo produce una autobiografía para evitar la amnesia.
  • Mentalmente podemos viajar a cualquier sitio, mientras que físicamente a muchos lugares no podemos.

Problemas en las Relaciones entre Mente y Cuerpo

Las relaciones entre la mente y el cuerpo constituyen un antiguo problema para la filosofía. Actualmente, esta cuestión equivale a analizar la relación que existe entre mente y cerebro. Pueden distinguirse tres grupos de respuestas con distintas variantes:

Monismo

La mente y el cuerpo no son realidades separadas, sino aspectos distintos de una misma realidad. Esta realidad puede ser de tipo material, según los atomistas (filosofía presocrática) o Marx (siglo XIX), o de tipo mental o espiritual, según los racionalistas o idealistas (ambos, filosofía moderna). Es una posición metafísica o filosófica que considera que la realidad está compuesta por un único elemento. Por ejemplo, para Marx, Dios sería una ilusión creada por la mente.

Dualismo

Se remonta a Platón y Descartes. Establece que la mente y el cerebro son dos realidades diferentes, cada una de ellas con sus reglas propias. No es posible reducir la actividad mental a la cerebral. La mente es más valiosa que el cuerpo y la causa de las actividades intelectuales y afectivas humanas (por ejemplo, llevar el cuerpo al extremo). Considera que la realidad está compuesta por dos elementos: la materia y el espíritu.

Relaciones Mente-Cuerpo

  • Paralelismo: A cada acto físico le corresponde un acto mental, como decía Leibniz (filosofía alemana moderna). Esto no es así porque, por ejemplo, cuando se duerme hay sueños (actos mentales); otro ejemplo son las personas con tic o varias jugadas de ajedrez.
  • Ocasionalismo: La mente y el cuerpo solo conectan en ocasiones muy puntuales. No siempre se cumple, porque hay actividades que hacemos voluntariamente que necesitan de actividad física y mental, como ser cirujano, carpintero…
  • Epifenómeno: La mente no mantiene ninguna relación con el cuerpo, sino que es un fenómeno de tipo diferente a la realidad corporal y no puede ser explicada con los criterios del cuerpo. Es el dualismo más extremo: la mente es prisionera del cuerpo, que es entendida como una cárcel.

Fisicalismo

La actividad mental depende del cerebro y puede explicarse mediante causas físicas. Cree que la mente se puede explicar perfectamente con causas físicas (por ejemplo, enamoramiento o muerte). No admite la separación dualista entre mente y cuerpo; ambos mantienen una relación de dependencia y se reducen a una base física. Hay tres formas de fisicalismo:

  • Identidad entre mente y cerebro: La actividad mental no es más que la actividad del cerebro.
  • Conductismo: Toda actividad mental se traduce siempre en una conducta determinada. Niega la existencia de la mente porque no se puede medir, pesar… (por ejemplo, la conducta de un perro y de un enamorado).
  • Funcionalismo: Defendido por filósofos actuales. Lo más importante no es analizar la relación directa entre la mente y los estados del cerebro, sino investigar cómo un estado mental se relaciona con otros estados mentales y motiva un comportamiento determinado; es decir, la mente, para cumplir ciertas funciones, necesita el cerebro y viceversa.

Reflexividad

La conciencia es una actividad mental que permite una vuelta a sí, una reflexión. Tener conciencia implica volver sobre uno mismo. Supone darse cuenta, es decir, darse una razón a sí mismo de algo, explicarse algo o, cuando menos, plantearse esa explicación. La mente no es rígida, se mueve en tres tiempos: pasado, presente y futuro. El tiempo es muy rígido; en cambio, la conciencia temporal nos permite pensar en el pasado, presente y futuro. A las personas que están ancladas en el pasado y no quieren aprender se les llama nostálgicas; sin embargo, las que se centran en el futuro son ansiosas. Una conciencia temporal es magnífica para aprender del pasado y no cometer los mismos errores en el futuro; es automática. En sentido subjetivo, en la filosofía se viaja en el tiempo; en sentido objetivo, no. El presente es muy efímero. La sincronización de las mentes en la conciencia temporal es muy difícil porque cada uno tiene su mundo interior. En función de cómo valoremos el pasado, vivimos el presente y proyectamos el futuro.

Dos Formas de Conciencia

  • Inmediata: Permite conocer y advertir nuestra propia presencia. Se llama inmediata porque no necesita intermediarios; por ella somos capaces de vernos a nosotros mismos y pensar en lo que somos o podemos ser: la certeza de que yo existo y puedo conocer quién soy y quién quiero ser.
  • Mediata: Exige intermediarios, entre otros, la realidad exterior y la actividad de los seres humanos. Mediante este tipo de conciencia mediada podemos pensar y juzgar el mundo exterior, las consecuencias de nuestros actos y lo que son las otras personas. Ambos tipos de conciencia se encuentran relacionados: nos conocemos a nosotros mismos porque pensamos y juzgamos lo que son las cosas y las personas que nos rodean.

El Deseo como Ausencia y como Fuente de Intranquilidad

El deseo es un movimiento de nuestra actividad psíquica que nos impulsa a alcanzar un objeto que consideramos una fuente de satisfacción. Cuando un deseo no se puede cumplir es una utopía. El objeto tiene que estar fuera, no se puede resolver mentalmente. Es un impulso para obtener la satisfacción de un objeto exterior.

Tres Rasgos del Deseo

  • Es una falta: El deseo supone querer algo que no se posee, de ahí que suponga la ausencia de algo.
  • Vive en el mundo del exceso: Es una falta más allá de las necesidades básicas, siempre se dirige a un mundo de posibilidades, a un mundo en exceso. No es extraño que en las sociedades ricas el universo del deseo sea tan amplio y tenga tantas repercusiones económicas: las tiendas ofrecen tentaciones para cumplir deseos que van más allá de las necesidades básicas. Deseo no significa necesidad material (por ejemplo, zapatillas de marca, vestir de etiqueta, subir precios…). En filosofía se analizan los deseos para ver si son necesarios, como por ejemplo los ideales de belleza. Hay que ser muy objetivos y distinguir el deseo de la necesidad, y saber qué deseo queremos llevar a cabo.
  • Se basa en el conflicto y provoca intranquilidad: Un deseo muere cuando alcanza su objetivo. Pero cuando un deseo se cumple, surgen deseos nuevos. Los publicistas aprovechan esta estructura conflictiva del deseo. Los miedos y temores a no cumplir los deseos, provenientes de conflictos interiores, provocan intranquilidad.

Aceptación y Rechazo del Deseo

1. Reconocer el Valor del Deseo como un Aspecto Fundamental del Ser Humano

Esta postura mantiene que el deseo es una realidad esencial, que debe ser tenida en cuenta a pesar de los problemas que plantea. Por ejemplo, en un accidente, una persona muy afectada o un bombero sacando los cuerpos calcinados, hay que ser fríos y evitar el deseo que impide trabajar.

  • Spinoza (filosofía moderna): Reconoce el valor del deseo y afirma que es el ímpetu de mantenerse en el propio ser. Desear es una necesidad de todo ser real, y quien existe desea siempre. El deseo es bueno, indica querer alcanzar algo, querer llenarse poniendo metas; es símbolo de salud, voluntad de vivir.
  • Hegel (filosofía alemana moderna): Hemos aprendido a no llevar al extremo la satisfacción de los deseos, pues indica la aniquilación del deseo (por ejemplo, macarrones y gustar a alguien). ETA es un grupo terrorista que, de modo hegeliano, no ha aprendido, porque para ellos el fin justifica los medios, y si para cumplir sus deseos tienen que aniquilar al otro, les da igual.
  • Deleuze (filosofía contemporánea): El deseo no produce ilusiones, sino una visión de la realidad; dependiendo del deseo, mostraremos tristeza, alegría, ganas de dormir… Somos máquinas deseantes, no paramos de desear durante el día. Para Deleuze, la sociedad capitalista solo puede mejorar si filosóficamente nos hacemos invulnerables a sus deseos (por ejemplo, no tengo amigos, pero sí dinero).

2. Plantear la Necesidad de Dominar el Deseo como si Fuera un Elemento Negativo

Es necesario combatir el deseo para alcanzar el conocimiento y la felicidad. La religión también quiere eliminar el deseo: una felicidad basada en la satisfacción de nuestros deseos es imposible porque somos máquinas deseantes y no podemos satisfacer todos. El deseo nace de la intranquilidad final de la satisfacción, y para salir de ese tedio se crean nuevos deseos; esto provoca un círculo vicioso.

  • Estoicismo (movimiento filosófico de la Edad Antigua): Es necesario someter el deseo a la razón. La verdadera sabiduría supone dominar el deseo para someterse a la naturaleza y al destino; en esta aceptación se encuentran la tranquilidad y la paz, que no deben ser perturbadas por los deseos. Por ejemplo, Marco Aurelio y Epicteto.
  • Epicureísmo: Fomentar el placer para alcanzar la serenidad; para ello es necesario admitir solamente los deseos que procedan de las necesidades naturales. Para ello hay que eliminar los deseos artificiales. Fomenta el placer para alcanzar la serenidad.

Pasión

Es una inclinación o tendencia que no se puede dominar: cuando hay pasión se sufre un estado de dominación y de padecimiento, del que a veces no se es consciente. Sentirse dominado por algo de un modo incontrolado que no nos permite ver más allá del objeto de nuestra pasión.

Dos Posturas sobre la Pasión

  • La razón domina a la pasión: Porque de otro modo esta se convierte en un impulso que nos domina (por ejemplo, el amor). Aceptar el dominio de la pasión supondría someter la mente humana a deseos y pulsiones corporales; es inviable, no se puede controlar.
  • Sin pasión no hay conocimiento verdadero: Cuando se conoce bien algo es necesario hacerlo con pasión, de modo que nos sentimos motivados y dominados por aquello que hemos conocido. Grandes filósofos y poetas no tenían nada a su propiedad porque viven solo de la pasión.

Preguntas sobre la Muerte

La muerte es un hecho biológico que afecta a todos los organismos vivos, pero también es un fenómeno cultural y social. Todas las sociedades han considerado la muerte como uno de los acontecimientos más importantes de la vida y lo han revestido de mitos, ceremonias… Por ejemplo, un funeral sirve para dar apoyo a los seres queridos del difunto. El resto de seres vivos se mueren, pero no tienen conciencia de ello; nuestro problema biológico es que lo sabemos.

Características de la Muerte

  • Siempre un final: La vida humana es limitada y no dura eternamente; es un destino cierto para los humanos. Es una de las pocas cosas verdaderamente democráticas, ya que llega a todos por igual y nadie puede escapar de ella, aunque sueñe con hacerlo.
  • Nunca puede predecirse: Excepto en casos extremos de suicidio o asesinato, llega siempre, pero no sabemos su camino; por ello es fuente de angustia. Muestra que no somos indispensables, porque tras la muerte otros retoman lo que hemos dejado. La muerte es maestra de lecciones universales.
  • Acto personal: Nadie puede morir por nosotros y se realiza en la más profunda soledad. Nuestro yo está solo subjetivamente, aunque estemos rodeados de seres queridos. Enseña que las cosas importantes ocurren en la soledad. Nadie está preparado para afrontar esta soledad, pero la muerte revela su valor.
  • Fuente de interrogantes fundamentales: La muerte es un final y la extinción definitiva y completa de nuestra vida, y la muerte es el anuncio de la vida futura. La primera se responde con la evidencia biológica, y la segunda abre un mundo de esperanza y creencias.

La Filosofía como Meditación de la Muerte

  • Platón: Afirmó que filosofar es lo mismo que aprender a morir. Creía que el alma era inmortal y la sede del conocimiento sensible (mundo de los sentidos y placeres sensuales), y alcanzar la eternidad (cree en el más allá, año cristiano): era una fuente de libertad y de eternidad, al tiempo que permitía separarse de las ataduras del cuerpo. Tendríamos que entrenarnos para ser inmortales, empezar a sentirnos dioses. Para Platón es positivo pensar en la muerte para vencerla filosóficamente.
  • Estoicos (movimiento filosófico de la Edad Antigua): Pensaban que la vida era un simple préstamo de los dioses y que deberíamos vivir cada día como si fuera el último de nuestra existencia. Nos libraríamos de la muerte filosófica, ya que estamos pensando en disfrutar cada día. Ante lo inevitable no hay que sufrir, porque no se puede evitar.
  • Montaigne (filosofía moderna): Retomó un sentido diferente a la tesis de Platón y afirmó que deberíamos reflexionar sobre la muerte para conocerla. La filosofía es una meditación sobre la muerte.
  • Heidegger (filosofía contemporánea): Concedió una extraordinaria importancia a la reflexión sobre la muerte como elemento fundamental para comprender al ser humano. El ser humano es el único que tiene conciencia de que va a morir. Enfrentándose a ello, se permite asumir proyectos radicales que puedan calificar el conjunto de la vida. En la guerra, la conciencia de la muerte es mayor al ver tan de cerca la muerte.
  • Unamuno (filosofía contemporánea): Pensaba que todo ser humano deseaba la inmortalidad, y ello lleva a desarrollar un sentimiento trágico de la vida, ya que desea la inmortalidad sabiendo que va a morir. Es una paradoja imposible. Pero no se puede dejar de pensar en ella; por eso dicho pensamiento es trágico. Hemos sido condenados a tener ansia de inmortalidad, siendo conscientes de que vamos a morir.

La Muerte: Un Problema Inútil

Frente a las posturas anteriores, algunos filósofos han insistido en la idea de que pensar en la muerte no debe ocupar nuestros esfuerzos. Para todos ellos, lo importante es reflexionar sobre la vida.

  • Epicuro (filosofía griega de la Edad Antigua): Creía únicamente en la realidad material (llena de átomos) y en la experiencia sensible. La muerte ocurre siempre, pero no podemos experimentarla, y es cuando nosotros estamos vivos; la muerte no es todavía nada para nosotros. En cambio, cuando se produce la muerte, nosotros ya no existimos; por eso la filosofía debe ayudar a eliminar el pensamiento de la muerte como fuente de turbación y angustia (temores y miedos). La muerte no significa dolor; es tristeza para los seres queridos.
  • Spinoza (filosofía moderna): Afirmó que la filosofía debía ser siempre una meditación sobre la vida. La muerte es inevitable, pero pensar sobre ella resulta inútil. Lo importante para la filosofía es dilucidar cómo podemos vivir mejor y más felices. Pensar sobre la muerte no nos ayudará a ello: mens sana in corpore, en contra del cristianismo.
  • Sartre (filosofía contemporánea): Elaboró una perspectiva interesante sobre la muerte. Afirma que la muerte no es en realidad una propiedad personal del que muere. Cuando se produce la muerte, yo ya no soy nada, porque he terminado la existencia. En cambio, la muerte permite que los otros me juzguen y formen una opinión sobre mí. Pero esto no me afecta: es un problema de los otros, no es un problema mío. Pensar sobre la muerte es pensar sobre algo cerrado e inevitable, que no ayuda a vivir mejor. Mi muerte es un problema, pero solo para los otros. La muerte de otros es problema mío: cuanto mayor afectividad con el difunto, es más difícil de llevar para nosotros.

Introducción (Tema 3)

Con la consolidación de las teorías de la evolución, el ser humano quedó relegado de su papel central en la naturaleza y pasó a ser presentado como un animal más. Partiendo de estas peculiaridades, este proceso culminaba en un animal social productor de cultura. Este es el inicio del proceso de hominización.

Introducción (Tema 4)

En los hombres y mujeres se da una relación compleja entre la mente y el cuerpo, y tenemos conciencia. También experimentamos deseos, nos enfrentamos a la muerte y somos “personas”. Todos estos enigmas del ser humano son problemas de los que se ocupa la antropología filosófica.

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