Exploración del Léxico Español: Origen, Formación y Semántica
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LAS PALABRAS: ORIGEN, FORMACIÓN Y SIGNIFICADO
Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente.
Ludwig Wittgenstein
1.1 ORIGEN HISTÓRICO DEL LÉXICO CASTELLANO HASTA LA ACTUALIDAD
El castellano deriva del latín, la lengua hablada en el Imperio Romano, por eso tanto al español como al resto de las lenguas europeas que se originaron a partir del latín - portugués, gallego, catalán, francés, italiano y rumano, principalmente- se les conoce como lenguas románicas o neolatinas. Todas estas lenguas comenzaron por ser meras variedades del latín vulgar y tras siglos de evolución fonética, morfosintáctica y léxica fueron transformándose hasta perderse y dar paso a las nuevas lenguas.
En cuanto al origen del léxico castellano, en primer lugar, debemos reseñar que el léxico o vocabulario de una lengua se va formando a lo largo del tiempo y está siempre sujeto a las circunstancias sociales, políticas, económicas y culturales que vive la comunidad hablante. En el caso del español, lengua con un léxico variado debido a su rica y larga historia, distinguiremos el léxico patrimonial, que proviene del latín, de los elementos extraños a la lengua madre.
EL LÉXICO HEREDADO
La mayor parte de las palabras castellanas proceden de vocablos latinos que han ido evolucionando con el tiempo. Las palabras del latín, evolucionadas según las tendencias fonéticas de la formación del castellano, reciben el nombre de palabras patrimoniales. Son términos procedentes de las lenguas clásicas que se han adaptado al castellano experimentando una serie de cambios fonéticos hasta llegar a conseguir la forma que hoy presentan (lupum > lobo, filium > hijo, lactem > leche).
Se diferencian así de los cultismos, que, si bien son también de origen latino o griego, no han sufrido apenas evolución por haber sido rescatados tardíamente, en épocas posteriores a las de los fenómenos concretos de evolución. Por lo tanto, siguen muy de cerca la forma primitiva de la que proceden (del latín: incredulum > incrédulo, postumum > póstumo; y del griego: hidrógeno u oftalmólogo).
A veces, una misma palabra latina da lugar a dos términos: uno patrimonial y otro culto. Son los llamados dobletes léxicos: colocare > colocar / colgar, delicatum > delicado / delgado.
EL LÉXICO ADQUIRIDO: LOS PRÉSTAMOS
Con el paso del tiempo se han ido incorporando a nuestra lengua vocablos procedentes de otras lenguas que han estado, en algún momento, en contacto con la nuestra. Son los llamados préstamos lingüísticos.
- Préstamos históricos. Los más antiguos son los prerromanos, que proceden de las lenguas habladas en la Península antes de la llegada de los romanos (barro, carrasca, arroyo)
De los primeros contactos de los griegos con la Península, antes de la conquista romana, quedan algunos topónimos, como Ampurias. El resto de los helenismos se incorporan al español a través del latín, muchos de ellos están relacionados con la iglesia (obispo, bautismo, iglesia, católico) o son términos correspondientes a avances técnicos (teléfono, termómetro).
Cuando los germanos invaden la Península Ibérica adoptan el latín como lengua, pero introducen en él germanismos como guerra, rico, rueca, sala.
En los siete siglos en los que los árabes permanecieron en la península ibérica incorporaron al léxico muchas palabras de las que hoy perduran unas cuatro mil. Los arabismos los encontramos en el ámbito científico (álgebra, alquimia, alcohol), en el doméstico (alfombras, almohadas, zaguanes, azulejos) y sobre todo referente a la agricultura (acequias, berenjenas, zanahorias, alcachofas, alubias). Además de conservan numerosos topónimos (Alcalá, Algeciras, Madrid, etc.; más todos los que llevan la raíz guad, río en árabe: Guadalquivir).
Tanto en la Edad Media, a través del Camino de Santiago, como con la llegada de los Borbones en el XVIII se incorporan al español abundantes galicismos: garaje, restaurante, manjar). En el siglo XVI, la conquista de América hace que se incorporen al español americanismos que designaban realidades desconocidas por los europeos: tabaco, patatas, tomates, maíz, cacao, cacahuetes, chocolate.
Otros préstamos, además de anglicismos que son en la actualidad los más numerosos, son italianismos (apoyar, campeón, capricho), lusismos (biombo, mermelada, mejillón), galleguismos (morriña, chubasco), catalanismos (paella, nao, forastero) y vasquismos (izquierda, pizarra, boina).
- Préstamos actuales. En la actualidad, siguen incorporándose préstamos lingüísticos que difunden, sobre todo, los medios de comunicación y el lenguaje tecnológico. Existen dos vías de incorporación:
- préstamo directo (xenismo): extranjerismo que conserva su grafía original: sport, holding zapping, pizza, parking hacker. A veces, se adaptan fonéticamente al castellano (aceptados por la RAE): estándar, plató, coñac, estrés.
- calco semántico: traducción de un término extranjero por palabras ya existentes en la lengua:
living-room (sala de estar), weekend (fin de semana).
- El léxico inventado o neologismos que una lengua inventa para nombrar nuevas realidades (emoticono), aunque lo habitual es utilizar un préstamo de otra lengua (startup) o incluso mantener el lexema castellano y añadirle un sufijo inglés (balconing, dickear).
Sin duda, la lengua no es un corpus fijo e inmutable de palabras. A lo largo de la historia de una lengua, por necesidades generalmente extralingüísticas, ésta incrementa su número de palabras o expresiones mediante distintos procedimientos. Asimismo, las palabras sufren cambios semánticos, incorporan significados nuevos o caen en desuso en la lengua habitual.
1.2. PROCEDIMIENTOS DE FORMACIÓN DE PALABRAS EN CASTELLANO
Como entidad viva que es, la lengua se transforma y crece constantemente. Nuestro idioma es reflejo de nuestra sociedad. Por ello, según se van introduciendo nuevas realidades y conceptos, es preciso incorporar a la lengua nuevos vocablos.
La palabra es una unidad lingüística formada por uno o más monemas. Los monemas son las unidades más pequeñas dotadas de significación. Pueden ser raíces o morfemas.
La raíz o lexema es el elemento fijo de la palabra y su significado es pleno, pues transmite un concepto que puede hallarse en el diccionario. Los morfemas, por el contrario, son los elementos variables y cumplen una doble función: o relacionan unos lexemas con otros (morfemas flexivos) o modifican y concretan la idea general expresada por la raíz (morfemas derivativos).
Son varios los procedimientos de formación de palabras: la flexión, la derivación, la composición y la parasíntesis.
LA FLEXIÓN
La flexión es la alteración que experimentan las palabras mediante morfemas que expresan determinados significados gramaticales (género, número, conjugación, modo, tiempo, aspecto, persona). Esos morfemas se llaman flexivos, y pueden ser nominales y verbales. Los morfemas flexivos nominales son el género y el número, propios del sustantivo y el adjetivo: niñ + o (género) + s (número). Los morfemas flexivos verbales son la vocal temática, el morfema de modo-tiempo-aspecto y el morfema de número-persona.
Todos siguen a la raíz: cant (raíz) + a (vocal temática) + ría (modo-tiempo-aspecto) + mos (número-persona).
LA DERIVACIÓN
Es un procedimiento que consiste en formar nuevas palabras mediante la adición a la raíz de uno o más morfemas derivativos (prefijos, sufijos e interfijos). Las palabras derivadas pueden serlo por prefijación (contraventana), sufijación (montañismo) o prefijación y sufijación (submarino).
Los prefijos son morfemas derivativos que van delante de la raíz: desamor, intercambio, antiaéreo. Atendiendo a su significado los prefijos pueden clasificarse en negativos (indican privación, oposición o contrariedad: a-normal), locativos (señalan algún tipo de relación espacial como la proximidad, lejanía, anterioridad y posterioridad: post-data, sub-título), temporales (expresan una relación temporal como anterioridad o posterioridad: pre-escolar, post-parto), cuantitativos (aportan a la raíz la idea de cantidad o tamaño: multi-nacional, pluri-empleo) e intensificadores (añaden a la raíz la noción de refuerzo o exceso: archi-famoso, extra-largo).
Los sufijos aspectuales alteran sustancialmente el significado de la raíz: nominales (lechería), adjetivales (español), verbales (amarillear) y adverbiales (lentamente).
Los sufijos apreciativos modifican superficialmente el significado de la raíz, solo aportan la afectividad del hablante: perrito, niñato, poblacho.
Los interfijos son segmentos situados entre la raíz y el sufijo que no aporta un significado (polvareda). Los infijos, por su parte, solo aparecen entre el prefijo y el lexema (ensanche) y en palabras compuestas (boquiabierto).
LA COMPOSICIÓN
Es un procedimiento que consiste en formar nuevos vocablos a partir de dos o más raíces o palabras: cortafuegos. Hay tres tipos de compuestos: sintagmáticos, ortográficos y por contraposición.
Los compuestos sintagmáticos son aquellos cuyos elementos constitutivos no están unidos gráficamente, pero forman una unidad sintáctica y semántica: cajero automático, cama nido, estrella de mar. Los compuestos ortográficos están formados por dos o más palabras unidas gráficamente: limpiabotas, enhorabuena, democracia. Por último, en los compuestos por contraposición las palabras o lexemas (raíces) se unen mediante un guion: fisico-químico.
LA PARASÍNTESIS
Este procedimiento presenta dos modalidades:
- La parasíntesis por composición y sufijación que consiste en formar nuevas palabras mediante la fusión simultánea de dos raíces (o palabras) y un sufijo para formar una unidad. En la palabra gordinflón, formada por gord(o) + infl(ar) + ón, los tres constituyentes se han fundido gráficamente al mismo tiempo, sin que existan con anterioridad en la lengua ni *gordinflar ni *inflón.
- La parasíntesis por prefijación y sufijación consiste en formar nuevas palabras mediante la adición simultánea de un prefijo y un sufijo a una raíz. Para que esto ocurra es necesario que el prefijo y el sufijo se hayan incorporado a la raíz de forma conjunta y simultánea. La palabra enloquecer [en + loqu + ec(et)] es parasintética porque no existe en el idioma ni *enloco ni *loquecer, es decir, se han añadido al mismo tiempo el prefijo en- y el sufijo ecer). Cosa que no ocurre, por ejemplo, con submarino.
OTROS PROCEDIMIENTOS de formación de palabras son las siglas (ONU), acrónimos (informática), acortamientos (foto, bus), abreviaturas (dcha., etc.) onomatopeyas (runrún, zigzag), locuciones (echar la culpa, edad del pavo) y frases hechas (dormirse en los laureles, hablar por los codos).
ALIMENTOS
COLORES
1.3, AMPLITUD Y CAMBIO SEMÁNTICO EN LAS PALABRAS. CONNOTACIÓN Y DENOTACIÓN
La lengua es un instrumento vivo que evoluciona constantemente. En este proceso diacrónico (a lo largo del tiempo) las palabras son susceptibles de ser modificadas, eliminadas o sustituidas por otras. Llamamos cambio semántico a las alteraciones que sufren algunas palabras en la relación entre significante y significado.
Estas no se producen nunca de forma rápida; sólo con el paso del tiempo, cuando ya están totalmente consolidadas, son perceptibles para el observador. Para que cambie el significado de una palabra ha de producirse, primero, una innovación que puede proceder de una necesidad comunicativa de carácter general o de la aportación de un grupo social. Si esto sucede y se extiende entre los hablantes de una lengua, se convierte en vocablo de uso común.
CONSECUENCIAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
El cambio semántico puede producir en una palabra:
- Ampliación de su significado: ratón como "mamífero roedor de pequeño tamaño" amplía su significado a "pequeño aparato manual conectado a un ordenador cuya función es mover el cursor de la pantalla".
- Restricción de su significado: se corresponde con palabras que, de ser utilizadas en contextos diversos, se han especializado, casi con exclusividad, en un solo ámbito. Por ejemplo: capote o lidia, que inicialmente significaba "lucha", han quedado relegadas hoy en día al mundo de los toros.
CAUSAS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
Las causas que pueden producir cambios semánticos son variadas:
- Causas históricas y sociales. Muchos cambios se producen porque las cosas cambian de uso o de forma, pero permanecen los nombres que las designan. Por otra parte, la necesidad de nombrar nuevas realidades y los cambios de las relaciones entre personas determinan que las palabras amplíen o restrinjan su significado: azafata (camarera de la reina / auxiliar de vuelo), villano (habitante de una villa / malvado).
- Causas psicológicas. Algunas de las variaciones se originan por la valoración subjetiva que los hablantes realizan de la realidad y de los comportamientos humanos. Actitudes humorísticas, irónicas o emotivas inciden en los cambios de significado: ser un pulpo, un lince, un gallina o un buitre.
- Causas lingüísticas. Una palabra se contagia del significado de otra con la que aparece unida en determinados contextos: puro (adjetivo que se utilizaba con el sustantivo cigarro puro), actualmente, designa un tipo de cigarro sin mezcla.
MECANISMOS DEL CAMBIO SEMÁNTICO
La metáfora consiste en un desplazamiento natural en la significación, basado en una relación de semejanza que explica la asociación de ideas que se establece entre el significado originario y el nuevo.
Existen dos tipos de metáforas: la identificativa (identidad entre dos términos: mis palabras son puñales) y sustitutiva (el término real no aparece: mano de nieve).
La metonimia se produce al utilizar el nombre de un objeto para designar a otro con el que tiene cierta relación de proximidad o contigüidad. Se puede nombrar el continente por el contenido (Me he comido dos platos), la obra por el artista (Han subastado un Picasso), etc. Un caso especial de metonimia es la sinécdoque: relación de inclusión consistente en designar el todo por la parte (Vengo a pedir la mano de su hija).
El eufemismo consiste en evitar una palabra concreta que, por razones psicológicas, sociales o morales, tiene connotaciones negativas y puede herir la sensibilidad del interlocutor (tabú), y sustituirla por otra más agradable: tercera edad (vejez), invidente (ciego), intervención militar (guerra), tener sobrepeso (estar gordo).
Una palabra prestigio es aquella que por motivos ideológicos o culturales se carga de connotaciones positivas: ecología, natural, modernidad, artesanal. El disfemismo es un tipo de sarcasmo que consiste en utilizar expresiones peyorativas o negativas para describir a personas, cosas o hechos: cogorza (borrachera), tarugo (torpe), estar como una cabra (estar loco), cerrar sesión (morir).
La dilogía es un fenómeno que aparece cuando se actualizan en un mismo signo lingüístico dos de sus posibilidades significativas; esto es, utilizar una palabra con doble sentido en un mismo contexto. Es frecuente en lenguaje literario y publicidad: La moda para los estudiantes que tienen clase (centro escolar / estilo).
CONNOTACIÓN Y DENOTACIÓN
El significado de una palabra resulta de la combinación de rasgos semánticos mínimos que la caracterizan, definen y distinguen de otros significados. Estos rasgos se llaman semas (denotativos y connotativos) y el conjunto de semas de una palabra se denomina semema.
- Semas denotativos. Constituyen el significado básico conceptual o significado literal del término, es decir, los rasgos o características objetivas y comunes a todos los hablantes de una lengua que permiten la comunicación: perro (mamífero doméstico, de olfato muy fino, inteligente y muy leal al hombre). Aparece en enunciados como Este perro es una gran compañía. El significado denotativo es, por tanto, el significado referencial que se registra en los diccionarios.
- Semas connotativos. Constituyen los significados secundarios y subjetivos que, por asociación, han ido impregnando una palabra. Vienen dados por las asociaciones personales que el término evoca para el hablante u oyente y que tienen que ver con sus experiencias, sus vivencias, gustos e impresiones. Son la base en la construcción del lenguaje literario, lo llamamos sentido figurado y está conectado al emisor (perro: la palabra perro se asocia con características negativas en enunciados como Se portó como un perro o Me dejó tirado como a un perro). Los semas connotativos pueden ser colectivos, es decir, compartidos por una determinada comunidad de hablantes (rosa: amor, pasión / ciprés: muerte) e individuales puesto que varían de un hablante a otro (paro tiene distinto sentido para un trabajador que para un desempleado).
1.4. RELACIONES SEMÁNTICAS ENTRE PALABRAS
Uno de los problemas que presenta el estudio del significado es que las lenguas no son códigos unívocos y no es frecuente que a un significante le corresponda un solo significado. Esto solo ocurre en los lenguajes científicos. En las lenguas naturales, lo habitual es disponer de dos o más significados para un significante y viceversa. La correspondencia significante-significado determina los siguientes tipos de relaciones semánticas.
En la MONOSEMIA a un significante le corresponde un significado: tórax, extintor. Es propia del lenguaje científico y técnico.
En la POLISEMIA a un significante le corresponden varios significados. El contexto determina el significado que puede adquirir una palabra: cabeza (de persona, de familia, de alfiler, tener cabeza...).
La polisemia puede darse por varios motivos:
- El vocabulario figurado produce polisemia por medio de metáforas y metonimias (las patas de una mesa)
- La especialización y el lenguaje técnico también atribuyen un significado específico a ciertos términos (ratón en informática).
- La influencia extrajera y las modificaciones de aplicación de algunas palabras favorecen la polisemia (botón nació asociado a indumentaria y luego pasa a usarse en artefactos electrónicos).
La SINONIMIA es la relación semántica existente entre dos o más palabras con distinto significante y mismo significado: barco, navío, velero, bergantín...
Hay distintos tipos de sinónimos:
- Totales o conceptuales. Son intercambiables en cualquier contexto. La diferencia entre sus significados es casi imperceptible o inexistente (esposo / marido; rey / monarca).
- Parciales, relativos o contextuales. Solo son intercambiables en determinados contextos (pesado / cansino; pesado / indigesto).
- Connotativos. Aunque no haya coincidencia denotativa, esto no impide que se consideren sinónimas algunas palabras por los valores connotativos que tienen (listo / zorro; aula / jauría).
- Graduales. Son palabras que expresan el mismo significado, pero en diferente grado de intensidad (miedo / fobia / terror / pánico).
- Falsos sinónimos. No son sinónimos algunos conceptos que guardan cierta similitud en algunos contextos, pero que realmente no son idénticos (niebla / bruma; matar / asesinar; guapo / atractivo).
La HOMONIMIA es el fenómeno por el que palabras que originariamente son distintas y con diferente significado han evolucionado de tal modo que sus significantes han llegado a coincidir en la misma forma.
EL NOVECENTISMO O GENERACIÓN DEL 14.
CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA Y EL ENSAYO
Individual o colectiva, la juventud necesita creerse, a priori, superior. Claro que se equivoca, pero éste es precisamente el gran derecho de la juventud: tiene derecho a equivocarse impunemente.
José Ortega y Gasset
3.1. EL NOVECENTISMO O GENERACIÓN DEL 14: DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS
Varios acontecimientos políticos protagonizaron las primeras décadas del siglo XX. En Europa, la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa; en España, el final de la Restauración, la dictadura de Primo de Rivera y el advenimiento de la Segunda República. Se vive también un periodo de efervescencia cultural y artística que se manifestará en los movimientos de renovación llamados vanguardias, que inauguran una nueva forma de entender el arte: ruptura radical, originalidad y deshumanización.
Se designa con la etiqueta de Novecentismo a un grupo de escritores que irrumpen en el panorama literario en torno a 1914, de ahí que también sean conocidos con el nombre de Generación del 14. Todos ellos muestran, desde una actitud minoritaria e intelectual, una clara preocupación por el problema de la regeneración española. En cuanto al lenguaje, persiguen la pulcritud y la máxima depuración expresiva.
Integran esta generación, auténtico eslabón entre el Modernismo y las vanguardias, prestigiosos ensayistas (José Ortega y Gasset, Eugenio d'Ors, Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga, Américo Castro, Claudio Sánchez Albornoz, Manuel Azaña, Menéndez Pidal), novelistas (Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala) y, a raíz de la composición de Diario de un poeta recién casado (1916), el poeta Juan Ramón Jiménez. En la constitución y consolidación del grupo cobra especial protagonismo el que es considerado como su guía intelectual, el filósofo José Ortega y Gasset. Resulta muy significativo su discurso en el Teatro de la Comedia, en marzo de 1914, a modo de presentación de la nueva generación, que definió como nacida de la reflexión de 1898 pero sin concesiones a los tópicos de patriotismo.
AZORÍN y GUILLERMO DÍAZ PLAJA intentaron definir este nuevo movimiento de diferentes maneras:
Para Azorín, es evidente que en torno al año 1914 ha llegado a la cultura española una nueva generación diferente de la modernista. Según él, estos nuevos escritores pueden definirse por dos rasgos en oposición a la literatura anterior: son más metódicos y racionales y son, sobre todo, intelectuales, más que artistas.
El crítico catalán Guillermo Díaz Plaja define el nuevo movimiento como lo que ya no es modernismo ni noventayochismo, y lo que todavía no es vanguardia. Fue este autor quien introdujo el término Novecentismo en la periodización de la literatura española, tomándolo del catalán, término que Eugenio d'Ors había adoptado antes del italiano para referirse al movimiento político catalanista que tuvo lugar entre los años 1906 y 1915.
Vinculados a la Institución Libre de Enseñanza y herederos del espíritu reformador del regeneracionismo y de los hombres del 98, comparten las siguientes CARACTERÍSTICAS:
- Sólida formación universitaria frente al autodidactismo individualista y anárquico de los escritores del 98. Desarrollan una intensa labor académica e investigadora y son especialistas en diferentes ramas del saber: Filosofía (Ortega y Gasset, Eugenio d'Ors), Historia (Américo Castro, Sánchez Albornoz, Salvador de Madariaga), Medicina (Ramón y Cajal, Gregorio Marañón) y Lingüística (Menéndez Pidal, Navarro Tomás), entre otras.
- Espíritu científico frente al irracionalismo subjetivista del 98. Así, abordan el tema de España desde el rigor y la racionalidad y no desde los planteamientos sentimentales de los integrantes de aquella generación. El hecho artístico se plantea desde una postura intelectual. Se huye de lo sentimental; de ahí el rechazo de la estética romántica y modernista.
- Concepción intelectual del arte y la literatura: distanciamiento, pulcritud, equilibrio y "deshumanización" (Ortega). Búsqueda del "arte puro", del arte por el arte, de la poesía pura y de la autonomía de la obra artística. Así mismo interesan a los escritores el orden, la perfección y la belleza.
JOSE ORTEGA Y GASSET
LA DESHUMANIZACION DEL ARTE
Ideas sobre la novela
- Optimismo en el porvenir de España frente a la actitud pesimista y desesperanzada del 98. Escapan de los aspectos más nacionalistas de la cultura: se aborda el tema de España con un interés desprovisto de patriotismo o exaltación.
Los componentes de esta generación son conscientes del papel político que debe desempeñar la intelectualidad, tanto en la investigación de la realidad del país como en la defensa del avance liberal, pero creen que la creación artística debe desdramatizar su reflexión, y esto lo consiguen mediante una elegante prosa y el recurso del humor, que logra revertir el pesimismo noventayochista.
REVISTA DE OCCIDENTE
- Vocación europeísta. Su proyecto de regeneración del país se concreta en un ideal de progreso científico con Europa: para ellos la superación de nuestro atraso cultural pasa por la imitación del modelo organizativo alemán (Ortega y Gasset), francés (Manuel Azaña, Eugenio d'Ors) o inglés (Salvador de Madariaga). Así, frente al ruralismo de la generación del 98, que buscaba el paisaje, especialmente el de Castilla, esencia de lo español, la atención se vuelve hacia la ciudad y los valores urbanos y civilizadores.
- Talante liberal y elitista. Alejados de ideales igualitarios, consideran que su deber cívico es la formación de minorías selectas capaces de regir los destinos de la nación; incluso algunos de ellos, como Azaña, participan activamente en la vida política.