La Expansión Bizantina bajo Justiniano: Conquista de Italia y la Provincia de Spania

Las Campañas de Reconquista de Justiniano: Italia e Hispania

La Guerra Gótica y la Reintegración de Italia (544-554)

La situación en Italia empeoró. Los ostrogodos, dirigidos por Totila, consiguieron rápidos avances. Reconquistaron las principales ciudades del sur de Italia y pronto tuvieron bajo su control la mayor parte de la península.

Belisario fue enviado de vuelta a Italia a finales de 544, pero sin tropas suficientes. Al no lograr avances, fue retirado del mando en el 548. Totila también saqueó Sicilia y atacó la costa griega.

Justiniano envió una fuerza de 35.000 hombres bajo el mando de Narsés. El ejército llegó a Rávena en el 552 y derrotó a los ostrogodos decisivamente en la Batalla del Monte Lactarius. En 554, una invasión a gran escala de los francos fue derrotada en la Batalla de Casilino, lo que aseguró el control de Italia.

Consecuencias de la Conquista

Al final de la guerra, Italia quedó asegurada con una guarnición de 16.000 hombres. El precio de la conquista del reino ostrogodo quizá podría considerarse excesivo. Se provocaron continuas campañas de desgaste, siendo la víctima principal la población itálica, que sufrió la destrucción de su tejido social, productivo y político, y fue azotada por la peste.

Los veinte años de lucha aceleraron dramáticamente la transición al mundo medieval. Roma perdió su entidad urbana y dejó de ser la ciudad por antonomasia del mundo mediterráneo. Este cúmulo de desgracias acentuó el descontento local hacia el emperador oriental.

La Pragmática Sanción de 554 y el Poder Episcopal

La Pragmática Sanción de 554, mediante la cual Italia era reintegrada al Imperio romano, ratificaba la situación de facto al otorgar a los obispos el control de diversos aspectos de la vida civil (como la actividad de los jueces civiles) y la administración de las ciudades, poniéndolos a cargo del aprovisionamiento, la anona y los trabajos públicos, al tiempo que quedaban exentos de la autoridad de los funcionarios imperiales.

Creación del Exarcado de Rávena

En el 584, Mauricio creó el Exarcado de Rávena: el exarca, representante del emperador, asumía tanto el poder civil como el militar dentro del territorio. Literalmente, significaba el control de un territorio fuera del espacio natural.

Las islas no pertenecían al exarcado:

• Sicilia constituía una unidad administrativa diferente.
• Córcega y Cerdeña dependían del Exarcado de Cartago.

Intervención en la Península Ibérica (552/555-625/626)

Con el asesinato del rey Teudiselo y la subida al trono de Agila (549), se produce la involucración imperial en la península. El Imperio logró establecer su presencia en una parte de la Hispania visigoda cuando el usurpador Atanagildo solicitó ayuda en su guerra civil contra el rey Agila I. Justiniano hizo llegar una fuerza de 2.000 hombres, según el historiador Jordanes.

Los bizantinos tomaron Cartagena y otras ciudades de la costa sudeste, fundando la nueva provincia de Spania, que finalmente acordarían con Atanagildo, una vez convertido en rey. Las zonas concedidas en 552 comenzaron a menguar en las décadas siguientes, especialmente durante el reino de Leovigildo, hasta su evaporación en el 624, cuando los bizantinos fueron definitivamente expulsados por el rey Suintila.

No obstante, la conquista de la provincia de Spania supuso el apogeo de la expansión del Imperio Bizantino en el Mediterráneo, y más aún teniendo en cuenta el control de territorios clave, como el estrecho de Gibraltar.

Cuestiones Historiográficas Recientes

Pero recientemente han surgido ciertas cuestiones para la historiografía:

• ¿Estaba preparada la campaña por los bizantinos?