El Éxito de la Ficción Televisiva: Orígenes y Conexiones Humanas
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El éxito de la ficción televisiva radica en su esencia: no es más que un relato. Presentes desde los principios de la historia de la humanidad, siempre ha existido una profunda necesidad de contar y aceptar historias.
La Necesidad Humana de Contar Historias
Desde tiempos inmemoriales, compilaciones de relatos como el Calila y Dimna, el Panchatantra, Las mil y una noches o el Decamerón han demostrado la universalidad de esta necesidad. La curiosidad humana ha sido un motor fundamental en el desarrollo de la ficción.
Desde nuestra infancia, todos necesitamos que nos cuenten historias. Los niños, por ejemplo, siempre están ávidos de relatos y a menudo exigen que, aunque ya los hayan oído, se les cuenten de nuevo; buscan recrearse en el placer de la narración. En la ficción ocurre algo similar: los personajes y las tramas, aunque a menudo recurrentes, evolucionan con el tiempo. Los relatos, como las autobiografías, buscan explicar o justificar nuestra presencia en el mundo, y todas las ficciones intentan dar sentido al entorno que nos rodea. Dado que nacemos indefensos, las ficciones nos atraen desde la infancia al ofrecer una justificación de nuestra existencia.
Reflejo y Conexión Emocional
Los relatos a menudo revelan aspectos profundos del pensamiento humano y explican por qué actuamos. Cuando una persona ve una serie, busca paralelos o identificación consigo misma. La identificación con las ficciones es común, como se observa en series populares como Friends o 7 vidas. Se busca una especie de espejo en el que reflejarse.
Todas las ficciones se relacionan con lo consciente y lo inconsciente, pues en el fondo, todo ser humano anhela ser querido.
Arquetipos Narrativos: De la Antigüedad a la Pantalla
Orígenes Milenarios: Anup y Bata
La ficción más antigua conocida es la de Anup y Bata, originaria de Egipto (alrededor del año 3250 a.C.). Lo curioso de esta historia es que ha generado más de 700 versiones. Los relatos, en esencia, se reproducen y mezclan. Esta dinámica se observa en la mayoría de los relatos que nutren la cultura occidental y, por ende, las series de televisión. La historia de Anup y Bata, por ejemplo, es un relato de amoríos y desengaños, temas recurrentes en la televisión actual. Es una historia de conflicto por excelencia, donde siempre hay un antagonista.
La Herencia Griega en la Ficción Moderna
De hecho, gran parte de las narrativas de la cultura occidental, y por extensión de las ficciones que consumimos hoy, tienen su origen en la antigua Grecia. Algunos ejemplos clave incluyen:
- La historia de Teseo: Su lucha contra el Minotauro es el fundamento de géneros cinematográficos como el de terror (Tiburón, Aracnofobia) o las invasiones extraterrestres.
- La odisea de Jasón y los Argonautas o la de Indiana Jones: Ambas centradas en la búsqueda de un objetivo o un viaje transformador.
- La historia de Perseo: Quien se enfrenta a la temible Medusa, resuena en la estructura de muchos culebrones donde un personaje principal se opone a un antagonista.
- La historia de Ulises: El personaje que emprende un largo viaje para regresar a casa años después, es otro arquetipo fundamental.
- La historia del Rey Midas: Sienta las bases para relatos occidentales como Gran Reserva o Los Tudor, donde la ambición por el poder y la riqueza a cualquier precio es el motor principal.
La Tradición Narrativa Española
En España, el relato tiene un notable origen árabe, destacando obras como El Conde Lucanor. Aunque muchos de estos relatos, como Los Milagros de Nuestra Señora, tenían un fin adoctrinador, su esencia se mantiene, a menudo de forma sutil, en las series de televisión actuales.
Fábulas y Mensajes Subliminales en la TV
En el siglo XVIII, los relatos se popularizaron a través de las fábulas, como 'El perro y el cocodrilo', que a menudo presentaban un mensaje adoctrinador sobre la relación entre poderosos y débiles. El mensaje implícito era que el más débil no debía atreverse a desafiar al 'ilustrado' o al poder establecido. Esta dinámica, la de un poder que controla el status quo, sigue presente en algunas ficciones televisivas.