Evolución Urbana en España: De la Ciudad Preindustrial a la Industrial
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El proceso de urbanización en España es un fenómeno complejo y multifacético, profundamente arraigado en la historia del país. Muchas de las ciudades más importantes poseen un extenso pasado histórico, lo que se refleja en su imagen actual a través de sus monumentos y vestigios de épocas pretéritas.
La Ciudad Preindustrial: Orígenes y Desarrollo Histórico
La configuración urbana de España tiene sus raíces en diversas etapas históricas:
Primeras Fundaciones Urbanas
Tras la etapa preurbana, las primeras ciudades de la Península Ibérica surgieron con la colonización fenicia, púnica y griega. Estas fundaciones se establecieron a lo largo del litoral mediterráneo, destacando Cádiz como la primera ciudad de Occidente.
La Huella Romana
La época romana marcó un periodo crucial de urbanización en la Península. Los romanos implementaron un modelo urbanístico propio, el plano hipodámico. Ejemplos notables incluyen Córduva (actual Córdoba). Su principal aportación fue la implantación de un plano urbano de carácter geométrico, configurado a partir de dos ejes principales (cardo y decumano) que se cortaban perpendicularmente, organizando la ciudad en manzanas regulares.
Resurgimiento Medieval: Cristianos y Musulmanes
Tras la invasión de los pueblos bárbaros, las ciudades experimentaron un periodo de inseguridad y declive. Sin embargo, se produjo un resurgimiento urbano propiciado en el norte por el Camino de Santiago y la Reconquista, y en el sur por la influencia de la invasión musulmana. Estas circunstancias impulsaron la creación de nuevas ciudades y la revitalización de las existentes.
Durante este periodo, la Península estaba habitada por dos culturas predominantes: la cristiana y la musulmana.
La Ciudad Cristiana
En la ciudad cristiana, el paisaje urbano se caracterizaba por pequeños recintos amurallados con calles estrechas e irregulares. En el centro se situaba la plaza, donde se erigía la iglesia. Las ciudades de esta época solían presentar tres tipos de planos: el radioconcéntrico, el en cuadrícula y el irregular.
La Ciudad Musulmana
Por su parte, gran parte de las ciudades musulmanas solían emplazarse en lugares estratégicos por su carácter defensivo (como Málaga o Granada) o junto a ríos y barrancos que ofrecían una defensa natural. Su urbanismo se caracterizaba por un trazado laberíntico y la importancia de la mezquita y el zoco.
Renacimiento e Ilustración: Prosperidad y Remodelación
El Renacimiento y la Ilustración marcaron etapas de prosperidad, reflejadas en un notable aumento demográfico y una intensificación del proceso de urbanización. Esta creciente urbanización impulsó una mejora de las infraestructuras urbanas (como puentes) y una remodelación de la trama viaria. Destacan la introducción de la plaza mayor como centro cívico y la creación de nuevas fortificaciones, adaptando las ciudades a las necesidades de la época.
La Ciudad Industrial: Transformación y Expansión en el Siglo XIX
Las reformas urbanas iniciadas en periodos anteriores se intensificaron en el siglo XIX, un siglo que vio un aumento significativo de la urbanización. Este crecimiento fue consecuencia del desarrollo de obras públicas, la modernización de la administración territorial, los procesos de desamortización y la creación de nuevas infraestructuras viarias (ferrocarril y carreteras), que facilitaron la conexión y el comercio.
Para adaptarse a estas nuevas circunstancias, las ciudades implementaron una serie de operaciones de crecimiento y remodelación de su espacio interior, que se concretaron principalmente en los planes de reforma interior y los planes de ensanche.
Proyectos de Reforma Interior
Los proyectos de reforma interior buscaban mejorar las condiciones de vida de la población y los servicios urbanos. Se manifestaron en la construcción de cementerios, nuevas viviendas y sistemas de saneamiento. Sin embargo, lo que verdaderamente caracterizó estos proyectos fue la remodelación profunda que implicó la apertura de nuevas calles o la alineación de las ya existentes, con el fin de adaptarlas a las crecientes necesidades circulatorias y de higiene, rompiendo con el trazado medieval.
Planes de Ensanche
Los planes de ensanche, por su parte, tenían como objetivo principal facilitar la construcción de nuevas viviendas, permitir el crecimiento ordenado de la ciudad más allá de sus límites históricos y, consecuentemente, aumentar las rentas del suelo urbano. Estos planes dieron lugar a barrios con trazados ortogonales y amplias avenidas, característicos de la modernidad urbana.