Evolución de la Tecnología Educativa: De los Medios Audiovisuales a la Era Digital

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Evolución de la Tecnología Educativa

La evolución de la Tecnología Educativa nos permitirá entender mejor su significado para la práctica educativa. Su evolución parte de las investigaciones sobre las transformaciones en líneas generales de la tecnología.

Se van a distinguir sin embargo 5 grandes etapas, de las que omitiremos la 0, también llamada “prehistoria” que comprende los momentos iniciales de su desarrollo.

Etapa I: Medios Audiovisuales (años 40-60)

Su base teórica es la riqueza y variedad de estímulos que tienen los medios audiovisuales, que permiten focalizar la atención de los estudiantes e, indirectamente, aumentar su motivación.

Motivada en parte por las necesidades masivas de formación en la Segunda Guerra Mundial, aparecen en el aula una serie de herramientas audiovisuales y de los propios “mass-media”. La pizarra y el libro de texto se consideran “superados” por una serie de medios audiovisuales como: retroproyector, filminas y posteriormente diapositivas, material gráfico, y los propios medios de comunicación de masas: cine (primero mudo y luego sonoro) y TV (y en menor medida la radio); y prensa: periódicos, revistas…

Se ve respaldado por la mejora de los instrumentos técnicos que permiten mostrar la realidad de forma lo más perfecta posible, lo que lleva a mayores ganancias de aprendizaje y porque elevarán la atención y motivación. Se ve alentada por el impacto que estos medios empiezan a tener en la sociedad.

Esta se divide en 2 etapas: una primera con el predominio de hardware: instrumentos ópticos especialmente, y la segunda con el predominio de software: diseño del “material del paso”.

También se hace una distinción entre tecnología en y de la educación. “En” se refiere al uso de medios instrumentales para transmitir mensajes de enseñanza. “De”, al contrario que los planteamientos que se basan en la mera introducción de los medios sin tener en cuenta ningún factor que influye en el aprendizaje.

Tuvo menor impacto del esperado, y se dio una separación entre los diseñadores y profesores, idea que limita el propio recurso del profesor. Aunque sí que una enseñanza con distintos medios tiene gran potencialidad para la calidad y se adapta a los tipos de inteligencia.

Etapa II: La Influencia del Conductismo (años 60-70)

A partir de aquí aparece la etapa II sin que llegue a desaparecer la anterior, como una transición: la influencia del conductismo o psicología comportamental (años 60-70). Su base teórica es la aplicación en el aula de una “planificación psicológica” para resolver problemas de la instrucción. Se basa en estímulo-respuesta como unidad básica de análisis, el refuerzo y el castigo, para el mantenimiento o cambio de conductas.

La “enseñanza programada” (aplicación sistemática de los principios de reforzamiento de la enseñanza) es la principal manifestación de esta etapa, con los programas lineales y posteriormente ramificados (si no superas algo te lleva a otro lado, repaso) y las máquinas de enseñanza (enseñanza programada).

De alguna manera, todavía esta etapa está presente en nuestros días en el desarrollo de algunas aplicaciones multimedia, sobre todo en la formación a distancia.

Etapa III: El Enfoque Sistémico (años 80)

La aparición a mediados del siglo veinte de la cibernética y de la teoría general de sistemas acaba llegando a la educación, que se empieza a entender como un sistema complejo (el sistema de enseñanza-aprendizaje) donde los diferentes elementos interactúan entre sí.

Así se entra en la Etapa III: el enfoque sistémico (años 80). Su base teórica es el estudio de los agentes, objetivo, procesos y productos educativos; que interactúan formando un sistema organizado. Considera la TE como un campo de diseño de situaciones de aprendizaje.

Se suma al hardware y software el “orgware” que es la organización estructural que se basa en la insuficiencia de disponer únicamente de medios técnicos, que únicamente es necesaria la competencia para dirigir los procesos (no es necesario conocimiento tecnológico avanzado), y es indispensable una organización. Es decir, asegura la utilización eficaz del potencial del sistema tecnológico.

Se caracteriza por tener la capacidad de diseñar situaciones instructivas (combinar elementos para alcanzar los objetivos propuestos) y por superar el concepto de tecnología educativa como “elenco” de recetas para utilizar diferentes medios o aparatos en la escuela

Esta tercera etapa concluye con una crisis del concepto de tecnología educativa, ya que las promesas de mejorar la calidad de la enseñanza se incumplieron, hubo una contradicción con otras disciplinas (como la Didáctica), hubo una falta de fundamentación teórica, se olvidaron de la dimensión organizativa y de lo significativo que es el contexto, y no había interés por las dimensiones internas de las personas.

Etapa IV: Nuevas Perspectivas de la Tecnología Educativa (S. XXI)

Esta crisis repercutirá en la etapa IV: nuevas perspectivas de la Tecnología Educativa (s. XXI), ya que focalizan su atención en un diseño de instrucción diferenciado según las características del sujeto que aprende (psicología cognitiva y constructivista). Este planteamiento, empieza a cobrar sentido con la irrupción de las tecnologías digitales y su flexibilidad para crear entornos de aprendizaje interactivos y con retroalimentación.

Esta “nueva” tecnología educativa que no sólo trate del medio sino del lenguaje que el medio vehicula, como acceso a la información y al conocimiento. También que se extienda, de forma crítica, a la educación no formal e informal.

Los nuevos diseños de instrucción deben ofrecer, en primer lugar, tareas auténticas y veraces, es decir, ofrecer contextos de aprendizaje con variedad de representaciones de la realidad, significativos y ricos en experiencias reales, para que vean lo compleja que es. En segundo lugar, deben priorizar la reconstrucción del conocimiento por parte del alumno y no tanto su producción o memorización de contenido. En tercer lugar, es conveniente apostar por un consenso entre profesor y alumnos, es decir, un aprendizaje negociado y colaborativo. En cuarto lugar, fomentar la práctica reflexiva e ir generando en los estudiantes hábitos de investigación a partir de la auto-interrogación sobre sus propias experiencias, la integración de la teoría y la práctica y aprovechando el error.

En quinto lugar, no hay que olvidar que las TIC no son sólo soportes para proporcionar información y actividades, sino que son medios de expresión y de elaboración de documentos: atendiendo a las diferencias entre los alumnos. Por último, deben potenciar la evaluación, aumentar su frecuencia para evaluar el proceso, haciéndolo desde perspectivas múltiples y entendiendo la evaluación como ayuda al aprendizaje más que como elemento negativo

Conclusión

En conclusión, la evolución de este ámbito ha dependido de numerosos factores y ha durado varios años. Además, este cambio en la fundamentación psicológica creará un nuevo marco en el trabajo en Tecnologías Educativas: el diseño de situaciones instruccionales y adaptadas a las necesidades del alumno.

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