Evolución del Teatro Gallego: Desde la Posguerra hasta la Actualidad

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El Teatro Gallego: De la Posguerra a la Actualidad

La Posguerra y la Reconstrucción del Teatro Gallego

La Guerra Civil tuvo como consecuencia una gran paralización de las actividades culturales de signo galleguista. De este modo, los escritores de los primeros años de la recuperación de la literatura gallega escribirán aisladamente, sin fundamentos comunes, a no ser la tendencia a reproducir las líneas vanguardistas de preguerra.

Destacó en esta época Ricardo Carballo Calero con A farsa das zocas (publicada en 1963), aplicando las técnicas que ya habían utilizado Otero y Castelao a propósito de la vida rural y la tradición. Otero continuará escribiendo y en 1952 publica O desengano do prioiro, con presentes trazas del simbolismo ya ensayado en épocas de preguerra. Otro de estos autores es Jenaro Mariñas, que escribe A serpe en 1952, de tema popular que se tornará en social con obras como A revolta. Álvaro Cunqueiro va a destacar en esta época con obras como O incerto señor don Hamlet, príncipe de Dinamarca (1958), una de las consideradas mejores obras teatrales de la literatura gallega.

El Resurgir del Teatro en los Años 60: La Xeración dos 50

En los años 60 comenzará a resurgir la actividad teatral con la aparición del Teatro Independiente, constituido por la labor de dos grupos aficionados. Hizo posible el I Certame do Miño en 1960 y el I Concurso Castelao en 1963. En 1965 se funda en A Coruña el grupo teatral O Facho, que presentará un teatro realizado íntegramente en gallego y propiciará la fundación de otras agrupaciones como Teatro Mástil, Histrión 70, etc.

Se puede destacar del conjunto de los autores que inician su trabajo en la década de los 60 a Daniel Cortezón, Manuel María, Xohana Torres, etc., que constituyen la Xeración dos 50. Cortezón publica en 1966 Nicolás Flamel, donde se percibe una visión negativa del ser humano, que cuestiona la rentabilidad de los avances científicos cuando no son capaces de conseguir la justicia social. Escribió también obras históricas como Prisciliano y Os Irmandiños. Manuel María da a conocer en 1957 Auto do taberneiro junto con Auto do labrego y Auto do mariñeiro (1961). No obstante, escribe en 1969 Barriga Verde, con la que inicia un teatro de carácter reivindicativo. Xohana Torres publica A outra banda do Íber (1965) y Un hotel de primeira sobre o río (1968), en las que trata problemas basados en el dolor que provoca el abandono y la destrucción de la tierra, con una óptica feminista. Bernardino Graña comienza con Vinte mil pesos crime (1962), en la que refleja una sociedad cerrada hacia el exterior. El resto de sus obras van a tener una finalidad lúdica, ya que buscan un público más amplio.

El Grupo Abrente y la Consolidación del Teatro Profesional

Es en 1973 cuando la agrupación cultural Abrente convoca en Ribadavia la I Mostra e I Certame Abrente de Teatro Galego. Estos actos van a suponer una verdadera inyección de vitalidad para la escena teatral gallega. Por este motivo, las de Ribadavia no van a ser las únicas muestras, sino que aparecerán también en ciudades como Lugo, A Coruña, Vigo, etc. Fue a partir de estas muestras como surgió el nombre de Grupo Abrente o Grupo de Ribadavia. Será el primer conjunto de dramaturgos gallegos con una concepción profesional del teatro.

Destacan Manuel Lourenzo, Euloxio Ruibal y Roberto Vidal Bolaño. Tienen en común su posicionamiento contra la dictadura, el compromiso con la realidad social y el interés por explorar nuevas tendencias. Manuel Lourenzo pasó en su carrera por diferentes etapas. En las primeras obras se centra en el mito clásico (Romaría ás covas do demo, 1969), donde mezcla estos elementos con otros propios de nuestra tradición. También escribió Traxicomedia do vento de Tebas, namorado dunha forca (1978). En las primeras obras de Vidal Bolaño también aparece el uso del símbolo: Ladamuco, señor de ningures (1976), Ladaíñas pola morte do Meco (1976), donde predomina la crítica social y la inspiración popular. Igualmente ocurre en los primeros textos de Ruibal, que contienen elementos simbólicos junto con técnicas expresionistas y cinematográficas extraídas de las tendencias europeas: O cabodano (1976), Zardigot, con la que gana la primera edición del premio Abrente de teatro.

Estos autores van a seguir publicando hasta la actualidad (excepto Bolaño, que murió en 2002), por lo que pasan por diferentes etapas creativas, contribuyendo a consolidar el teatro profesional gallego.

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