Evolución del Teatro Español en la Posguerra (1940-1960)
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El Teatro Español en la Posguerra: Contexto Inicial
El teatro en los primeros años de posguerra se limitó a insistir en las fórmulas heredadas (teatro comercial e ideológico). El impacto de la Guerra Civil fue muy fuerte, ya que causó la muerte y el exilio de autores, directores, escenógrafos y actores. No obstante, la censura se mantuvo hasta los años 70, llevando a los empresarios a la autocensura o a una elusión alegórica. Prosperaron los autores de “diversión” con un teatro intrascendente o conformista, y los autores “serios”, que se abrirían difícilmente camino a través de los teatros de ensayo o en las representaciones de “teatro independiente”.
El Teatro de los Años Cuarenta
En esta década, solo continuó el teatro burgués abanderado por Benavente y el género conservador o popular, junto a sus rasgos principales. Destacan tres corrientes:
La Comedia Burguesa Benaventina
Se desarrolla en espacios lujosos, con personajes burgueses que viven conflictos personales, los cuales se resuelven de manera sentimental y se convierten en un ejemplo moral, y con un lenguaje cuidado y humorístico.
El Teatro Cómico
Propone “renovar la risa”. Destacan:
- Enrique Jardiel Poncela, que reivindica un teatro inverosímil (ej. Eloísa está debajo de un almendro).
- Miguel Mihura, que apoya lo inverosímil y la autenticidad del mundo mediante el humor y rechaza el realismo, anticipando el teatro del absurdo (ej. Tres sombreros de copa, Maribel y la extraña familia, Ninette y un señor de Murcia).
El Teatro en el Exilio
Desarrollado principalmente en México y Argentina con diferencias estéticas. Destacan:
- Max Aub (ej. San Juan).
- Alejandro Casona (ej. La dama del Alba).
El Teatro Realista (Años Cincuenta)
Se caracteriza por su compromiso con la realidad de la sociedad española mediante una actitud crítica y política con el objetivo de hacer reflexionar al espectador y buscar soluciones, convirtiéndose en un teatro testimonial. Refleja la violencia y la injusticia de la España de posguerra y la denuncia. Se plasma en Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo y en Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre, cuyo teatro está basado en el principio de “arte dramático transformador de la sociedad” y fue blanco de la censura.
Se plasma en Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo y en Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre, cuyo teatro está basado en el principio de “arte dramático transformador de la sociedad” y fue blanco de la censura.
El Teatro Crítico (Años Cincuenta y Sesenta)
En los años 50 y 60, destacó el teatro crítico, que busca un compromiso ético-social con el individuo y su realidad, cuyo objetivo es protestar y denunciar, lo que dio lugar a la censura. Defienden un teatro comprometido políticamente, testimonial, de inspiración popular y costumbrista, protagonizado por personajes de extracción humilde.
El Teatro de Vanguardia (Años Sesenta)
En los años 60, surgen orientaciones dramáticas innovadoras. Influyen el teatro del absurdo y el teatro de la crueldad, y el objetivo es establecer un espectáculo teatral. Destacaba el carácter crítico junto a la censura, y se creó una corriente de teatro soterrado, lo que introdujo enfoques simbólicos, lenguaje poético y directo, y recursos extraverbales. Los autores más relevantes de este tipo de teatro fueron:
Fernando Arrabal
Destacó por su trayectoria internacional desde el teatro del absurdo (ej. Pic-nic) hasta el teatro del pánico, revolucionando el teatro.
Francisco Nieva
Se caracteriza por su compleja escenografía y su inmoralidad en las obras. Presenta una España negra con un humor sutil y mágico, mostrando el gusto popular y el surrealismo junto al absurdo. Marca tres etapas:
- El teatro furioso.
- El teatro de farsa y calamidad (ej. Malditas sean Coronada y sus hijas).
- El teatro de crónica y estampa.
El Teatro Poético y Simbólico (Años Sesenta)
También destaca en los 60, con una renovación de la expresión dramática, teatro de protesta y denuncia con enfoques simbólicos (personajes) y alegorías descifrables. Se mezcla un lenguaje vulgar y agresivo con otro de carácter poético, y utilizan recursos extraverbales. Destaca Antonio Gala con Los verdes campos del Edén.
El Teatro Independiente (Años Sesenta)
También destaca en los 60. Es un teatro experimental y popular. Crean espectáculos provocadores, han asimilado las tendencias más renovadoras y se dirigen a amplios sectores del público. Se preocupan por los aspectos lúdicos del espectáculo.