Evolución del Teatro Español y la Novela Hispanoamericana: De 1939 a la Actualidad

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Teatro Anterior a 1939

En el primer tercio del siglo XX convivieron la comedia burguesa y el sainete, que evolucionó hacia la tragedia grotesca o el astracán. El espíritu modernista finisecular desdeñó el teatro realista y cultivó un teatro poético y simbólico.

Los intentos renovadores más serios provinieron de los autores de la Generación del 98, con dos tendencias principales:

Teatro Comercial

  • Comedia burguesa: Jacinto Benavente propuso un teatro sin grandilocuencia, centrado en ambientes cotidianos. Destaca su crítica amable de los ideales burgueses, como en Lo cursi, y el drama rural Señora ama.
  • Teatro en verso: Representa la presencia del arte verbal modernista en los escenarios. Figuras clave son Francisco Villaespesa con Abén Humeya, Eduardo Marquina con Las hijas del Cid, y los hermanos Manuel y Antonio Machado con obras en colaboración como Las adelfas.
  • Teatro cómico: Los tipos y ambientes castizos del Romanticismo regresan con los hermanos Álvarez Quintero, quienes presentan una Andalucía superficial en obras como La reina mora. Carlos Arniches destaca con sainetes de ambiente madrileño y la tragedia grotesca La señorita de Trévelez.

Teatro de Innovación

Autores del 98

Autores como Unamuno, Azorín, Valle-Inclán y Jacinto Grau buscaron un teatro que reflejara los conflictos sociales, religiosos y existenciales. Se desarrolló un teatro intelectual y complejo con tendencias filosóficas y teatrales renovadoras.

Valle-Inclán sobresale con una producción variada. Evoluciona hacia una literatura crítica con el esperpento, destacando Luces de bohemia. Su obra teatral se divide en el mito (Comedias bárbaras, Divinas palabras), la farsa (La marquesa Rosalinda, Farsa y licencia de la reina castiza) y el esperpento (trilogía Martes de carnaval).

Generación del 27

Autores como Salinas (El dictador), Rafael Alberti (El adefesio), Miguel Hernández (El labrador de más aire) y Alejandro Casona (La dama del alba). Federico García Lorca es la figura más destacada, con una obra dramática dividida en:

  • Primeras piezas teatrales: El maleficio de la mariposa, con influencias modernistas.
  • Teatro vanguardista: Comedias imposibles o misterios con influencia surrealista, como El público.
  • Etapa de plenitud: Obras con el protagonismo de las mujeres y la marginación social, como Bodas de sangre.

Características del Género Dramático

El teatro comprende las obras literarias escritas para ser representadas por actores en un escenario. Sus rasgos principales son el uso del diálogo y la ausencia de un narrador.

Rasgos fundamentales:

  • La acción
  • Los personajes
  • La tensión dramática

La acción dramática debe tener:

  • Unidad: Todo gira en torno a un tema central.
  • Integridad: La acción debe ser completa (exposición, nudo y desenlace).
  • Verosimilitud
  • Interés: Atraer la atención del espectador.

Teatro desde 1940 hasta Hoy

Años 40: Destaca el teatro de humor e innovador de Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura. Mihura sobresale con Tres sombreros de copa, una sátira de la rutina burguesa.

Años 50: El teatro realista se opone a la dictadura con temas de injusticia social. Destacan:

  • Alfonso Sastre: La mordaza
  • Laura Olmo: La camisa (drama sobre la emigración)
  • Antonio Buero Vallejo: Etapa existencial (Historia de una escalera), teatro social (El tragaluz) y etapa de innovaciones (La fundación, Jueces en la noche, Las trampas del azar).

Años 60 y 70: Renovación formal. En el teatro comercial, triunfan las comedias de Mihura, Jaime Salom y Ana Diosdado. Antonio Gala destaca con Anillos para una dama. En la experimentación, Fernando Arrabal con elementos surrealistas (El triciclo). Surge el teatro independiente con grupos como "Los Goliardos" y "Tabano".

Desde 1975: Tras la dictadura, se crea el Centro Dramático Nacional y la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Francisco Nieva destaca con su teatro surrealista (Te quiero zorra, Nosferatu). Otros autores relevantes son Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!), José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro) y Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano).

La Novela Hispanoamericana

Hasta los años 40, la novela hispanoamericana se mantuvo en el realismo costumbrista. Tendencias temáticas: novela de la tierra (Doña Bárbara de Rómulo Gallegos), novela indigenista (El mundo es ancho y ajeno de Ciro Alegría) y novela política (Los de abajo de Mariano Azuela).

Entre 1945-60, se observan cambios influenciados por la narrativa europea y norteamericana. Se abandona el interés por los espacios rurales y surge el realismo mágico. El túnel de Ernesto Sábato es un ejemplo. La renovación se consolida en los 60 con el boom de la novela hispanoamericana, impulsado por editoriales españolas.

Destacan El siglo de las luces de Alejo Carpentier y Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante. Gabriel García Márquez sobresale con Cien años de soledad. Temas principales: la crisis existencial, el dictador y la historia de Hispanoamérica.

A partir de los 70, autores consagrados combinan complejidad técnica y realismo mágico, como Laura Esquivel con Como agua para chocolate. El cuento también es un género relevante, con autores como Juan Carlos Onetti (Tiempo de abrazar), García Márquez (Los jefes) y Julio Cortázar (Bestiario).

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