Evolución del Teatro Español 1936-1975: Etapas y Autores Clave
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El Teatro Español a partir de 1936 (hasta 1975)
El desarrollo y la evolución del teatro en la España de la posguerra fue muy difícil hasta que la censura y las circunstancias sociales y políticas posibilitaron un cierto desarrollo, como sucedió en la novela. Con todo, podemos distinguir tres etapas:
Primera Etapa (hasta 1955)
Lorca y Valle-Inclán han desaparecido; otros autores como Casona (La dama del alba), Alberti o Max Aub (San Juan) están en el exilio. El teatro que se cultiva está en la línea continuista de la comedia benaventina y, junto a él, se estrenarán algunas comedias extranjeras. Es una época en la que el cine está en expansión y muchas salas de teatro se transforman. No obstante, debemos anotar algunos intentos de renovación escénica por parte de los teatros nacionales (en Madrid, el Nacional y el María Guerrero, por ejemplo), los teatros de Cámara y los grupos del TEU (Teatro Español Universitario).
En la alta comedia deben situarse autores como José María Pemán, Joaquín Calvo Sotelo o Ruiz Iriarte. En estas comedias de salón o en los dramas de tesis, el ambiente es burgués y basan la trama en una crítica medida de las costumbres sociales desde la perspectiva de los valores tradicionales.
Dentro del llamado teatro cómico, destacará Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro), que trató de crear un teatro en el que la risa se produjera a partir del absurdo de situaciones y personajes.
Antonio Buero Vallejo es probablemente el autor cumbre del teatro español del siglo XX. Su teatro es trágico. Sus protagonistas buscan la verdad, la libertad, la realización personal, pero chocan con una realidad concreta que les oprime y manipula. En una primera etapa, hasta 1955, destacan Historia de una escalera y En la ardiente oscuridad (1950).
Segunda Etapa: El Teatro de Protesta (a partir de 1955)
A partir de 1955, las circunstancias sociales y políticas van cambiando en España; hay un cierto aperturismo propiciado por la entrada de nuestro país en organismos internacionales y la llegada del desarrollismo que marcaría la década de los 60. A esto debemos añadir un nuevo público, universitario.
El principal autor y teorizador fue Alfonso Sastre (1926), quien expuso sus ideas sobre el nuevo teatro en su obra Drama y sociedad. Sus intentos de un nuevo teatro, Teatro de Agitación Social (1950), se vieron frustrados por la prohibición de la censura, pero creó el Grupo de Teatro Realista. Sus ideas quedan plasmadas en sus obras, pero son obras muy circunstanciales que tuvieron poco éxito, con una calidad discutible. Esta poca difusión hizo que algunos autores, como Alfonso Paso, renunciaran a favor del éxito comercial. Su temática está muy próxima a la novela social que se cultiva en esta misma década.
Tercera Etapa: Las Nuevas Formas Escénicas (a partir de 1960)
A partir de 1960, junto al teatro social, van apareciendo nuevas corrientes relacionadas con las nuevas técnicas experimentales. El teatro se desarrolla al margen de los escenarios estáticos y con la crítica y el gusto del público en contra de las nuevas propuestas. Esto hace de él un teatro de minorías.
El mayor exponente quizá sea Fernando Arrabal, quien tras su fracaso con Los hombres del triciclo (1953) decidió exiliarse a Francia, donde desarrolló una magnífica carrera dramática con su teatro pánico, mientras sus obras seguían prohibidas en España.
Seguimos ante un teatro de protesta social en el que se renuncia al realismo como forma de representación escénica y se apuesta por nuevas fórmulas en las que se juega con el simbolismo o la alegoría. Los personajes pierden su individualidad para transformarse y el lenguaje llega a ser poético. A menudo, el autor forma parte del grupo como actor. Incorporaron innovaciones escénicas continuamente por la necesidad de adaptación a espacios heterogéneos.
Con la llegada de la democracia y la desaparición de la censura se esperaba la explosión del teatro soterrado, pero no fue así. Salvo algunos éxitos entre los que cabe destacar Antonio Gala con obras como Petra Regalada. Parece que el realismo ha sido la tendencia más reconocida con autores como Fernando Fernán-Gómez (Las bicicletas son para el verano).