Evolución de la Prosa Medieval: De Alfonso X a Don Juan Manuel
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La Prosa Medieval
Orígenes de la prosa y la influencia de Alfonso X el Sabio
La prosa medieval comienza a desarrollarse en el siglo XIII. Hasta ese momento, la mayoría de los documentos se redactaban en latín, ya que la lengua romance aún no tenía la categoría suficiente para esa clase de escritos. El incipiente castellano carecía de las posibilidades necesarias para ser utilizado en la prosa literaria.
Las primeras manifestaciones de la prosa literaria representan un hecho trascendental, abriendo nuevos campos a la literatura medieval: la ciencia, el pensamiento y la historia. Gracias a esto, el didactismo deja de ser la única referencia literaria. De esta forma, se puede decir que el nuevo didactismo trae un propósito renovador del conocimiento científico e histórico.
Alfonso X el Sabio
Alfonso X el Sabio fue un gran impulsor de la prosa castellana. Durante su reinado, se produjo el cambio del latín al castellano en la redacción de documentos oficiales. Así, se elevó la lengua, haciéndola útil para la elaboración de todo tipo de textos. Además, participó activamente en la Escuela de Traductores de Toledo, donde se establecieron nuevas normas ortográficas unificadas para el nuevo idioma.
La Prosa de Ficción en los Siglos XIII y XIV: Colecciones de Cuentos
En la Edad Media abundan las colecciones de cuentos breves, normalmente extraídos de la tradición oriental, que cumplen un objetivo didáctico. Estas colecciones se presentan dentro de un marco narrativo. Las más significativas son:
- Calila e Dimna: colección de cuentos de origen indio de la época de Alfonso X. Está dividida en 15 capítulos, protagonizados por animales, y suelen tener un final infeliz.
- Sendebar: colección de 23 cuentos de origen indio, enmarcada en la corriente de la literatura misógina.
Orígenes de la Novela: Los Libros de Caballerías
En el siglo XIV, empiezan a componerse obras de ficción extensas en castellano. Estas obras se dirigen a un público cortesano y tienen como protagonista a un héroe ficticio de origen noble, que suele ser el prototipo de hombre cristiano y enamorado: el caballero andante. Alternan episodios realistas y fantásticos. Se diferencian de la literatura de la época antigua en los siguientes aspectos:
- Están escritos en prosa, con una sintaxis que se va complicando progresivamente.
- El protagonista se mueve por interés individual.
- El amor es prácticamente inexistente.
Don Juan Manuel: El Conde Lucanor
Don Juan Manuel es el primer escritor castellano que se preocupa por la conservación y la transmisión de su obra. En El Conde Lucanor, nos ofrece una lista de sus obras e indica que ha depositado los originales en el monasterio de Peñafiel. Lamentablemente, un incendio acabó con dichos originales. Sus obras capitales son: El libro del caballero y del escudero, El libro de los estados y El Conde Lucanor.
El Conde Lucanor: Contenido y Estructura
Escrita en 1335, es una obra didáctica dividida en cinco partes, formada por 51 cuentos. La estructura de cada uno de los cuentos es siempre la misma: Patronio responde a las cuestiones que le plantea el Conde Lucanor y lo ilustra a través de un cuento. Al final, se obtiene una moraleja que Don Juan Manuel resume al final de cada capítulo.
Estilo e Intencionalidad de El Conde Lucanor
El estilo de Don Juan Manuel destaca por su afán de claridad, siempre al servicio del didactismo. Combina la claridad con la brevedad y busca términos fácilmente entendibles. La sintaxis es simple y repetitiva, con predominio de la coordinación.
Don Juan Manuel era un moralista, y la finalidad de El Conde Lucanor es claramente didáctica.