Evolución Política y Oposición al Franquismo: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional
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Evolución Política y Coyuntura Exterior: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional
Régimen Nacional-Sindicalista y Alineamiento con los Países del Eje (1939-1942)
Ramón Serrano Súñer, falangista, germanófilo y ministro de Exteriores y Gobernación, diseñó un régimen totalitario, el nacional-sindicalista. Falangistas y militares ocuparon inicialmente los principales ministerios y España se alineó con las potencias del Eje (Alemania e Italia), pasando de la neutralidad a declararse no beligerante. Si no entró en la II Guerra Mundial fue porque Hitler rechazó la petición de Franco de quedarse con parte de las colonias francesas del norte de África. Pese a ello, España apoyó al Eje enviando a Rusia la División Azul, suministrando wolframio y permitiendo el tránsito de aviones y barcos.
Nacional-Catolicismo y Acercamiento a los Aliados (1943-1945)
Las derrotas del Eje hicieron que Franco se acercase a los aliados. España se declaró de nuevo neutral y se apartó del gobierno a los germanófilos. El régimen se presentó ante la opinión internacional como un régimen nacional-católico y no fascista.
Aislamiento Internacional (1945-1950)
Tras la II Guerra Mundial, etapa del ostracismo debido al apoyo prestado al Eje y por ser una dictadura con tintes fascistas. Se produce la condena y no adhesión de la ONU, el abandono de los embajadores y el bloqueo diplomático y económico, que excluyó a España del Plan Marshall. Solo mantuvieron su apoyo El Vaticano, Portugal y Argentina.
Reconocimiento Internacional (1950)
La Guerra Fría permitió a Franco presentarse ante las democracias occidentales como un aliado contra el comunismo y en 1950 la ONU quitó el bloqueo y regresaron los embajadores. En 1953 se firmó el Concordato con el Vaticano y el Pacto de Madrid con EEUU, acuerdos militares que incluyeron la instalación de 4 bases militares estadounidenses en España y, por unas cláusulas secretas, el tránsito y almacenamiento de armas nucleares. El definitivo reconocimiento internacional de España llegó con su ingreso en la ONU y en el FMI, aunque el aislamiento impedirá la incorporación a la OTAN y a la CEE (UE). Se produjo la descolonización de Marruecos, conservando España en África Sidi Ifni, el Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial. En política interior, a partir de 1957, los diversos conflictos convencieron a Franco de la necesidad de un cambio, plasmado en la presencia católica en el gobierno de los tecnócratas del Opus Dei y el Plan de Estabilización Económica, que permitió una mayor liberalización de la economía, aunque persistió la política represiva.
El Exilio
Fue la única salida para una parte de los españoles que perdieron la Guerra Civil y empobreció a España demográfica, económica e intelectualmente. Comenzó con los miles de niños enviados a Rusia tras la conquista franquista del norte de España y continuó tras la guerra en México y Francia. Miles de españoles se quedaron en los países de acogida y otros volvieron en la década de los 50 y 60, aunque la mayoría tuvo que esperar a la muerte de Franco (1975) para poder regresar a España.
La Oposición al Régimen
A partir de la década de los 60, la oposición política y social a la dictadura se incrementó y empleó nuevas formas de lucha, especialmente en el interior del país, ya que la oposición del exilio pasó a un segundo plano. La oposición se organizó en torno a:
- Protestas obreras: que comenzaron a canalizarse a través de sindicatos no reconocidos por el régimen, como Comisiones Obreras (CCOO) y las huelgas que fueron habituales en las áreas industriales.
- Protestas universitarias: generalizadas entre 1965-69, llevaron al Gobierno a declarar el Estado de excepción, fueron apoyadas por algunos profesores de renombre (Tierno Galván, López Aranguren...) expulsados de sus cátedras por oponerse al régimen.
- Iglesia Católica: donde un sector significativo se distanció de la dictadura a partir del espíritu modernizador del Concilio Vaticano II. Sacerdotes vascos y catalanes condenaron el franquismo e incluso el arzobispo de Madrid, cardenal Tarancón, lo criticó. Además, el regalismo franquista provocó enfrentamientos con el Vaticano.
- Oposición política moderada: protagonizada por liberales y democristianos apartados del régimen por su aperturismo o a la reivindicación de la democracia realizada en el Congreso de Múnich en 1962 por miembros de la oposición, aprovechando la solicitud de ingreso de España en la CEE.
- Oposición política de izquierdas y nacionalista: la de izquierda liderada por el PCE de Santiago Carrillo y cercana a los distintos movimientos estudiantiles, vecinales y sindicales, que en 1974 organizaron la Junta Democrática para canalizar las reivindicaciones democráticas. Los partidos nacionalistas históricos, como el PNV y el ERC se revitalizaron, y surgieron también nuevos partidos de extrema izquierda entre la juventud más radical y una amalgama de formaciones minoritarias de signo moderado.
- Terrorismo político: sobre todo de ETA, movimiento revolucionario nacido en 1959 por jóvenes nacionalistas vascos, que perdió su carácter revolucionario al continuar durante la democracia. A partir de 1975 se unieron otras organizaciones terroristas de extrema izquierda como el FRAP y los GRAPO.
- Oposición dentro del ejército: organizada en torno a la Unión Militar Democrática.
- Movimientos vecinales y ciudadanos: sobre todo en barriadas obreras y populares de grandes urbes, que comenzaron por reivindicar infraestructuras básicas para sus barrios, y derivaron en protesta política exigiendo democracia y cambio.
Sin embargo, el régimen no permaneció impasible a dichos movimientos opositores y el Tribunal de Orden Público decretó multitud de sentencias represivas: fusilamiento del dirigente comunista Julián Grimau, proceso de Burgos contra ETA, proceso 1001 contra dirigentes de CCOO, ejecución del anarquista Puig Antich y las 5 ejecuciones de acusados de terrorismo en septiembre de 1975.
Evolución de las Mentalidades y la Cultura
La mentalidad de la posguerra era autoritaria, inspirada en el catolicismo, los valores tradicionales y la obediencia jerárquica. La Iglesia contó con el monopolio de la educación y la censura, en una sociedad gobernada por una moral escrupulosa y una obediencia ciega en cualquier superior en jerarquía y una estricta división sexual de las funciones que implicaba la supeditación de la mujer respecto al hombre que se ocupaba del trabajo, mientras ellas cuidaban del hogar y la prole. En los 60, la mentalidad se abrió a la influencia europea con la llegada de turistas, el regreso de los emigrantes y la política de acercamiento a Europa. Además, el impacto de la expansión económica y la generalización del estado del bienestar empezaron a ser incompatibles con los valores tradicionales y la moral católica franquista.
La cultura española sufrió un gran retroceso tras la Guerra Civil. Numerosos intelectuales se exiliaron y la censura impidió el debate libre. Pese a todo, surgió una generación de posguerra en el interior del país a partir de 1950, con nombres como Cela, Aleixandre, Carmen Laforet o Delibes. Destacan los cineastas García Berlanga, Bardem o Saura, los arquitectos Sáenz de Oiza, Moneo o Bofill, los escultores Chillida y Oteiza y los pintores Tàpies o Saura.