Evolución Política de España: Del Bienio Progresista a la Restauración Borbónica (1854-1874)
El Bienio Progresista (1854-1856)
La reina Isabel II decidió llamar al gobierno a Espartero. Volvieron a adoptarse medidas radicales y se elaboró un nuevo texto que no llegó a ser promulgado. La Ley de Desamortización General de 1855, impulsada por Madoz, afectaba sobre todo al clero secular y a los bienes municipales. Encontró una fuerte oposición. Se establecieron también leyes económicas, como las relacionadas con la banca, la minería o la Ley General de Ferrocarriles.
Segunda Década Liberal Conservadora: La Unión Liberal de O'Donnell (1856-1868)
Las presiones de la Corona y la Iglesia provocaron la reacción de los liberales moderados, que provocaron la caída de Espartero. Este periodo estuvo caracterizado por la influencia de tres sectores sociales: los terratenientes, los militares conservadores y la Iglesia. Hubo una mayor prosperidad con el gobierno de la Unión Liberal de O'Donnell, una época de buenas cosechas y de expansión comercial. Se inició una activa política exterior. Se desarrollaba el partido demócrata y aparecía el republicanismo, al tiempo que se creaban las primeras organizaciones obreras y se producían agitaciones entre el campesinado jornalero. En 1864 volvió Narváez al gobierno, tras la destitución de los profesores universitarios republicanos, como Castelar, y las protestas estudiantiles que siguieron. El ejército actuó con gran violencia. Hubo nuevos pronunciamientos progresistas que llevaron a una dura represión. Esto llevó a una alianza entre progresistas y demócratas, que firmaron un pacto que incluía el acuerdo para destronar a Isabel II (Pacto de Ostende). Dos años después, la armada española atracada en Cádiz y dirigida por el almirante Topete, se sublevó, con el apoyo de los generales Prim y Serrano. Comenzaba así la Revolución Gloriosa. El movimiento se extendió con levantamientos. Serrano venció al ejército gubernamental en Alcolea e Isabel II huyó a Francia.
El Sexenio Democrático (1868-1874): La Revolución, el Reinado de Amadeo I y la Primera República
La Gloriosa y la Constitución de 1869
En un primer momento, el poder político fue ejercido por la Junta Revolucionaria de Madrid, que confió el poder al general Serrano, quien tomó medidas para estabilizar la revolución y convocó a Cortes Constituyentes. Las elecciones dieron la mayoría a la coalición de unionistas. Confirmaron en su cargo a Serrano y comenzaron a elaborar el nuevo texto constitucional. La Constitución de 1869 es considerada la primera constitución democrática de la historia de España. Sus principales características son:
- Amplia declaración de derechos.
- Reconoce la soberanía nacional.
- Gran protagonismo de las Cortes que no solo legislan, sino que también controlan al gobierno.
- Establece como forma de gobierno la monarquía.
El general Serrano fue nombrado regente y el general Prim se convirtió en jefe de gobierno.
La Monarquía Constitucional
Era preciso encontrar un candidato para el trono. Finalmente, se propuso a Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel, rey de Italia. Tuvo que hacer frente a una difícil situación. Al poco de llegar el rey, el general Prim fue asesinado en un atentado. El rey se encontró con la oposición de los carlistas y de los partidarios del príncipe Alfonso, el hijo de Isabel II. Por ello, Amadeo y su régimen tuvieron que apoyarse en dos grupos políticos muy distintos:
- El Partido Constitucional, conservador y partidario de limitar el avance de los logros democráticos.
- El Partido Radical, partidario de reformas audaces.
Tuvo que enfrentarse al desarrollo del movimiento obrero y la Guerra de los Diez Años en Cuba. Tras dos años de reinado, el 11 de febrero de 1873, Amadeo renunció al trono y regresó a Italia. Ese mismo día, Congreso y Senado, en sesión conjunta, proclamaban la República.
La Primera República
La Primera República se extendió entre el 11 de febrero de 1873 y el 3 de enero de 1874. Hubo cuatro presidentes:
- Estanislao Figueras: El desorden aumentó: intentos de golpe de Estado, del movimiento obrero, etc. Se celebraron elecciones, en las que triunfaron los republicanos federalistas.
- Francisco Pi y Margall: Quiso instaurar una república federal, pero de forma ordenada. El proyecto no se realizó, porque hubo que atender a otros graves problemas: la guerra carlista, la insurrección cantonal, que comenzó con la proclamación del cantón de Cartagena.
- Nicolás Salmerón: En su etapa, la República dio un giro conservador, con el apoyo de generales monárquicos. Los cantonalistas proclamaron entonces un gobierno provisional de la Federación Española en Cartagena y declararon la guerra a Madrid. Salmerón empleó a fondo la fuerza militar y fueron cayendo uno a uno los diferentes focos cantonalistas. Salmerón dimitiría.
- Emilio Castelar: Aplicó la pena de muerte, llamó al ejército para imponer el orden, reforzó el poder del Estado y suprimió el principio federal. Para poder llevar esto a cabo, solicitó a las Cortes, y estas se lo concedieron, poderes especiales. El 2 de enero de 1874, el gobierno fue sometido a un voto de confianza y lo perdió.
El Golpe de Estado de Pavía
Tras perder la confianza de las Cortes, se produjo el golpe de Estado de Pavía, capitán general de Madrid, que invadió el hemiciclo del Congreso y disolvió las Cortes. Tras el golpe de Pavía, nombró jefe de gobierno al general Serrano, que mantuvo las formas republicanas, pero aplicó una política represiva con un claro protagonismo del ejército. El fracaso de la República despertó el deseo de una restauración monárquica. Los partidarios de la restauración borbónica habían emprendido una activa labor diplomática con el fin de lograr apoyos internacionales para el hijo de Isabel II, el futuro Alfonso XII, frente a otros posibles candidatos. El principal defensor de la candidatura del príncipe fue Cánovas del Castillo, que intentaba que la vuelta a la monarquía fuera el resultado del deseo del pueblo español y no de un nuevo pronunciamiento militar. Para ello, había hecho firmar a Alfonso el Manifiesto de Sandhurst, en el que exponía al pueblo español sus propósitos conciliadores. Sin embargo, y en contra del parecer de Cánovas, el 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII, tras un pronunciamiento en Sagunto. La monarquía borbónica había sido restaurada mediante un golpe militar.