Evolución de la Poesía y el Teatro Español Post-Guerra Civil (1939-Actualidad)
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Poesía y Teatro Español Posterior a 1939
La poesía española y el teatro español a partir de los años 40 se vieron directamente influidos por las consecuencias de la Guerra Civil. El país quedó dividido en dos: los vencedores y los vencidos, y la mayoría de los segundos tuvo que exiliarse, incluyendo a conocidos intelectuales. La nueva España fue un país de aislamiento internacional hasta los años 50, y la cultura literaria durante el régimen estuvo marcada por una estricta censura que solo comenzó a suavizarse en torno a la década de los sesenta.
Años 40: Desarraigo y Arraigo
Poesía
Dentro de la poesía de los años 40, destacamos la poesía desarraigada, heredada de la Generación del 27 y cercana a lo existencial. Destaca Hijos de la ira de Dámaso Alonso. Por otro lado, la poesía arraigada, afín al régimen franquista, clasicista e intimista, destacando La casa encendida de Luis Rosales.
También se dieron otras tendencias de vanguardia:
- El postismo, donde destaca Edmundo de Ory.
- El grupo Cántico, de poesía barroca, donde destaca Ricardo Molina y Pablo García Baena.
Teatro
En cuanto al teatro, se mantuvo afín al régimen y era de evasión. Se divide en:
- Comedia burguesa, destacando Juan Ignacio Luca de Tena.
- Teatro de humor, que trataba situaciones absurdas e inverosímiles. Destacan Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro y Miguel Mihura con Tres sombreros de copa.
Años 50: El Compromiso Social
Poesía
En los años 50 se dio la poesía social, que dejaba de lado la forma y quería testimoniar la sociedad real. Era ajena a lo formal, clara y narrativa. El principal objetivo era conseguir un cambio de mentalidad y un desplazamiento hacia la colectividad. Destacan Blas de Otero con Pido la paz y la palabra y Gabriel Celaya con Cantos íberos.
Teatro
El teatro se divide en:
- La tragedia existencial (no sufrió censura), con Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo.
- El drama social (sufrió censura), con Alfonso Sastre y su obra Escuadra hacia la muerte.
Años 60: Renovación y Generación del 50
Teatro
En los años 60, el teatro fue minoritario, destacando solo Antonio Gala con una renovación realista.
Poesía
Surgió, en la poesía, la Generación del 50. Pertenecen a ella Ángel González con Áspero mundo, Jaime Gil de Biedma con Moralidades y Claudio Rodríguez con Don de la ebriedad. Era una poesía intimista y preocupada por la forma.
Años 70: Experimentación y Vanguardia
En los años 70 destaca la experimentación tanto en la poesía como en el teatro.
Poesía
En la poesía, destaca José María Castellet, quien creó Los Nueve Novísimos Poetas Españoles, una antología que revolucionó el panorama literario. Mantuvieron las características principales de las vanguardias como la intrascendencia, el antirrealismo y la espontaneidad. Se dio también un cambio de mentalidad en temas como la religión, el cuerpo y la familia. Era una poesía formalista y de léxico culto que mezclaba el culturalismo e historias frívolas.
Teatro
En cuanto al teatro, destaca Fernando Arrabal con su teatro pánico (Pic-nic) y Francisco Nieva con su teatro furioso de carácter experimental, donde el texto perdía importancia y se la otorgaba a la puesta en escena.
Desde 1975 hasta la Actualidad: Diversidad de Tendencias
A partir de 1975, se consolidan nuevas poéticas predominantes.
Poesía
- En primer lugar, la poesía del silencio, que era más conceptual, compleja y hermética. Destacan Olvido Valdés y Jaime Siles.
- En segundo lugar, la poesía de la experiencia, que era más intimista y narrativa, y hablaba de la vida diaria. Destaca Luis García Montero con su manifiesto, Jardín extranjero.
Teatro
En el teatro, de 1975 a la actualidad, se da una transición gracias al teatro espectacular, que le daba más importancia a la escenografía que al contenido. Tras esto, se da una vuelta a la comedia burguesa renovada gracias a condiciones que mejoran el teatro, como la creación de instituciones teatrales, la proliferación de festivales y la aparición de premios y revistas. Se caracteriza por tratar temas sociales con una actitud realista y crítica, pero incluyendo géneros cómicos y lenguaje coloquial, dando importancia a la intertextualidad y metateatralidad, como es el caso de Ana Diosdado (Los 80 son nuestros) y José Luis Alonso de Santos (Estanquera de Vallecas). A partir de los 90, se da una revalorización de la palabra dramática sin dejar de lado la escenificación, destacando Juan Mayorga (Cartas de amor a Stalin) y Angélica Liddell (Leda).