Evolución de la Poesía y Literatura Española: Siglo XX

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La Poesía Española de Posguerra (1936-1975)

Al acabar la Guerra Civil, el panorama cultural era sombrío, con pérdidas como la de Federico García Lorca y exilios masivos. La censura aplazó la libertad de expresión, eliminada después de la muerte de Franco. El enorme prestigio de los autores de la Generación del 27 supuso que otros más jóvenes trabajasen a su sombra, como Carmen Conde, Miguel Hernández o Ramón Gaya.

Carmen Conde fue cercana a Juan Ramón Jiménez. Miguel Hernández estableció un puente entre las generaciones del 27 y del 36, escribiendo Perito en lunas (1933), donde se ve la influencia de Góngora. Libros como El rayo que no cesa (1936) muestran la amenaza de la Guerra Civil; Viento del pueblo (1938) y El hombre acecha (1939) contienen poemas pensados para que fueran recitados en el frente, y Cancionero y romancero de ausencias contiene sus últimos poemas. Ramón Gaya es autor de una obra poética de gran calidad.

Etapas de la Lírica Española de Posguerra

Dentro de la lírica española hay varias etapas. En la década de 1940 en España, Dámaso Alonso dividió la lírica en dos corrientes:

  • Poesía arraigada: vinculada a los vencedores.
  • Poesía desarraigada: asociada a los perdedores que permanecían en el país.

Poesía Arraigada

La poesía arraigada se centra en temas clásicos como el amor y la naturaleza, mostrando una visión optimista y esperanzada del mundo, buscando armonía, orden y claridad. Evita referencias a la guerra, presenta una religiosidad serena y prefiere métricas clásicas como el soneto, recuperando géneros tradicionales como la oda y la elegía, y rechazando las vanguardias. Sus principales representantes son Leopoldo Panero y Luis Rosales, quien publicó La casa encendida.

Poesía Desarraigada

Tras la publicación de Hijos de la ira en 1944, de Dámaso Alonso, surge la poesía desarraigada, que aborda temas sociales vinculados al sufrimiento humano. Expresa una visión pesimista y desesperada del mundo, con tono de rabia y violencia, marcado por los traumas de la guerra. Se caracteriza por una religiosidad angustiada, un diálogo exasperado con Dios, el uso del verso libre, un lenguaje rupturista y abundantes imágenes irracionales, manteniendo influencias surrealistas. Destacan Victoriano Crémer, Eugenio de Nora y las primeras obras de Blas de Otero, Gabriel Celaya y José Hierro.

Se desarrollaron dos orientaciones poéticas:

  • Postismo: propone continuar la poética surrealista (Carlos Edmundo de Ory).
  • Poesía sensual y barroca del grupo cordobés Cántico (Ricardo Molina y Pablo García Baena).

La Poesía Social de los Años Cincuenta

En los años cincuenta, muchos poetas evolucionaron hacia la poesía social, centrada en denunciar desigualdades e injusticias sociales. Veían la poesía como un medio de comunicación accesible a todos, priorizando el contenido y buscando un lenguaje sencillo y directo. Las obras más representativas son: Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero, y Cantos íberos, de Gabriel Celaya.

Nueva Generación Poética de los Cincuenta

En la década de los cincuenta surgió una nueva generación poética, marcada por haber experimentado la guerra siendo niños y por su solidaridad. Destacan Ángel González, con Áspero mundo (1956), de tono existencial y pesimista, y Jaime Gil de Biedma, de la alta burguesía barcelonesa. Su obra Las personas del verbo es una autobiografía que denuncia la hipocresía burguesa. Desde su primer libro, A modo de esperanza, José Ángel Valente define la burguesía como una forma específica de conocer la realidad. En sus obras posteriores, se acerca al misticismo, iniciando una "poesía del silencio".

Los "Novísimos" de los Años Setenta

En los años setenta surge una nueva generación de poetas, los "novísimos", que se alejan del realismo y los temas sociales. Inspirados en las vanguardias, destacan por el uso del verso libre y elementos surrealistas. Pedro Gimferrer, con Arde el mar, y Guillermo Carnero, con Dibujo de la muerte, son pioneros, abriendo camino a otros como Leopoldo María Panero y José María Álvarez.

Es crucial destacar la poesía escrita por mujeres a partir de 1940 y durante los años 60 y 70. Figuras como Carmen Conde, Gloria Fuertes y Clara Janés son ejemplos significativos.

Para finalizar, desde mediados de los setenta, la estética de los "novísimos" declina, dando paso a una nueva poesía que recupera la conexión con el pasado literario español, tomando como modelos a los poetas de fin de siglo, los del 27 y los del grupo de los 50.

La Generación del 27: Un Renacimiento Cultural

A lo largo del primer tercio del siglo XX, España vivió una época de desarrollo cultural que se plasmó en las artes plásticas, las ciencias, la música y la literatura. Estos años vieron también el auge de la Institución Libre de Enseñanza, la cual aspiraba a una educación laica, universal y libre. El panorama cultural lo completa la multitud de revistas dedicadas al pensamiento, las artes y las letras, entre las que destacan la Revista de Occidente o las murcianas Verso y Prosa, en la que destacamos la colaboración de Jorge Guillén, y Sudeste, en la que se publicaron libros como Perito en lunas, de Miguel Hernández.

En 1927 se celebró en Sevilla una reunión para conmemorar el tricentenario de la muerte de Góngora. Esta fecha sirvió para dar a esos autores el nombre de Generación del 27. Cuentan con una sólida formación universitaria y su encuentro fue facilitado por la estancia de muchos de ellos en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Estos creían en la cultura como fuerza liberadora y transformadora de la sociedad, por ello, colaboraron en distintos proyectos de difusión cultural como las Misiones Pedagógicas, encaminadas a acercar la cultura a los rincones más olvidados.

Influencias y Características de la Generación del 27

Los poetas del 27 reciben la influencia de las vanguardias, de Ortega y su libro La deshumanización del arte, y de Juan Ramón Jiménez. A la vez, heredan formas y temas tanto de la lírica popular como de la culta (Garcilaso de la Vega, Jorge Manrique, Quevedo, Bécquer, Rubén Darío y, especialmente, Góngora). En definitiva, unen lo mejor de la tradición y la vanguardia.

Todos ellos comparten una serie de rasgos:

  • Tienen una excelente formación académica e intelectual.
  • Respetan la tradición literaria y el gusto por la novedad y la vanguardia.
  • Cultivan lo culto y lo popular.
  • Mantienen el uso de formas tradicionales, aunque utilizan el verso libre y el poema en prosa.

Son temas universales como el amor, la vida, la muerte y la libertad, aunque también tratan temas relacionados con el espacio urbano, el compromiso cívico y la naturaleza.

Etapas de la Generación del 27

La evolución de la Generación del 27 pasó por tres etapas:

  1. Hasta 1927: Se funda el grupo y la poesía vanguardista, el ensayo de Ortega y la influencia de Juan Ramón Jiménez los conduce hacia la “poesía pura”, que carece de sentimentalismo.
  2. Desde 1927 hasta la Guerra Civil: Durante esta etapa, muchos poetas son perseguidos.
  3. Posguerra: El asesinato de Lorca en 1936 supone un golpe para todos. Solo tres poetas del grupo permanecen en España: Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Vicente Aleixandre. Los poetas exiliados cantan la nostalgia de una patria perdida y la angustia ante la Segunda Guerra Mundial.

Principales Autores y Obras de la Generación del 27

  • Pedro Salinas: Actuó como puente entre la obra de Juan Ramón Jiménez y el resto de los poetas del grupo. Bajo la influencia de la poesía pura y vanguardista, escribe poemas sobre elementos del mundo moderno y urbano. Entre sus obras destacamos La voz a ti debida y Razón de amor.
  • Jorge Guillén: Es el poeta más característico de una poesía pura e intelectual, y recoge su obra bajo el título Aire nuestro.
  • Gerardo Diego: Cultiva una poesía de vanguardia (Manual de espumas) y una poesía más tradicional como Versos humanos.
  • Vicente Aleixandre: Fue uno de los pocos que permaneció en España y cuenta con unas obras dominadas por una visión pesimista del ser humano, como Espadas como labios y Sombra del paraíso.
  • Federico García Lorca: Protagonista principal de la Generación del 27. Su mundo trágico adquiere fuerza en Romancero gitano, donde sus protagonistas sufren la marginación, angustia y muerte irremediable. En 1927 viajó a Estados Unidos, lo que le inspiró para crear Poeta en Nueva York, donde se solidariza con los negros y marginados del país. Fue también el principal dramaturgo del grupo, con la frustración como tema principal. Las principales obras de teatro son las tres tragedias rurales: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.
  • Luis Cernuda: Su obra poética, de tono mediático y neorromántico, queda reunida en el título de La realidad y el deseo.
  • Rafael Alberti: Se dio a conocer con Marinero en tierra, libro de poesía neopopular, donde evoca desde Madrid el mar y el paisaje de su infancia, y muestra su angustia interior en la obra Sobre los ángeles, en inquietantes imágenes surrealistas. Trata a menudo el dolor del destierro y la nostalgia de España en obras como Retornos de lo vivo lejano.
  • Manuel Altolaguirre: Fue uno de los más intimistas y espiritualistas, fundó la revista Litoral y entre sus poemas destacamos Amor.
  • Dámaso Alonso: Destaca Hijos de la ira.

En definitiva, se trata de un grupo de autores que vivieron con igual pasión la vanguardia y el interés por la poesía clásica. Entre todos ellos llevaron a la poesía española a una de sus más altas cimas. En esta época, no podemos dejar de lado a mujeres como María Teresa León, Rosa Chacel y Ernestina de Champourcin: las grandes olvidadas de la literatura. Entre los autores de prosa destacan Rosa Chacel, con Memorias de Leticia Valle; Ramón J. Sender, con Réquiem por un campesino español, y Max Aub, con El laberinto mágico, donde analiza los orígenes y desarrollo de la Guerra Civil.

Novecentismo y Vanguardias: La Renovación Literaria del Siglo XX

En la primera mitad del siglo XX se producen transformaciones que afectan a distintos ámbitos: la Primera Guerra Mundial, la Revolución rusa, el avance del comunismo y del anarquismo, el surgimiento de movimientos fascistas y la Segunda Guerra Mundial. Después del desastre de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), las nuevas generaciones defendieron la creación de nuevas expresiones artísticas. En España, la búsqueda por la modernización se reflejó en dos movimientos literarios: el novecentismo y las vanguardias.

El Novecentismo o Generación del 14

Se llama novecentismo o Generación del 14 a un grupo de intelectuales, filósofos y científicos que se inspiraron en Ortega y Gasset. El término fue creado por Eugenio d'Ors, y lo utilizó para señalar las tendencias que se separaban de las formas del siglo XIX. Tienen una sólida formación académica y dominio de varios idiomas, se caracterizan por su tolerancia y diálogo. Orientados hacia la cultura europea, incorporan sus novedades artísticas y científicas en la literatura española, dirigida a minorías con mayor preparación intelectual. Además, comienzan defendiendo una literatura no contaminada por los problemas políticos y sociales, pero acabarán implicándose en la vida política.

El ensayo fue cultivado para expresar sus ideas sobre el tema de España, apostando por soluciones europeístas. Y la visión del arte, la literatura y la sociedad se convirtió en el otro gran tema.

José Ortega y Gasset fundó y dirigió la Liga para la Educación Política, las revistas España y Revista de Occidente. Entre sus obras cabe destacar Meditaciones del Quijote, La rebelión de las masas, En torno a Galileo y La deshumanización del arte. Además, hay que añadir una intensa obra periodística.

También destacan en este género Eugenio d'Ors, Gregorio Marañón, Manuel Azaña y Salvador Madariaga.

Como novelistas destacan Gabriel Miró, Ramón Pérez de Ayala y Ramón Gómez de la Serna.

Gabriel Miró (1879-1930) es el creador de obras como Las cerezas del cementerio, Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, donde analiza el microcosmos de una ciudad en la que unos seres bondadosos son anulados por un ambiente fruto de una mentalidad tradicional ultracatólica.

Las novelas de Ramón Pérez de Ayala insisten en la crítica a la moral tradicional y su influencia en la formación de la juventud española. Destacan Tigre Juan y El curandero de su honra.

Juan Ramón Jiménez y la Poesía Pura

En el género lírico, su máximo representante es Juan Ramón Jiménez. Su reconocimiento llegó en 1956 con el Premio Nobel de Literatura. Entre sus obras se distinguen:

  • La primera etapa (poesía modernista), con Rimas y Arias tristes.
  • La segunda (poesía pura), Diario de un poeta recién casado, en la que defiende la existencia de la realidad material y la realidad invisible.

Las Vanguardias: Una Revolución Artística

Las vanguardias son un conjunto de movimientos artísticos y literarios que se desarrollan en Europa y América. Ramón Gómez de la Serna creó varios movimientos vanguardistas y fue de los primeros estudiosos con su libro Ismos. De esta filosofía surge la greguería: textos muy breves que se caracterizan por la mezcla de metáforas y humor con partes de carácter profundo.

Las vanguardias que tuvieron más influencia en las letras españolas son:

  • Futurismo: Exalta los logros de la sociedad industrial y la técnica.
  • Dadaísmo: Protesta contra los valores imperantes y pretende demoler la cultura burguesa.
  • Cubismo: Fue un movimiento pictórico creado por Pablo Picasso y George Braque, donde el poeta Guillaume Apollinaire aplicó sus teorías a la literatura creando los caligramas (textos poéticos en los que las palabras forman un dibujo).
  • Ultraísmo: Elementos del futurismo, del dadaísmo y del cubismo.
  • Surrealismo: Pretende liberar al ser humano de las inhibiciones y prohibiciones que le acechan y defiende escribir sin ningún afán de ser útil. Dejó grandes obras en literatura, música, fotografía, cine…

En Hispanoamérica, destacamos a Vicente Huidobro, que inventó el creacionismo, que pretende la creación por medio del lenguaje (Altazor); a César Vallejo y su obra Trilce; y a Pablo Neruda con su obra Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

Este proceso de renovación de la novela culmina en los años veinte con la llamada “novela deshumanizada”. Es una novela cultivada por un grupo de jóvenes escritores que pusieron en práctica los conceptos expresados por Ortega y Gasset en sus ensayos. Entre estos escritores destaca Benjamín Jarnés, autor de novelas como El profesor inútil y El convidado de papel, entre otras.

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