Evolución de la Poesía Española: De la Guerra a la Posguerra
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Poesía de la Guerra y Posguerra en España (Años 40 y 50)
Poesía de la Guerra (Años 30): Miguel Hernández (Generación del 36)
La poesía de este periodo se caracterizó por un fuerte compromiso con la realidad. Tanto en el bando nacionalista como en el republicano, el poema se convirtió en un arma de lucha. Aunque no siempre se destacó por su calidad formal, es imprescindible mencionar a Miguel Hernández.
Su obra nace en un proceso de transición entre la innovación vanguardista y la rehumanización de los poetas de la Generación del 27. La poesía de Hernández se distingue por:
- La emoción y un hondo contenido humano, abordando temas como el amor, el dolor, la muerte, la vida y la esperanza.
- El uso de símbolos particulares:
- Vientre y sexo femenino: centro de vida, refugio seguro.
- Rayo: fuego pasional.
- Toro: virilidad, pasión, libertad y muerte.
- Luna: cambio, vitalidad, fecundidad.
- La perfección formal de sus versos.
Su estilo parte de una influencia neobarroca o gongorina, como se aprecia en El rayo que no cesa. A esta le sigue la influencia de Neruda y la poesía impura en Viento del pueblo, con versos de angustia y protesta frente al sufrimiento de pobres y niños. Culmina con una poesía personal y conmovedora desde la cárcel, donde muere, en obras como Cancionero y romancero de ausencias.
Poesía de los Años 40
En esta década predominan dos líneas enfrentadas:
- La poesía oficial neoclasicista (poesía arraigada).
- La poesía existencialista (poesía desarraigada).
Fuera de estas tendencias, existen dos grupos minoritarios:
Poesía Arraigada
Poetas de orientación católica y falangista que publicaron en las revistas Escorial y Garcilaso. Practicaron un neoclasicismo intimista, sin crítica social, centrándose en temas como el amor o la religiosidad, y utilizando el soneto como estrofa preferida.
- Destaca Luis Rosales, cuya obra se divide en dos periodos: uno más preocupado por cuestiones estéticas y otro de experimentación vanguardista, ambos fusionados en La casa encendida.
- También Leopoldo Panero con Escrito a cada instante.
Poesía Desarraigada
De tono existencial, dramático y trememdista, es la de los poetas inconformes con la consagración a la belleza en medio de una realidad acuciante. Las obras más destacadas son:
- Hijos de la ira de Dámaso Alonso.
- ANCIA (Ángel fieramente humano) y Redoble de conciencia de Blas de Otero.
Las poesías de ambos autores reflejan la peripecia individual del ser humano en tiempos de angustia y falta de fe en el futuro.
Otras Tendencias de los Años 40
Fuera de estas dos tendencias, encontramos:
- Un grupo alrededor de la revista Cántico, que intenta recoger la herencia de la Generación del 27. Su mejor representante es Pablo García Baena.
- El postismo, de inspiración surrealista, con Eduardo Chicharro y Carlos Edmundo de Ory.
Poesía de los Años 50
A partir de la publicación de Tranquilamente hablando de Gabriel Celaya, se inicia un proceso de cambio. Esta poesía denuncia las injusticias, el dolor o la miseria; se hace comprometida y se utilizará como arma para cambiar el mundo y despertar conciencias. Es decir, una protesta contra la realidad con un tono sencillo, coloquial y enérgico, utilizando lenguaje cotidiano.
También destaca Blas de Otero con Pido la paz y la palabra (palabra que permite al hombre gritar su protesta; paz para que España pueda vivir sin la presencia de injusticia y muerte). El poeta "baja a la calle", habla de las preocupaciones comunes de la gente en un lenguaje claro y sin adornos: "escribo como escupo".