Evolución del Pensamiento y la Literatura: De la Filosofía Medieval al Romanticismo
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Filosofía Medieval: Orígenes y Desarrollo
El inicio de la filosofía medieval se relaciona con el llamado «Renacimiento Carolingio», que habría tenido lugar a partir de la fecha en que Carlomagno envió cartas a los abades y obispos de su reino, encargándoles la construcción de escuelas para clérigos. No obstante, es usual adelantar su comienzo a San Agustín (siglo V), considerando la filosofía medieval como un desarrollo de la postpatrística.
Su final se sitúa en la segunda mitad del siglo XIV, con la muerte de Ockham o de Nicolás de Cusa. Esta época suele considerarse un retroceso cultural, pero lo cierto es que se produce un intento de recuperación de los valores culturales clásicos, no solo de recuperarlos, sino también de asimilarlos y conciliarlos con la fe.
En la tarea de conservación, recuperación y transmisión de la cultura del Imperio, la Iglesia tuvo un papel predominante, sobre todo a través de los monasterios. Su buena situación económica les permitía dedicarse a la actividad cultural, convirtiéndose en promotores de la cultura europea. Todos los monasterios tenían bibliotecas y muchos textos antiguos se conservan gracias a los copistas.
La Escolástica: Fe y Razón
El movimiento filosófico más importante de la Edad Media es la Escolástica. Etimológicamente, proviene del latín schola (escuela). Inicialmente, significaba el saber cultivado en las escuelas medievales, enseñado bajo la dirección del maestro. Más tarde, se utilizó para designar la materia enseñada y el método empleado en la enseñanza de esa materia en las escuelas. Generalmente, la escolástica no se refiere a ninguna corriente específica de pensamiento, sino a la enseñanza que se practicaba en las escuelas monacales. Durante este periodo, podemos decir que la filosofía se pone al servicio de la fe cristiana, experimentando un auténtico giro teocéntrico en el que Dios se convierte en el centro de atención de la actividad filosófica.
Los asuntos filosóficos de este periodo se centran en discusiones en torno a la existencia de Dios, su naturaleza, etc. En torno a este asunto surgirá la polémica respecto a la relación entre Fe y Razón. Sintéticamente, se trata de analizar cómo los diferentes pensadores han elegido entre una doble actitud ante el reto de explicar no solo la figura de Dios, sino toda nuestra teoría personal sobre el sentido de la existencia. Desde la teología, buscan la fundamentación teórica de aquello que aceptan previamente por la fe. Les preocupa la conciliación entre fe y razón.
- San Agustín ya se había planteado la colaboración entre fe y razón para el conocimiento de la realidad divina; de hecho, no trazaba límites entre ambas, sino que consideraba que conjuntamente trabajaban para el conocimiento de la verdad divina.
- San Anselmo consideraba que la razón podía constituir argumentos que respaldaran las verdades.
- Los averroístas sostuvieron la teoría de la doble verdad, afirmando que existen verdades propias de la fe y de la razón.
- Para Santo Tomás de Aquino, la relación entre Fe y Razón puede considerarse de autonomía y colaboración. Para él, hay verdades divinas accesibles mediante la razón y otras que la superan. La fe es un don divino que nos permite conocer a Dios. También piensa que la razón nos permite construir argumentos para llegar a verdades divinas.
- Ockham afirma la imposibilidad de mantener un acuerdo equilibrado entre filosofía y teología. Fe y Razón tienen ámbitos y lenguajes distintos. Considera que la Razón ha invadido campos que no le correspondían. Ockham abandona así lo que había constituido la máxima aspiración de la escolástica y el aparente logro del siglo anterior. Esta ruptura dará mayor libertad a la filosofía para ocuparse de otros temas.
El Renacimiento y la Filosofía Moderna
El primer periodo de la filosofía moderna coincide con el Renacimiento. Este movimiento se origina en Italia en el siglo XV y se extiende por toda Europa. Históricamente, su inicio coincide con la caída del Imperio Romano de Oriente en 1453, cuando Constantinopla fue conquistada por los turcos. Este periodo se caracteriza por el estudio de la Antigüedad clásica griega y romana.
La Edad Moderna está caracterizada por profundos cambios en el terreno político, económico, religioso, artístico e importantes invenciones técnicas. El Renacimiento es la combinación de dos procesos: uno de retorno al pasado y recuperación del ideal cultural clásico, y otro de ruptura radical con nociones procedentes de la Antigüedad.
El Humanismo y el Pensamiento Político
El Humanismo se caracteriza por otorgar un papel primordial al mundo clásico, estudiando autores como Platón o Aristóteles, no a través de la síntesis cristiana, sino directamente en sus textos. El ser humano se convierte en el centro de interés y estudio. Autores destacados incluyen a Erasmo de Róterdam y Montaigne.
En el pensamiento político destaca Maquiavelo, considerado el fundador de las concepciones políticas modernas. Él propugna la separación de política y ética en su obra El Príncipe. El político no debe ser utópico, sino partir de la realidad. Un líder político no puede ignorar la maldad intrínseca humana; debe gobernar con mano dura, pues el fin justifica los medios.
La Revolución Científica
En esta época se produce la Revolución Científica. Se incorpora el método científico basado en la observación, la formulación de hipótesis y la experimentación. La ciencia deja de ser un conocimiento puramente técnico para tener aplicaciones prácticas. Destacamos a Copérnico y Kepler.
Durante los siglos XVII y XVIII se van a desarrollar el empirismo y el racionalismo. Dios deja de ser el centro filosófico.
El Romanticismo: Características Esenciales
El Romanticismo es un movimiento cultural que se caracteriza por una serie de rasgos distintivos:
- Exaltación del yo: Como artista, el romántico se siente superior al mundo que le rodea; es un genio y se aísla orgullosamente, dando lugar a un sentimiento de soledad, unas veces visto como deleite y otras como sufrimiento.
- Irracionalismo: En oposición al racionalismo de la Ilustración, el Romanticismo valora lo no racional, de ahí que sus obras reflejen sueños, emociones y fantasías.
- Libertad: El héroe romántico aspira a la sagrada libertad; como miembro de la sociedad, salta por encima de las normas de comportamiento, dejándose llevar por sus sentimientos. La libertad se manifiesta en todos los órdenes de la vida.
- Idealismo: El romántico es un eterno descontento; sus ideales de libertad, felicidad e infinito no encuentran cauce en la vida cotidiana.
- Angustia: Un rasgo del hombre romántico es el sentimiento de no plenitud, el tener una conciencia desgraciada, el sufrir por lo incompleto de la existencia humana. La vida es vista, al igual que en el Barroco, como fugaz e inconsistente.
- La Naturaleza: La naturaleza cobra especial importancia y adquiere un papel que antes no tuvo; ahora se adapta a los estados de ánimo del autor o de los personajes, de ahí que suela mostrarse tétrica.
- El Nacionalismo: Los románticos valorarán los rasgos diferenciales de su país, lo que les llevará a mostrar gran interés por lo popular. Es entonces cuando aparecen los nacionalismos en toda Europa.
Gustavo Adolfo Bécquer: Poeta y Leyendista Romántico
Dos constantes dominan la breve vida de Gustavo Adolfo Bécquer: la pobreza y el sufrimiento. Nació en Sevilla y cultivó tanto la prosa como el verso; muchas veces, sus obras en prosa le sirven para explicar su propia concepción de la poesía.
Las Rimas
Al año de su muerte, en 1871, sus amigos recopilaron y publicaron sus obras, cambiando el nombre de Libro de los gorriones por el de Rimas. Son en su mayoría breves poemas de una, dos o tres estrofas, en las que predominan las de cuatro versos, endecasílabos y heptasílabos combinados, en asonancia alternante en los pares.
La característica más destacada en cuanto a la métrica es que tienen un carácter indiscutible de poesía culta, pero siguen los cauces de las formas líricas tradicionales en cuanto a rima y brevedad. Se observa escasez de adjetivos y metáforas, y no hay oscuridad en su poesía. Hay un reiterado uso de anáforas e hipérbaton. Bécquer huye de la poesía narrativa y retórica tan frecuente en su tiempo. No hay narración en las Rimas, aunque sí descripción. Lo que constituye el centro lírico de sus poemas es su sentimiento. Los temas dominantes son la búsqueda del 'tú' amoroso y la confrontación y el antagonismo entre el 'tú' de la amada y el 'yo' del poeta. Bécquer es uno de los grandes y auténticos poetas de nuestra historia literaria.
Las Leyendas
Entre las obras en prosa de Bécquer destacan las Leyendas, relatos breves fantásticos parecidos estilísticamente a las Rimas. Parten de tradiciones y recrean temas románticos como lo misterioso y sobrenatural, lo exótico y fantástico, la búsqueda de lo inalcanzable, etc. Un ejemplo notable es El rayo de luna.
El Drama Romántico: Ruptura y Pasión
Los dramaturgos románticos cultivaron diferentes subgéneros teatrales, incluyendo el drama, el drama histórico y la comedia.
Características Formales del Drama Romántico
La forma de las obras románticas rompe bruscamente con la tradición neoclásica. Rechazan la regla de las tres unidades y presentan las siguientes particularidades:
- Se borra la separación entre lo trágico y lo cómico; se da cabida a elementos cómicos.
- La mezcla de prosa y verso se hace habitual dentro de una misma obra.
- Polimetría: se utilizan diferentes estrofas a lo largo del texto.
- Los recursos escenográficos adquieren una enorme importancia.
- La división en actos no responde a un criterio uniforme.
Características de Contenido del Drama Romántico
Los temas enlazan con los anhelos, angustias, pasiones y luchas del hombre de la época. Por eso, el tema más recurrente es el de la fatalidad. El amor forma parte de esa fatalidad, un amor siempre apasionado que choca contra las normas sociales y que suele terminar en tragedia.
Los personajes están perfectamente tipificados: el héroe, apuesto y osado, es capaz de enfrentarse a todas las circunstancias por adversas que estas sean, perdiendo en el camino no solo la vida, sino también la salvación eterna; la dama, hermosa y frágil, es apenas una marioneta rendida al amor y a sus efectos, sin capacidad de decisión.
Los ambientes preferidos son: castillos, conventos, paisajes inhóspitos, cementerios, tormentas, escenas nocturnas y ruinas.