Evolución del Pensamiento Histórico: Del Renacimiento al Positivismo

Grandes Corrientes Historiográficas

El Renacimiento

En el Renacimiento se produce una ruptura; el cambio se da por una evolución. En el siglo XIV, hay una superación del horizonte divino. Las explicaciones basadas en Dios como centro y explicación de todo tienden a debilitarse, siendo el hombre el que ocupa la parte central de la historia.

El principal desafío historiográfico del Renacimiento es volver a inspirarse en los modelos de la Antigüedad, imitando a los clásicos.

La Ilustración

En la Ilustración, la principal característica es que la historia difícilmente se separa de la filosofía.

La importancia de la Ilustración radica en la erudición previa para conseguir una narración histórica. Más importante aún es su espíritu racional y la razón aplicada al pasado. El hombre y la razón se encuentran en el centro de la historia. Se empieza a hablar de *leyes de la historia*, continuando el camino del Renacimiento, ya que está imbuida de una fuerte idea de progreso.

Problemas e Inconvenientes de la Historiografía Ilustrada

• Existen problemas e inconvenientes: es una historiografía escrita principalmente con ideas políticas y ética pública, lo que implica claras segundas intenciones.
• Otro de los problemas, que derivará en la crítica posterior, son sus pretensiones universalistas, buscando aplicar leyes en todas partes sin considerar las especificidades de cada caso, ni las peculiaridades del momento, del hecho o de la situación.

El Romanticismo y los Antiilustrados

No podemos olvidar que los pensadores ilustrados exponían sus historias al mismo tiempo que pensadores no ilustrados, quienes tenían pensamientos diferentes. A estos se les denominará, posteriormente, *antiilustrados*, y serán quienes abrirán el camino a la historiografía romántica.

El Romanticismo es el caldo de cultivo de todos los nacionalismos; crece y nace a raíz del dominio napoleónico en toda Europa. Su visión deja de ser universal para dar paso a la individualidad. Su discurso es moralista y se nutre de hechos militares de la época.

Al negar las leyes de la historia, el Romanticismo abre el camino para tendencias que aparecerán en el siglo XX.

Karl Marx y el Materialismo Histórico

En cuanto a Marx, en primer lugar, no se le ha de confundir con los marxismos posteriores ni con las interpretaciones que se han hecho de su obra.

Su importancia en la historiografía radica en la introducción del *materialismo histórico* y su enfoque en las infraestructuras económicas, determinando cómo una sociedad humana está definida por su estructura económica. Coloca a la economía como motor determinante de la sociedad humana. Su contribución es fundamental porque, por primera vez, sitúa a la economía en el centro de los estudios históricos de forma explícita y clara.

El Positivismo

El Positivismo se caracteriza por la confianza absoluta en la ciencia, el progreso y el futuro. Es una historia narrativa, centrada en la política internacional y militar, y también es *eurocentrista* (el interés es Europa). A diferencia de los románticos, y al igual que los ilustrados, recuperan las leyes de la historia.

Figuras Clave del Positivismo

Leopold von Ranke

Leo von Ranke está considerado como el padre de la historiografía científica y de la historia moderna de Alemania. Cree en la disciplina histórica, con un método riguroso. Es un historiador que no se caracteriza por una especialización (escribió sobre Roma, pueblos germanos, Edad Media).

En sus obras declara los principios que deben guiar a un historiador:

«Los hechos son sagrados, la opinión es libre.»

También sostiene que el historiador debe exponer los hechos tal y como fueron, sin interpretaciones personales. Se le considera el padre noble de la historiografía científica y de la historia alemana.

Jules Michelet

Francés, es la versión francesa de Ranke y figura de referencia de la historiografía francesa de la época. Autor de grandes retratos históricos con pretensiones universales, buscando ofrecer una visión amplia.

Ernest Renan

No fue estrictamente un historiador, sino un intelectual dedicado a múltiples campos además de la historia. Fue autor de una obra fundamental, *«¿Qué es una nación?»*, donde habla por primera vez de la *voluntad compartida*.

Hasta aquel momento, la definición de nación radicaba más en conceptos biológicos y raciales. Renan introduce un cambio fundamental al hablar de la voluntad compartida de los habitantes de una zona para compartir una serie de rasgos característicos que no tienen que ver con cuestiones biológicas, lengua, pasado o cultura.