Evolución de la Novela Española: Desde la Posguerra hasta la Experimentación (Años 40, 50 y 60)
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La Novela Española en los Años 40: El Reflejo de la Posguerra
Las pésimas condiciones de vida, la reciente experiencia de la guerra y la penuria cultural, agravada por la censura, determinaron la evolución de la novela en los años 40. Tras el exilio de los novelistas republicanos, en España predominaron escritores próximos al bando vencedor, quienes cultivaron una novela de corte heroico, exaltando los valores ideológicos del nuevo régimen. Un ejemplo de esta tendencia es Rafael García Serrano con Eugenio o proclamación de la primavera.
Otro grupo de novelistas, sin embargo, se inclinó por los moldes del realismo del siglo XIX para plasmar la vida de la burguesía. Este "realismo tradicional" se aprecia en obras como La ceniza fue árbol de Ignacio Agustí.
El Resurgir de la Novela: Tremendismo
La publicación de La familia de Pascual Duarte (Camilo José Cela) y Nada (Carmen Laforet) marcó un punto de inflexión y el renacer de la novela española tras la Guerra Civil. Ambas novelas reflejan el ambiente mísero y opresivo de los primeros años de la posguerra. Utilizan el relato autobiográfico, donde el protagonista narra su propia historia, empleando un lenguaje cargado de violencia verbal. Esta tendencia se conoció como Tremendismo. Otras obras adscritas a esta corriente son Pabellón de reposo, de Camilo José Cela, y La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes.
La Novela Española en los Años 50: El Realismo Social
A principios de los años 50, se inicia una tendencia renovadora, el realismo social, impulsada por la publicación de La colmena, de Camilo José Cela, figura clave de la época. Otras novelas representativas de este movimiento son La noria, de Luis Romero; Fiesta al Noroeste, de Ana María Matute; El fulgor y la sangre, de Ignacio Aldecoa; El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio; y Entre visillos, de Carmen Martín Gaite. También se suman a esta tendencia autores como Juan Goytisolo y Jesús Fernández Santos.
Características del Realismo Social
- Protagonista colectivo: Se da prioridad a la representación de grupos sociales frente al individuo.
- Simplificación de la trama y estructura fragmentaria: Se presentan secuencias narrativas a modo de "instantáneas", con una influencia notable del cine.
- Limitación espacial y temporal: La acción se concentra en un tiempo breve y en espacios reducidos o con pocos cambios.
- Importancia de los diálogos: El diálogo se convierte en un elemento fundamental para reflejar la realidad social.
- Narrador objetivo: El narrador se presenta como un observador externo, sin emitir juicios explícitos.
- Sencillez expresiva: Se busca un lenguaje claro y directo, accesible al lector.
- Temas: Se abordan las condiciones laborales de los trabajadores, las injusticias sociales y la vida cotidiana de la época.
Dentro del realismo social, se distinguen dos tendencias:
- Objetivismo: El narrador se limita a registrar lo que ve y oye, buscando una crítica social implícita que el lector debe interpretar.
- Novela social: La crítica social y política se manifiesta de forma explícita.
La Novela Española en los Años 60: La Novela Experimental
Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos, marca una nueva etapa en la evolución de la narrativa española, caracterizada por la renovación formal y la experimentación. Otras obras importantes de este periodo son Señas de identidad (Juan Goytisolo), Cinco horas con Mario (Miguel Delibes), Volverás a Región (Juan Benet) y Si te dicen que caí (Juan Marsé). Esta corriente se conoce como novela experimental.
Características Principales de la Novela Experimental
- Temas: Aunque no se abandona por completo la temática social, el análisis individual e introspectivo cobra mayor relevancia. Se recupera la importancia del personaje individual.
- Importancia de la forma: Lo fundamental no es solo *qué* se cuenta, sino *cómo* se cuenta.
- Perspectivismo: Se combinan la primera y tercera persona narrativa, e incluso se introduce la segunda persona autorreflexiva.
- Monólogo interior: Se utiliza ampliamente el monólogo interior, junto con el diálogo y el estilo indirecto libre.
- Experimentación tipográfica: Se juega con la tipografía, la ruptura de líneas, la puntuación (o su ausencia) y la inclusión de páginas en blanco.
- Ruptura del orden cronológico: Se altera la secuencia temporal de la narración, aunque suele mantenerse un tiempo narrativo reducido.
Esta narrativa experimental influyó en escritores de la primera posguerra, como Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J.B.), e incluso en autores del realismo social, como Camilo José Cela (San Camilo, 1936).