Evolución de la novela española tras la Guerra Civil
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Impacto de la Guerra Civil en la literatura
La Guerra Civil tiene un efecto devastador sobre la literatura, especialmente sobre la novela, cuyo desarrollo se ve interrumpido drásticamente. Durante la inmediata posguerra la narrativa vive un periodo de desorientación tras la muerte o exilio de escritores destacados como Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Ramón J. Sender o Francisco Ayala. El aislamiento internacional impide la entrada de las nuevas formas narrativas europeas hasta la década de los sesenta, en la que se inicia una tímida renovación experimental.
La década de los 40: novela ideológica y existencialista
La década de los 40 está marcada por la censura ideológica y moral y por las dificultades económicas. Aparecen dos tendencias narrativas: La novela ideológica, que utiliza las técnicas narrativas tradicionales y trata temas como la gesta heroica o la religiosidad. Destacan novelas como 'Javier Mariño' (1943) de Gonzalo Torrente Ballester, 'El bosque animado' (1943) de Wenceslao Fernández Flórez, 'Los cipreses creen en Dios' (1952) de José María Gironella. La publicación en 1942 de 'La familia de Pascual Duarte' de Camilo José Cela abre un nuevo camino y así, se inicia una corriente tremendista, que presenta una realidad violenta con personajes y ambientes desgarrados y, a veces, crueles. Más tarde, en 1945, la novela 'Nada' de Carmen Laforet inaugura la corriente existencialista, que refleja la amargura de la vida cotidiana desde un punto de vista existencial.
Autores destacados
Entre los autores de la novela existencialista se encuentran Camilo José Cela con 'La colmena' (1951), Miguel Delibes con 'El camino' (1950), Gonzalo Torrente Ballester con 'Los gozos y las sombras' (1957-1962).
La década de los 50: novela social
En la década de los 50 la angustia existencial va dejando paso a las preocupaciones sociales y colectivas. La novela social refleja con objetividad los recuerdos de la guerra, los conflictos de la vida colectiva española, los ambientes concretos del trabajo, el mundo rural o el ambiente burgués provinciano. Destacan novelistas como Jesús Fernández Santos con 'Los bravos' (1954), Ignacio Aldecoa con 'Con el viento solano' (1956), Rafael Sánchez Ferlosio con 'El Jarama' (1956), Carmen Martin Gaite con 'Entre visillos' (1958), Juan Goytisolo con 'Señas de identidad' (1966) y Ana María Matute con 'Los Abel' (1948).
Los años 60: renovación narrativa
En los años 60, los autores europeos y americanos renuevan por completo el panorama literario, y se dan a conocer, además, los grandes novelistas hispanoamericanos Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa. Destacan autores como Miguel Delibes con 'Cinco horas con Mario' (1966), Juan Marsé con 'Últimas tardes con Teresa' y Juan Benet con 'Volverás a Región' (1967).
Novela experimentalista
Esta renovación narrativa desemboca en la novela experimentalista, fundamentada en la técnica, que destruye el personaje tradicional, la acción, la trama y el argumento. El experimentalismo se mantuvo hasta 1975, año de la publicación de 'La verdad sobre el caso Savolta' de Eduardo Mendoza, que anticipa el retorno a una narrativa más tradicional.