Evolución de la Nomenclatura y la Geopolítica en Asia Oriental
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Introducción
Antes de comenzar, es necesario estudiar la evolución de la nomenclatura de la macroárea que nos compete en esta materia:
- Lejano Oriente: término clásico en vigor hasta el siglo XIX, ya en desuso. Basado en términos de comunicación, concebíase la región como inaccesible ante los medios existentes en este campo y los regímenes tendentes al aislamiento allí presentes.
- Extremo Oriente: muy vigente en el siglo XX, se encuentra en retroceso. Los avances en los transportes y la presencia europea en los diferentes asentamientos favorecieron el cambio de nomenclatura. Ya no estábamos ante un lugar inaccesible, sino ante uno sometido a Occidente en el Oriente más extremo.
- Asia Oriental: muy vigente en el mundo académico en el último tercio del siglo XX. Momento de eclosión chino y, por ende, de estudios relacionados con dicho país; no es el término más adecuado al solo referir un extremo de la región.
- Asia-Pacífico: de raíz geopolítica, se vio muy reforzado en el momento de Entresiglos por el auge chino.
- Indo-Pacífico: relacionado con el relevo de la novísima situación geopolítica en marcha en los últimos 2-3 años, siempre al calor de la fundación de nuevas organizaciones en la región auspiciadas por los EUA centradas en poner freno al auge chino. Estamos ante el mejor término en estos momentos, el cual refleja bien los límites.
Sabido todo esto, es necesario hacerse otra pregunta: ¿y cuáles son los elementos de interés de la región?
- Su peso demográfico, pues recoge más de la mitad de la población mundial.
- La convergencia económica desde el final de la II Guerra Mundial y el desplazamiento del centro gravitatorio hacia el Indo-Pacífico, realizada en tres oleadas: la de los años 50 y 60 (Japón), la de los años 60-70 (dragones asiáticos) y la definitiva y más importante en los años 80 y 90 (en la que se integraron la mayoría de los países con un éxito general muy notable). Países grandes como Indonesia y China entraban en juego, ya no solo aquellos más pequeños. Inspirados en la tecnología occidental, el liderazgo chino desde 2013 con Xi Jinping llegó en el momento adecuado. Desde este momento, la innovación superó a la imitación. Todo ello se vio reforzado por la presencia de la India. Sin embargo, llegados los años 90, su economía sufrió un crack en un momento de neoliberalismo en auge. Desde hace una década, la nueva geopolítica permitió la recuperación india, aún con todo, sometida a un dictador. Mientras que la población china retrocede, la de la India no hace sino crecer.
- Episodios históricos trascendentales: la Revolución Meiji, la Guerra del Pacífico, la Revolución Comunista China...
En la actualidad, lo cierto es que ya hemos entrado en una nueva etapa. Ya no estamos ante una simple nueva oleada de convergencia, sino en una era de la gran convergencia en un mundo global ya transformado y cada vez más claramente desoccidentalizado. De un mundo en términos de centro-periferia, hemos pasado a uno ya policéntrico.
China se encuentra consagrada como potencia global, e incluso como pivote de la nueva orden internacional (nuevos BRICS). Capaz de articular un modelo propio, el Consenso de Pekín como referente alternativo al modelo neoliberal del Consenso de Washington es ya una realidad.
Por otro lado, como ya dijimos, en un mundo cada vez más occidentalizado, desde los años 90 se comenzó a considerar los “valores asiáticos” tradicionales para imponer la vindicación de las ideas asiáticas por su capacidad innovadora. Como ejemplo de este gran cambio, surgió una emergencia de nuevos renacimientos culturales al margen del mundo occidental. Ante este contexto, se desarrolló un género de textos de carácter muy partidista, con el “terror amarillo” como tema central ante el auge chino.
Sea como fuere, lo cierto es que estamos ante una macroárea, de la cual conviene conocer las principales regiones:
- Asia Meridional, correspondiente en términos geográficos con el subcontinente indio y en términos históricos con el Imperio Británico de las Indias Orientales. La proclive adopción de modos de vida de los colonialistas y el dominio por una única potencia parecen factores a tener en cuenta.
- El Sudeste Asiático, muy variado geográficamente y muy diverso tanto cultural como religiosamente (Budismo de influencia India, Budismo de influencia China, Islam e incluso Cristianismo). A nivel político, encontramos en Indochina dos grandes reinos muy influenciados por el pensamiento europeo ilustrado centrado en el progreso y la expansión. La parte insular es, sin embargo, muy distinta, caracterizada por pequeños sultanatos en clara decadencia. Una vez establecidos los occidentales, también encontramos diferencias: francesa (oriental), británica (occidental) y Tailandia como zona de colchón entre ambas. En esa zona insular, encontramos dominio británico, holandés, portugués, español...
- Asia Oriental: el territorio conformado por China, Japón y Corea. Aunque diverso, existen elementos de homogeneidad basados en el pasado antiguo de la civilización china y el dominio budista.
TEMA 1: La India del siglo XIX, la colonia por excelencia. De la caída del Imperio Mogol a la dominación británica
1. La gestación del Imperio Británico de las Indias Orientales -->
El factor que mejor caracteriza a la India bajo el dominio colonial británico no es otro que su definición como paradigma de la ofensiva colonial en tierras de Asia Oriental. Ya en los años 50 del siglo XVIII, los británicos comenzaron a establecerse en el subcontinente, mientras que en el resto de lugares dominados esto no ocurriría hasta bien entrado el siglo XIX.
Lo cierto es que la India entró en la era contemporánea a la vez que los países de la avanzadilla europea, pero de la mano del lado oscuro de las revoluciones liberales. No debemos olvidar que la Revolución Industrial procuraba la mayor producción posible de la forma más barata posible, en la que la ofensiva colonial jugaría un papel fundamental.
¿Y por qué la India se adelantó de esta forma al resto de los territorios? La presencia británica en ella se remonta a inicios del siglo XVII, momento en el que comenzaron a apoderarse por la fuerza de una serie de plazas comerciales conocidas como factorías. Término portugués, estos hicieron lo propio un siglo antes, llegando incluso hasta China y Macao controlando las rutas del Indo-Pacífico (El Imperio Oriental de la Monarquía Portuguesa). A pesar de ser un país pobre en términos demográficos y económicos, fue capaz de mantener esta empresa durante cien años.
Atendiendo a tal esfuerzo luso, cabe preguntarse: ¿Qué hacía tan interesante a la India? La existencia de un comercio de productos exóticos claves para el modo de vida occidental, solo abundantes en el Próximo Oriente. Ejemplo de esta afirmación constitúyelo las especias. Fundamentales en la farmacopea (no asistimos a la Revolución Química hasta el siglo XIX), en las manufacturas, en las tinturas, en la conservación de los alimentos... Al contrario de lo que podamos pensar, no estamos ante un producto exclusivamente consumido por las élites.
Con todo, la India no era la máxima productora de especies en ese momento, sino la actual Indonesia. Sin embargo, su emprendimiento más próximo a Occidente favorecía el interés por su dominio. Lo cierto es que la India se había convertido en un gran bazar de productos exóticos ya desde la Antigüedad. No debemos olvidar el papel jugado por los árabes en la etapa medieval, con las rutas marítimas cerradas a los occidentales por mor del dominio islámico en el Mediterráneo. Estos funcionaron como intermediarios, pues el acceso a este comercio pasó a hacerse en unas condiciones muy desventajosas.
El resultado de todo esto fue una preocupante sangría de metálico en Europa, pues los pagos solo eran aceptados en oro y especialmente plata. Sometidas las minas centroeuropeas a una extracción muy intensiva, cundió el pánico ante la no aparición de unas nuevas. Sin embargo, con los descubrimientos ibéricos de la última década del siglo XV (1492 y 1498), Europa se liberó de este peligro e inauguró una nueva época. El descubrimiento de una ruta marítima alternativa a las Indias Orientales bordeando el continente africano resultó fundamental. Asimismo, la abundancia de minas de plata en América también fue importante.
La liberación de recursos tras el final de la “Reconquista” favoreció la puesta en marcha de dos empresas de la mano de la monarquía de los Avís:
- La expansión por el Norte de África, con el ideal de cruzada como excusa y en la búsqueda de una salida para la nobleza guerrera como razón de ser. La existencia de oro en las plazas comerciales también favoreció esta apuesta.
- La exploración de la costa africana, en busca de oro y de una ruta alternativa de acceso a la India.
La culminación de la campaña de exploraciones, muy lenta y costosa, culminó en 1498. La expedición comandada por Vasco de Gama llegó a Calicut, entrando en conversación con las autoridades del lugar para alcanzar un acuerdo comercial. Los árabes presionaron para no perder su monopolio y el navegante retornó a Lisboa en 1499. Aunque sin acuerdo, sí retornó con la ruta.
La monarquía auspiciaría entonces la expedición armada de Cabral, muy superior a los locales ante la posesión de artillería (no existente en Oriente). Finalmente, las autoridades cedieron para evitar un ataque, pero no eran favorables a la firma del tratado. Esperando que la expedición lusa no fuera capaz de volver a Portugal, esto no ocurrió así. La Diplomacia de la Cañonera daba sus primeros pasos. No estamos ante dominios efectivos del territorio, sino de plazas y enclaves importantes en detrimento de los árabes.
Los portugueses practicaron la conocida como “Política del Sigilo”, basada en el secretismo para la protección de las rutas. Los productos llegaban desde Oriente hasta Lisboa, desde donde comerciantes procedentes de Amberes los redistribuían por toda Europa. Este monopolio se mantuvo sin problemas durante un siglo. Sin embargo, llegado el XVII, ingleses y holandeses iniciaron una ofensiva que acabó con el esplendor luso.
La descomposición del Imperio Oriental Luso puede explicarse a través de tres factores:
- El agotamiento biológico de la Dinastía de los Aviz con la muerte del monarca Sebastián en el Norte de África en 1578. Felipe II heredó la Corona, y por ende, también los dominios. Ya en guerra con Castilla, ingleses y franceses iniciaron los ataques sobre los territorios orientales.
- La información clave de la ruta fue trascendiendo, pues aquella Política del Sigilo comenzó a hacer aguas.
- Incentivo de varios acontecimientos a finales de los años 80:
• La derrota de la Armada Invencible (1588)
• La sustitución de Amberes como puerto de redistribución del Norte de Europa en favor de Hamburgo favoreció la puesta en marcha de expediciones de exploración a inicios de los 90 (aún prematuras) y la fundación de las respectivas Compañías de las Indias Orientales (de iniciativa privada pero gozando del favor de las coronas, quienes concedían privilegios de forma temporal).
Los holandeses establecieron en Insulindia (actual Indonesia), gran emporio productor de especias. Por su parte, los británicos se establecieron en las Islas Molucas en 1602. Sin embargo, los primeros impidieron con las armas las pretensiones de los segundos, quienes abandonaron el lugar en 1623.
Ante tal situación, los británicos iniciaron los ataques sobre los dominios portugueses en la India. La primera plaza conquistada fue Surat en el Noreste. Llegados los años 40, los ingleses cesaron los ataques y optaron por la alianza con los ibéricos para frenar la llegada de los holandeses en la zona, cuya empresa se encontraba en constante auge. Por ejemplo, para la plaza de Bombay, esta entró en una dote de un matrimonio entre ambas monarquías.
Así mismo, el Imperio Mogol decidió aliarse con los británicos. Esto se explica ante:
- La hostilidad generada por la política portuguesa, basada en la Diplomacia de la Cañonera, el empeño en el monopolio comercial (no intercambios) y la intolerancia religiosa (con la Inquisición a pleno funcionamiento).
- Superioridad naval británica demostrada en Surat.
- El pragmatismo británico, quienes aceptaron las condiciones mogolas: sometimiento a su autoridad, renuncia a la pretensión del monopolio comercial, colaboración en la liberación de plazas y rutas y protección de los peregrinos musulmanes.
De esta forma, los británicos lograron construir una red de factorías. Según la teoría tradicional, estos mantuvieron la lealtad al Imperio Mogol hasta mediados del siglo XVIII. A partir de dicha fecha y aprovechando el estado de descomposición del Imperio, comenzaría el dominio efectivo. Las luchas sucesorias desde inicios de dicho siglo serían fundamentales, las cuales permitieron tanto ataques externos (persas y afganos) como levantamientos internos de la mano de diversos príncipes hasta ese momento leales a la autoridad imperial.
Es cierto que el emperador Aurangzeb logró la conquista de la India casi en su totalidad a finales del siglo XVII, pero a costa de una presión fiscal muy potente y una política religiosa discriminatoria (en favor del Islam). Los príncipes marathás, del centro del subcontinente, se levantaron llegados los años 20 con gran éxito. En la década de los 60, ya controlaban un tercio del territorio de la India. Sin embargo, la conquista del Norte, corazón del Imperio Mogol y objetivo británico, no parecía viable y la empresa comenzó a perder adeptos. Con todo, este nuevo Imperio Maratha fue quien derrotó a los británicos, aún muy potente, quienes acabaron firmando acuerdos de buen entendimiento.
Incapaces, los europeos comenzaron a explotar las luchas intestinas dentro del Imperio Marathá. Apoyando siempre a candidatos rebeldes, las concesiones territoriales y los acuerdos funcionaron como estrategia. Llegado el siglo XIX y con la Confederación Marathá muy debilitada, lograron la victoria militar en dos guerras sucesivas y, por ende, el dominio sobre la India llegada la década de los 50. Sea como fuere, las etapas del dominio británico en el subcontinente pueden dividirse en:
➢ I Etapa (segunda mitad del XVIII):
- Dominio fundacional en el NE desde 1757 a partir de cesiones principescas realizadas en el marco de un conflicto sucesorio, ratificadas finalmente por el emperador tras su derrota a manos de los británicos por el Tratado de Allahabad en 1765.
- Prerrogativas inherentes a construir dominio: autoridad militar, policial, judicial y fiscal. Aunque en teoría estamos aún ante un principado libre, en la práctica no era así.
- Dominio sobre la macrorregión de Bihar y Bengala, con una superficie superior a la de España. Regiones de gran riqueza, estamos ante territorios muy interesantes en términos económicos (agrícola, manufacturas...) y estratégicos (control del Ganges).
➢ II Etapa (años de las Guerras Napoleónicas):
- Gran salto territorial, ya con dominio sobre algunas regiones de la India Meridional.
- Decisión británica de acelerar la dominación con el objetivo de asegurar la región ante el inminente peligro francés. Con Napoleón establecido en Egipto, pensaban que este podía poner sus ojos en el subcontinente.
- Recurso a la vía de los acuerdos subsidiarios de protección militar a príncipes amenazados, con independencia o integridad, a cambio de cesiones territoriales y de una tutela indirecta a cargo del Residente británico, quien pasaba a controlar la Defensa y las relaciones exteriores (dominio indirecto).
➢ III Etapa (1815-1857):
- Expansionismo ya extremadamente ofensivo, totalmente centrado en la vía militar a fin de llevar a término la conquista aprovechando el final de las Guerras Napoleónicas.
- Apuesta también por la conquista de tierras aledañas en Punjab, Cachemira, Sind, en la Frontera Noroeste y en Birmania. Se persiguió la anexión de los principados tutelados recurriendo a subterfugios, causando un enorme malestar. Para ello, aplicaron la Doctrina del Mal Gobierno (basada en argumentar el mal hacer de los príncipes en el trono) y la Doctrina de la Prescripción (en aquellos lugares en los que el Príncipe muriera sin descendencia natural legítima se eliminaban los derechos de la dinastía, quedando el territorio bajo manos británicas a pesar del costumbre de adopción extendido en la India).
- Con el Levantamiento Cipayos, se dio por concluida (1858) esta etapa. Su detonante fue la anexión británica del Principado de Awadh, corazón del Imperio Mogol. Desde este momento, finalizaron las anexiones: 3/4 partes del territorio y la población bajo dominio directo y el cuarto restante bajo dominio indirecto.
Los factores que animaron la conquista británica de la India fueron fundamentalmente tres:
1. La lucha con Francia por la hegemonía mundial: con la ofensiva francesa desde los años 20 y 40, orientada ya a la creación de un dominio francés en la India. Derivada en las conocidas como Guerras Carnáticas, terminaron en 1763 con la derrota gala y la apropiación de sus dominios.
2. La revalorización económica de la India en el siglo XVIII:
- Como emporio de materias primas estratégicas en el XVIII como el salitre (para la pólvora), el algodón (en momentos de la Revolución Industrial), el añil (pinturas)...
- Como potencial mercado de salida donde colocar los excedentes generados por la mecanización.
- Por la expansión en el XVIII del conocido como “Comercio de Provincia”, es decir, aquel establecido entre la India y otros polos de Extremo Oriente. Su potencial de crecimiento combinábase con la perspectiva de acceder al mercado chino por esas rutas.
3. La presión de las élites metropolitanas: el servicio en el apartado de la administración colonial funcionaba como salida socialmente honorable para los segundones de la aristocracia y los hijos de la Gentry. Asimismo, servía como vía de enriquecimiento y ascenso social para la burguesía en auge.
2. El régimen de gobierno y de administración colonial -->
Durante un primer tiempo, debemos tener en cuenta que los territorios en las Indias eran posesiones privadas propiedad de la Compañía Británica de las Indias Orientales. Estos corrían a cargo de su personal, quien únicamente se encontraba sometido a la jurisdicción de aquella autoridad mogola, que no del Estado Británico. Sin embargo, esta situación no se extendió más de tres lustros (1773-1786), cuando este último ya sí consiguió imponerse.
¿Y cómo lo consiguió? Pues debido a la situación de cuasi-quiebra de la Compañía a inicios de los años 70 por mor del fraude fiscal de sus propios agentes, la crisis agraria de Bengala (que no permitía a las gentes del campo abonar los impuestos) y el contrabando holandés (que llegó a copar el 85% del mercado del té). De entre todas ellas destaca sin duda la primera, pues los ingresos de la Compañía no hacían más que descender en un sistema completamente viciado.
Para salvar su situación, la Compañía solicitó un macropréstamo a la Corona, además de toda una serie de privilegios que evitasen la quiebra y aseguraran una base sólida a través de la cual competir con los holandeses. El Gobierno Británico adoptó una actitud colaborativa, pues sabían de la importancia de la acción de la Compañía, pero no sin imponer una dura condicionabilidad: se produjo el traspaso del dominio de las posesiones de la compañía al Estado Británico.
Todo el entramado de intereses económicos y sociales creado en torno a la Compañía se puso en pie de guerra, este conformado por agentes muy poderosos. Ante esto, el Estado acabó accediendo a una especie de compromiso: la Compañía quedaba al frente del gobierno de la India pero como agente de la Corona, quien además desde este momento se guardaba la potestad de elegir a parte de los representantes allí establecidos.
La Ley Reguladora de 1773 formalizó el trasvase del dominio de las posesiones y estableció las bases del aparato de gobierno y administración, el cual no se acabó de perfilar hasta una década después con las nuevas leyes de gobierno de la India de los años 1784 y 1786. Pensadas para liberar al Estado Británico del mandato de la Compañía, no fue posible por mor de la fuerza de aquel lobby. El Gobierno tuvo que conformarse con ir avanzando de forma progresiva, aprovechando las renovaciones de permisos y sobre todo, los episodios críticos. Aunque los progresos empezarían a notarse con la entrada en el siglo XIX, no se consiguió expulsar a la Compañía del gobierno de las Indias de forma completa hasta el año 1861.
2.1 Bases del dominio del Estado Británico sobre la India: la Regulation Act de 1773. Novedades y continuidades.
Fue con esta normativa con la que quedaba oficializado el nuevo rango de las colonias del Estado Británico. El conjunto del personal colonial quedaba sometido a un regulamento muy estricto, pensado para acabar con las prácticas corruptas tan extendidas entre los miembros de la Compañía. Para conseguir dicha empresa, procedióse a:
- Organización del personal en dos grandes ramas: comercial y administrativa (civil o militar), separadas entre sí y incompatible la presencia en ambas.
- Pago de salarios elevados para evitar las tentaciones corruptas y prohibición de los regalos.
- Fiscalización de la actividad comercial de la Compañía por parte del Estado británico.
- Sometimiento de los empleados de la Compañía a la jurisdicción británica mediante un regulamento muy estricto. En caso de cometer un delito, debía responderse ante la justicia inglesa, que no a la privada. Esta medida fue muy eficaz, e incluso algunos gobernadores fueron llevados ante un tribunal.
- Régimen de explotación colonial basado en la total subordinación de la economía india conforme a las necesidades estratégicas de la economía británica.
- Reafirmación de la India en el rango de colonia de explotación.
2.2 Modelo de Gobierno. Organigrama atendiendo a la jerarquía, composición y prerrogativas.
El organigrama de referencia en el que nos vamos a basar es perfilado por la nueva Ley de Gobierno de la India de 1861, la cual ve la luz tras el Levantamiento Cipayos de 1857. Heredero del primigenio, presenta importantes ajustes centrados en la expulsión del gobierno indio de la Compañía.
En su cúspide se situaba la sede de gobierno con instalaciones en Londres. Justo por debajo, encontramos la Secretaría de Estado para la India (Ministerio), encargada del diseño, aprobación y control de la política para la India. En origen, solo había una Junta de Control, incorporada a la entonces Secretaría de Asuntos Internos (Ministerio). Junto a estos, se encontraba el Consejo de la India, órgano asesor con oficiales coloniales experimentados nombrados por el Gobierno de la Monarquía.
Entre los órganos subsidiarios encontramos, ya con sede en la India:
- El Gobernador General: institución nacida en 1763 de la mano del Estado Británico, acabaría convirtiéndose en un virrey de forma informal tras el Levantamiento Cipayos de 1857. Con sede en Calcuta, su ocupante era nombrado por la Monarquía. Anteriormente existieron 3 presidencias (según zonas) con un gobernador al frente de cada una de ellas, siempre sometidos al Gobernador General. Procedente de la aristocracia militar de la metrópole, no contaban con conocimiento alguno de la India. Concebido como un agente ejecutivo de la Secretaría, la aplicación de su gobierno decidíase en Londres. A efecto del resto de los órganos auxiliares, constituía una figura plenipotenciaria.
- El Consejo Ejecutivo: órgano auxiliar central, conformado por oficiales coloniales en activo nombrados por Londres y personal militar diverso. Tras el Levantamiento Cipayos, se le dio una apariencia menos consultiva, a modo de pseudogabinete. Sin embargo, con todo, el Gobernador General podía decidir no aplicar lo acordado en sus votaciones.
- El Consejo Legislativo o Imperial: estamos ante una especie de Consejo Ejecutivo ampliado, con miembros nombrados por el Gobernador General (gente de su confianza). También órgano consultivo, su función residía en informar al Gobernador de información clave para el buen funcionamiento de su gobierno. En él debatían algunas cuestiones, pero tan se quiera gozaba de derecho a voto.
- Los Jueces de Distrito: instalados a nivel provincial, funcionaban como agentes del Gobernador General en materias de policía, fiscalidad...
Como podemos observar, el modelo de gobierno instalado fue de corte autoritario y centralista, propio de las colonias de explotación y pensado para promover los intereses de los británicos a expensas de los indios. Las políticas eran diseñadas en Londres, siendo el Gobernador General su agente ejecutivo, pero plenipotenciario a efectos de los órganos de la India.
El personal era siempre británico y formado en la metrópole, quedando las élites indias excluidas a todos los efectos a pesar de ser los órganos meramente consultivos. La India no gozó de ninguna margen de autonomía ni órganos de gobierno representativo, a diferencia de otras colonias que poseían el estatus de dominio. Avanzando en el tiempo, lo cierto es que las reformas del Organigrama de 1861 que siguieron al Levantamiento Cipayos de 1857 no modificaron el rango de la India como colonia ni reformaron su modelo de Gobierno.
2.3 Filosofía colonial y práctica del Gobierno: dos etapas y apuestas de gobierno antagónicas
➢ I Etapa: desde los inicios hasta la segunda década del siglo XIX.
Caracterizada por el dominio de la Filosofía Orientalista, en un momento en el que el bloque de los orientalistas (pensadores, cargos...) copaban los cargos. Dicha Filosofía defendía que:
- Los británicos, más que extranjeros en la India, eran una cultura absolutamente extraña para la población local.
- La idiosincrasia de la India colisionaba de lleno con la de Occidente: valores, costumbres, estructuras... todos los cuales tenían además un arraigo milenario en el lugar. Muy difíciles de sustituir, ello no tenía por qué ser negativo.
- Apuesta por un gobierno respetuoso con la realidad india en todos sus aspectos: estructuras, cultura, religión...
- Búsqueda de apoyo de los agentes indios, intentando así que el Raj británico fuese lo más asumible posible.
- Orden pública y seguridad jurídica como mejores aliados para la buena marcha de los negocios.
Nesta primera etapa, las manifestaciones del orientalismo pueden observarse en la renuncia a la reforma occidentalizadora de los costumbres, en el patrocinio de cualquier forma de acervo autóctono (artes, cultura, religión, lenguas enseñanza...) e incluso en el bloqueo de la entrada de misiones cristianas hasta el siglo XIX pese a las presiones del lobby evangélico de Londres.
➢ II Etapa: desde los años 20/30 del siglo XIX
Caracterizada por el dominio de la Filosofía Occidentalista, defendida por los liberales utilitarios o radicales. La subida al poder del Partido Whig (Liberal) favoreció la ocupación de los cargos de sus favorables. Estos promovían un modelo basado en ideas muy distintas a las anteriores:
- Consideración del estado inferior de civilización en el que se encontraban los pueblos colonizados o en vías de serlo.
- La razón de ser de la colonización había de ser llevar estos pueblos por la senda del progreso moderno y de la prosperidad inherente.
- Defensa de la obligación moral de los pueblos superiores de gobernar a los inferiores aplicando sus recetas, y, consecuentemente, promover en todos los ámbitos las reformas precisas para facilitar su avance.
Este argumentario no era más que pura retórica blanqueante pensada para camuflar el verdadero objetivo de las reformas que se perseguían: avanzar en una explotación intensiva eliminando por las vías de las reformas a todos aquellos usos, valores y referentes sociales autóctonos que las frenaban. En suma, procurábase alcanzar un pasito más en el régimen de explotación del subcontinente.
El problema que encontró la reforma occidentalizadora residió en el malestar que provocaba entre las élites indias la eliminación del sistema vigente, base de su poder, el cual acabaría rematando en el Levantamiento Cipayos de 1857. Por esta vía, además de reformar estructuras y valores, se procuraba atacar aquellos centros de poder en los que se mantenía el dominio indirecto, tanto de los príncipes como de las instancias de poder más difuso (autoridades religiosas, señores de corte feudal...). Algunos ejemplos de medidas occidentalizadoras fueron:
- Política de anexionismo de aquellos Principados protegidos por los Tratados Subsidiarios (los de dominio indirecto).
- Promoción del inglés como idioma oficial de la Administración y de las Escuelas a costa del persa con el que convivieran las élites mogolas.
- Promoción de la enseñanza británica (1835), basada en un saber occidental centrado en la ciencia, la razón y los valores liberales, los cuales chocaban con la idiosincrasia y orden social del mundo indio.
- Fomento de la entrada de las Misiones a través de su utilización en la enseñanza y por la vía de la evangelización (1813 / 1835).
- Fomento amplio del sector de clases medias anglófilas por la vía de la formación británica y oportunidades de ascenso social.
- Prohibición de las costumbres en conflicto con la moral occidental.
A partir de finales de los años 50 y a raíz del Levantamiento Cipayos, se decidió moderar el occidentalismo radical con la suspensión de las políticas anexionistas y aquellas relacionadas con los cambios de costumbres. Esta situación mantuvo, al menos, hasta el período de Entreguerras característico del siglo XX.
3. La explotación colonial y sus efectos sociales -->
La sustitución de la Compañía por el estado permitió poner fin de forma definitiva al régimen de administración y explotación colonial corrupto y abusivo que se impuso en Bengala aprovechando la crisis del Imperio Mogol. Este trasvase permitió, por tanto, implantar un régimen de explotación conforme a la legalidad, pero no significó en ningún caso que este fuese benigno.
Esta nueva legalidad en la que se basó el Raj Británico estaba pensada para hacer de la India un negocio ventajoso. Como ya sabemos, esto suponía una total subordinación de la economía y la sociedad de la colonia a las necesidades e intereses estratégicos de la metrópole. Las reformas en la base del nuevo régimen colonial desataron un proceso de desintegración del entramado económico tradicional. Estas fueron:
➢ La reforma fiscal en el ámbito agrario:
Su balance fue muy negativo, pues se saldó con el establecimiento de un régimen fiscal muy gravoso. Un nuevo impuesto sobre la tierra fue establecido, calculado sobre los rendimientos de las mejores tierras y en años de muy buenas cosechas. Además, su pago se realizaba en metálico. Aunque los costumbres de corte señorial quedaron abolidos, la llegada de la modernidad no supuso un descenso de la dureza.
Por si fuera poco, la política de recaudación fue muy estricta, especialmente para el campesinado tradicional. Para poder mantenerse en sus cargos, los Zamindars (los viejos recaudadores) debían ser lo más rigurosos posibles (nada de fianzas, condonaciones...). Miembros de las comunidades en las que recaudaban y de sus castas superiores, a veces eran incluso señores. Los británicos habrían preferido no mantenerlos, pero así lo hicieron hasta la década de los 90 ante la inexistencia de registros de la propiedad y calidad de tierras necesarios para una recaudación fiscal rigurosa, siendo los Zamindars quienes poseían esta información.
Llegados dichos años, aprovecharon la situación de grave crisis agraria en Bengala que dejó al campesinado sin recursos y que incluso generó un ciclo de mortalidad catastrófica alegando incumplimiento de contrato por parte de los Zamindars. El nuevo colectivo de recaudadores fiscales generado fue seleccionado conforme a criterios pensados para garantizar la recaudación rigurosa, es decir, sin vínculos con las áreas donde actuaban y de procedencia urbana (absolutamente desconectados del rural).
El campesinado entró desde este momento en un proceso de proletarización, caracterizado por la pérdida masiva de la propiedad. Los nuevos recaudadores se convirtieron en grandes propietarios, actuando como compradores y prestamistas usureros con la ayuda de la reciente reforma del régimen de propiedad.
➢ La reforma del régimen de propiedad de la tierra:
El modelo de propiedad en vigor en la India tardomogola seguía siendo el de propiedad imperfecta, sometido a gran cantidad de cargas y servidumbres derivadas de la compleja jerarquía de poderes y dominios existente en el subcontinente: emperador – príncipes – señores feudales – dueños directos – dueños útiles.
Este modelo impedía la libre disposición a efecto de la libre circulación y del libre cultivo, es decir, los dueños carecían de plenas libertades. Esta realidad presentaba la ventaja de la estabilidad y la protección del campesinado, pero para los británicos, parecía incompatible con las ideas de agricultura intensiva y especializada que procuraban implantar. La reforma resultaba prioritaria, y aún más teniendo en cuenta los problemas asociados a los registros y el control recaudatorio.
Al modo liberal imperante en Occidente, procedióse a:
- Abolición de parte de las cargas jurisdiccionales vinculadas al Derecho Eminente de emperador y príncipes.
- Supresión de las servidumbres.
- Desamortización.
- Supresión de aquella división vertical de los dominios, con plena propiedad para los titulares del dominio útil. Estos adquirieron el derecho de libre disposición, pero a costa de perder los viejos mecanismos de protección. Las expropiaciones por operaciones de compra-venta para el pago de deudas o por la vía de la ejecución hipotecaria en caso de préstamos en los años 90 fueron habituales.
- Orientación forzosa hacia la explotación especializada basada en un juego de incentivos y penalizaciones, la cual tuvo como resultado dejar al campesinado en una posición de vulnerabilidad frente al mercado. El desplome de los precios al final de las Guerras Napoleónicas acabó por generar una nueva oleada de proletarización en el campo.
Los efectos sociales de la reforma pueden resumirse en los sucesivos episodios de proletarización campesina. La crisis agraria de los 90 y la crisis tras el final de las Guerras Napoleónicas resultaron fatales. Las agitación campesina experimentó un auge, con carácter endémico desde el cambio de siglo. Ante la situación, las viejas élites, también afectadas, comenzaron a apoyar al campesinado: los zamindars desplazados, las instancias religiosas desamortizadas, los terratenientes privados de viejas cargas y el dominio directo y la élite político-administrativa mogola una vez iniciada la política anexionista.
➢ La reforma fiscal en el ámbito de las manufacturas y su comercialización:
Los dos desafíos que estaba a generar la incipiente Revolución Industrial en el textil del algodón pueden resumirse en las necesidades de existencia de materia prima barata suficiente y de salida para los nuevos excedentes. Aún asumiendo la pérdida de las colonias en América del Norte, la India postuló para los británicos como solución para ambos desafíos como emporio de algodón de calidad y como subcontinente muy poblado. Además, la cantidad de relaciones comerciales existentes ya establecidas desde el siglo XVII favorecían el transporte.
Con todo, lo cierto es que la India del siglo XVIII era una realidad económica mucho más compleja con una manufacturera textil muy potente y dinámica. Esta afirmación se sostiene en:
- Manufactura textil como base de la economía de regiones completas del Norte y el Centro. Numerosas ciudades prosperaron a su sombra, así como gran parte del rural especializado en los insumos necesarios.
- Alto nivel de especialización, incluso a nivel territorial (regiones y ciudades) y por distintas fases del proceso: tejidos, calidades, estampados...
- Producto de gran nivel, con mano altamente cualificada y materia prima de calidad.
- Autoabastecimiento y gran demanda externa, aprovechando el tirón del comercio asiático en el siglo XVIII.
Ante esta casuística, la política británica se orientó a inducir la ruina del sector textil tradicional indio. Para ello, implementáronse aranceles muy elevados sobre la exportación de las Muselinas para desplazarlas en los mercados de Occidente y Oriente por el producto manchesteriano. Asimismo, impuso una elevada fiscalidad sobre la producción y el comercio interior para que el textil británico pudiera ser más competitivo incluso en la propia India. Los efectos de esta política pueden resumirse en:
- La ruina de la economía de regiones enteras: ciudades y rural de la llanura Indo-gangética, y más aún si cabe de las regiones de la Meseta del Decán.
- Despoblamiento del interior: iniciando la emigración masiva hacia la costa con nuevas oportunidades de empleo, pero insuficientes para atender a la nueva demanda, y finalmente, hacia las grandes plantaciones de otros dominios. Surge en ellas la figura del “culí”, o indio reducido a mano cuasi-esclava.
- Auge muy acusado del bandolerismo, favoreciendo la inseguridad máxima y crónica en la India Central.
- Auge del integrismo religioso, favoreciendo la proliferación de sectas de ascetas militantes entregadas a todo tipo de actos de fanatismo.
Por lo tanto, asistimos a un proceso de reorientación de la economía india que fue una pura involución inducida al basarse en su agrarización y primarización, así como en un proceso de redistribución demográfica a escala de toda la India que acabó por remitir a una expulsión económica inducida. A mayores, la política del Raj británico se sostuvo en la negación de los permisos precisos para la instalación de cualquier iniciativa industrial moderna de corte autóctono.
4 El levantamiento Cipayos (1857-1858) -->
El levantamiento Cipayos fue objeto de debate en el Parlamento Británico, entre quienes lo vieron como un mero motín militar (Lord Palmerston, representante del Gobierno) y quienes hacían lo propio como una revuelta nacional india (Disraeli, cabeza de la oposición). Sea como fuere, lo cierto es que fue una revuelta desatada por la guarnición militar de Bengala en mayo de 1857, extendida de inmediato por todo el Norte y Centro del subcontinente logrando poner en jaque al Raj Británico hasta junio de 1858 (incluso solo hasta junio de 1859 fue cuando los británicos dieron por finalizadas las hostilidades).
¿Y por qué se conoce con esta denominación? Por la procedencia de sus promotores, soldados y mandos indios que al servir al Ejército británico (extranjero e invasor), pudieron ser conceptuados como mercenarios. En la lengua persa, utilízase el término cipayo para referirse a lo que nosotros conocemos como mercenarios.
Según el relato tradicional, las orígenes del conflicto encontrarían en diversas ofensas religiosas cometidas por los británicos, tanto contra hindúes como contra musulmanes:
1. Traslados por vía marítima en 1856 de las fuerzas militares encargadas de proseguir la conquista de Birmania. Esto provocó la explosión de la resistencia entre los mandos bengalíes, de casta superior, al ser la travesía por mar en el Hinduísmo causa de impureza. Esto hizo que fueran castigados e incluso expulsados de forma ignominiosa.
2. Nuevo modelo de fusiles del Ejército. Conocidos como Enfield, tenían cartuchos envueltos en grasa animal de procedencia desconocida, los cuales podían ser de vaca (sagrada en el Hinduísmo), o de cerdo (impuro en el Islam). Aquí hemos un debate historiográfico en revisión, debemos considerar la posibilidad de que estemos ante un rumor interesado para conquistar los apoyos necesarios para asegurar el éxito/revolta.
Con todo, las ofensas religiosas no constituyen más que un detonante. El profundo y enorme malestar que acumularan las viejas élites de la India tradicional fruto de las políticas abusivas del Raj Británico, en particular con el giro impuesto por las medidas llevadas a cabo por aquel bloque occidentalista dirigido contra la vieja orden y de valores base de las élites, venía de bastante más atrás. La Revolta Cipayos contra el Raj Británico no fue un mero levantamiento militar, sino una revuelta integral de las viejas élites de la India Tradicional contra el desmantelamiento de la vieja orden y su desplazamiento. Buena prueba de esto fueron los alineamientos sociales durante su transcurso.
Los británicos contaron con el apoyo de las nuevas clases medias anglófilas promovidas por el Raj. Por su parte, los amotinados hicieron lo propio con las viejas élites indias (castas superiores). El estallido final del Ejército fue fruto de la fuerte presencia de Brahmanes, decididos a su vez por la ofensa religiosa con los consiguientes castigos.
Sorprendentemente para los británicos, el campesinado, subordinado a la actuación de sus autoridades locales, se decantó por el lado de los rebeldes a pesar de haber recibido la propiedad de la tierra. Debemos tener en cuenta que estamos aún ante una sociedad tardofeudal, muy influida por sus autoridades. Con todo, sí existió una minoría rural que apoyó a los europeos.
A partir de aquí, se organizó una comisión parlamentaria ciertamente precaria de investigación completada con las reflexiones de Syed Ahmed Khan recogidas en su folleto Las Causas del Motín Indio. Las conclusiones a las que se llegó fueron:
- Orígenes del levantamiento en la nula sensibilidad del Raj hacia la vieja orden en la que se basaba la autoridad y posición de las viejas élites.
- Obligado retorno a la política de respeto por la vieja orden, y en particular a un trato considerado con las viejas élites e instituciones rectoras de la India tradicional. Sembraba necesario recuperar su confianza y colaboración consecuente, en tanto se demostró que eran ellas la clave de los apoyos de los que dependía la estabilidad y continuidad de la colonia.
La nueva consigna del Estado Británico para el Gobierno de la India consistió en la revisión de la práctica del gobierno asociada a la Filosofía occidentalista. Comenzaba una política de reconciliación con las viejas élites sustentada en las siguientes iniciativas:
1. Suspensión de las políticas de anexión forzada. Asumióse la tradicional dualidad de estatutos jurídicos en la base del dominio: Colonias de la Corona, bajo dominio directo, y Principados bajo tutela británica, de dominio indirecto. Dualidad ya muy rebajada en la práctica, los británicos fueron endureciendo su tutela ya en la etapa anterior, aprovechando su posición cada vez más hegemónica. Además, volvieron a reforzarla tras el levantamiento haciendo valer la idea de su invencibilidad, al igual que su nueva disposición y honores para forzar un alineamiento incondicional y proactivo con el Raj.
2. Contrarreforma agraria. Pensada para compensar a las viejas élites de las regiones rebeldes valéndose del programa de colonización con propiedad desamortizada.
3. Indianización simbólica de la administración. Aunque con cuotas muy reducidas, casi insignificantes, centradas sobre todo en los órganos de administración provincial de designación virreinal, generalmente de entre las viejas élites.
4. Abandono de la política occidentalizadora. No se promulgaron nuevas reformas de los costumbres hasta 1927.
5. Dignificación del dominio imperial. Vinculación del Raj a la Monarquía, siendo la reina Victoria nombrada Emperatriz de la India.
Con todas estas, estamos ante concesiones puramente instrumentales, muy calculadas, pues el Raj Británico no aflojó lo más mínimo ni el modelo de gobierno ni el régimen de explotación colonial. El centralismo autoritario se mantuvo, manteniéndose la India sin autonomía y los órganos representativos propios de las colonias con rango de dominio. La representación india fue solo simbólica y los órganos auxiliares de gobierno meramente consultivos.
A la vez, reforzouse el gobierno apartando ya totalmente a la Compañía de las Indias Orientales, además del elevamiento del rango de sus máximas autoridades: Reina Victoria ya Emperatriz de la India y el Gobernador General ya Virrey.
En lo tocante al ejército, “britanizouse” sobre una existencia de indios de alrededor de un 80%. Los mandos serían desde ahora solo británicos. Asimismo, el cuerpo de artillería quedó bajo su único control. Incrementáronse los soldados europeos (mínimo 1 por cada 2 indios). Por si fuera poco, la fuerza de procedencia bengalí fue sustituida por otras razas marciales minoritarias como los Sijs o los Gurkas (con mucha menor capacidad de llamada ante una posible nueva revolución).
Por último, la explotación colonial siguió reforzándose mediante la habilitación de instrumentos que la facilitaran como el ferrocarril y persistiendo en el bloqueo de cualquier iniciativa industrial moderna. Para el primero, procedióse a la construcción de una amplia red, completada antes de que terminara el siglo y con un trazado orientado a dar salida a la riqueza interior hacia los puertos desde los que se exportaba a la metrópole. Obviamente, fue construida sobre la base del monopolio de la metalúrgica británica.
Sobre el bloqueo de aquellos permisos, persistieron para la industria más moderna, insignificante a inicios de la Primera guerra mundial y solo autorizada para sectores sin arraigo en la metrópole. Esta industria, básicamente ligera a excepción de la firma siderúrgica Tata (en pago a sus dueños por favores al Raj), se encontraba muy desequilibrada y concentrada en las principales zonas portuarias de exportación (Calcuta y Bombay principalmente).
5. Los germen del nacionalismo indio -->
En el último cuarto del siglo XIX, asistimos al desarrollo en la India de un nacionalismo moderno, ya con formaciones políticas desde los años 70 y 80. Si bien aún con límites propios en su expansión en sus inicios, se encontró muy circunscrito hasta el cambio de siglo en los siguientes niveles:
- Comunal, circunscrito sobre todo a la comunidad hindú.
- Territorial, circunscrito a las macrorregiones de Bengala y Maharashtra, con sus capitales, Calcuta (con la universidad) y Bombay, como polos de irradiación.
- Sociológico, circunscrito a las nuevas clases medias que se formaron en los principios y valores occidentales, y que fueron un tanto relegadas en favor de las viejas élites desde 1857. Con todo, encontramos también presencia de sectores de las élites tradicionales vinculados a la cultura y el saber, explicada por su peso en las orígenes últimas del nacionalismo.
Entre los factores en la larga duración que sentaron las bases o generaron el caldo de cultivo preciso destaca el protonacionalismo de orientación cultural y religiosa en auge desde el segundo cuarto del siglo XIX. Promovido por brahmins, estos compartían rasgos singulares: profundo conocimiento de la Antigüedad oriental y occidental, admiradores de la cultura racionalista y científica occidental, veían en el racionalismo la clave de la supremacía de Occidente, sensibilizados con la decadencia de la civilización hindú...
Este protonacionalismo vindicaba el acervo cultural y religioso de la India, pero defendiendo la necesidad de introducir reformas que fueran capaces de poner el acervo indio en consonancia con la realidad y necesidades de los nuevos tiempos para poder abandonar la postración y recuperar el viejo esplendor.
Además, debía someter el Hinduísmo moderno a las reformas precisas para lograr que retornara a la pureza de los primeros tiempos (conocida como Vedismo). Una vez dado ese paso y llegados hasta ahí, la India estaría ya en condiciones de avanzar por la senda del progreso. Las premisas en las que basaban su tesis fueron:
1) Que las causas últimas de la decadencia india estaban en las prácticas y valores aberrantes del Hinduísmo moderno, procedentes del acervo cultural y religioso de los pueblos sucesivos que dominaran la India.
2) Que el corpus de valores en la base del Vedismo primigenio apostaba de modo igual que el Liberalismo por la defensa de los aspectos en las orígenes de la superioridad de Occidente: los derechos y libertades del individuo, y más el racionalismo y la ciencia.
3) En consonancia, el Vedismo sería igual de válido que el Liberalismo occidental para conducir a la India por la senda del progreso.
El avance de esta ideología quedó patente en la proliferación de asociaciones por la reforma del hinduísmo desde mediados del XIX, centradas en la defensa de los derechos de los sectores víctimas por sistema del hinduísmo aberrante. Aquí tenemos los abusos con la infancia (infanticidio y matrimonio de las niñas), de género (poligamia y estigma de viudez en cualquier modalidad: con el sati, práctica consistente en su quema en la pira tras la muerte del marido) y de casta (sobre todo los asociados a los intocables).
Estas asociaciones comenzaron a coordinarse entre sí para aunar esfuerzos a favor de mejorar resultados. Promovéronse entonces las Conferencias Sociales de la Nación India, claves en el labor de difusión de los valores característicos en la base del nacionalismo indio moderno como la Panindianidad (nación común) sobre la base de la igualdad de todas las comunidades, con independencia de la religión que estas practicasen.
Otros factores que también contribuyeron al crecimiento de la ideología fueron el redescubrimiento de la grandeza de la civilización india, obra de los pensadores ilustrados occidentales respaldada por los descubrimientos arqueológicos y la existencia de élites y clases medias formadas en los valores occidentales por mor de su educación universitaria. Estos apostaron por la defensa del autogobierno y de los derechos civiles ante la existencia de censura y discriminación.
Incluso tras la Revolta Cipayos, estos sectores instruidos siguieron marginados pese a que se estableciera el sistema de oposiciones como vía de acceso al aparato de Administración de la India, y que incluso se proclamara el principio de la igualdad de trato. Con todo, en la práctica obstaculizábase el acceso a los puestos celebrando las oposiciones únicamente en Londres, entre personas entre 21 y 23 años y con un temario absolutamente británico.
En la corta duración, destacan los nuevos extremos alcanzados de subordinación económica con motivo de la depresión finisecular. El gobierno británico implantó medidas centradas en suavizar el impacto de la crisis en la metrópoli a costa de la economía y la sociedad indias. Asimismo, las medidas arbitradas para minorar ese malestar pensando en frenar el incipiente auge del nacionalismo, muy calculadas, provocaron un efecto contraproducente. Encontramos:
- La Ley Ibert para la Judicatura (1884): pensada para equiparar a los jueces indios con los británicos, de forma que también pudieran juzgar a los ciudadanos europeos. Sin embargo, fracasó por causa del llamado “botín blanco”, nombre que recibió la reacción a gran escala que provocó entre los británicos de la metrópole en la India. Fruto de la campaña alarmista de la prensa, utilizóse la excusa del peligro que supondría para las mujeres europeas. El resultado fue una ley desnaturalizada, con el consiguiente estímulo que eso suponía para el sentir nacionalista.
- Ley de la India (1892): consistente en la promulgación de concesiones muy calculadas. Autorizáronse las oposiciones en Delhi y aumentáronse las cuotas indias de representación. Asimismo, incorporóse la representación ya electiva (en ningún caso avances reales, pues las elecciones eran corporativas o indirectas). Además, los designados por el Virrey siguieron siendo una mayoría, estando por tanto las cuotas totales de indios aún en minoría. El Consejo Legislativo siguió desprovisto de poder real, donde solo se autorizó a formular una pregunta y sin poder repreguntar.
A partir de aquí, en vez de calmarse los ánimos, fue imponiéndose la idea de que el Raj británico estaba resultando demasiado costoso para la India, denunciando que a la explotación directa se sumaban los efectos de la indirecta. Esta última se explica mediante:
- Repatriación a la metrópole de los capitales generados por los negocios en la India.
- Financiación con los recursos de la India del aparato, gobierno y administración con su boato. Rentas otorgadas a los viejos príncipes, salarios de los funcionarios en activo, elevadas pensiones del personal una vez retirados... constituían tan solo algunos ejemplos. Igualmente, el subcontinente tuvo que financiar parte de las campañas expansionistas acometidas fuera de la India.
Sabido todo esto, es necesario reparar en las principales formaciones nacionalistas:
A) El Partido del Congreso (Congreso Nacional Indio)
Fundado en el seno del mundo de los negocios en Bombay en el año 1885, enseguida se erigió como primera formación nacionalista del país. Desde la Primera Guerra Mundial, se convirtió en una fuerza de ámbito nacional, es decir, con presencia por todo el subcontinente. Partido dominante hasta finales del siglo XX, negoció la independencia con la Liga Musulmana.
A nivel social, su base procedía de las nuevas clases medias de formación occidental (anglófilas) expandidas por el mundo de los negocios y las profesiones liberales, además de intelectuales, estudiantes... (mundo de la cultura). Algunos sectores de la vieja élite tradicional india asociados al protonacionalismo también hicieron presencia.
Esta base explica el perfil acusadamente moderado de su programa. Siendo el bloque mayoritario el liderado por G.K. Gokhale, caracterizábase por tres aspectos principales:
- La independencia no aparecía como objetivo en el corto y medio plazo, solo la reforma del régimen colonial. Bajo dominio británico, representantes del liberalismo en Europa y primera potencia del momento, procuraban autonomía y órganos de gobierno realmente representativos propios del Estatuto de Dominio mediante los cuales aprender a autorregularse (consideraban que la India no estaba preparada para la Independencia).
- Métodos de lucha legales y pacíficos basados en el liberalismo radical británico.
- Nacionalismo aconfesional e inclusivo, aunque mayoritariamente hindú, basado en la Panindianidad. Para ello, presentaron presidentes musulmanes e incluso británicos favorables a su pensamiento.
Pola outra banda, atopamos o bloque minoritario de B.G. Tilak, braham nostálgico da vella grandeza da India e moi radical:
- Nacionalismo excluínte e xenófobo. A India debía ser a nación da comunidade hindú. Moi combativo coa minoría musulmá, incluso apostaba polas campañas de denuncia (estendendo o sentimento de ameaza entre esta).
- Independencia como único obxectivo dende o curto prazo. As reformas non eran máis que un asunto particular do pobo da India, completamente capaz. Ademais, os británicos nunca colaborarían nin tan se queira coas peticións dos moderados.
- Aposta pola mobilización das masas con recursos novos. Fomento da prensa en linguas vernáculas e a creación de xornais. Así mesmo, iniciaron campañas de reactivación de festivais e cultos decaídos utilizados como plataformas de propaganda e mobilización.
- Recurso á acción directa, apostando pola violencia e o terror mediante sabotaxes materiais e atentados políticos. Entre eles, destaca o acometido contra o virrei Hardings en 1912.
Esta corrente, aínda que minoritaria, a partir do cambio de século experimentou un importante auxe. A vitoria de Xapón na guerra ruso-nipona (1904-1905) tivo enorme impacto, froito do escenario de supremacismo branco do que se partía e do Diktat humillante que supuxo o Tratado de Paz de Portsmouth. O labor da prensa na transmisión da idea de que o triunfo xaponés demostrara que os pobos asiáticos non precisaban de tutelas coloniais para avanzar foi fundamental.
Desatouse desde entón unha etapa de auxe do nacionalismo que favoreceu ás forzas radicais de Tilak, animadas tamén pola posta en práctica dunha política preventiva dos británicos. Centrados en bloquear a dinámica previsible tamén na India de crecemento e radicalización do nacionalismo, atacaron o que consideraban o seu talón de Aquiles: a súa circunscrición á comunidade hindú.
Aínda que isto garantía unha base social e territorial de apoios moi ampla, na India existían unha cantidade de minorías moi considerable, destacando entre elas a musulmá. Ante esta situación, os británicos dirixiron a súa estratexia a evitar a adhesión destas minorías explotando os aspectos de fricción existentes. Mediante o plantexamento clásico do “divide e vencerás”, empregaron o factor relixioso en clave comunalista.
O antagonismo cultural – relixioso latente alimentou o terror á perspectiva dunha India independente, na que as minorías quedarían absolutamente indefensas fronte os abusos do novo goberno. Os británicos contribuíron así ao igual que os radicais á confrontación comunalista, sen importarlles os efectos catastróficos que isto podería xerar.
Estratexia fomentada polo Virrei Lord Curzon (1899-1905), centrouse na minoría musulmá. Así mesmo, puxo en marcha unha política de concesións potentes en favor desta comunidade para que visen no Raj británico o garante e promotor que necesitaban para asegurar os seus dereitos fronte aos abusos da comunidade hindú.
A rexión de Bengala foi o primeiro escenario de actuación dos británicos (1904-1905). Cunha poboación musulmá moi numerosa, incluso maioritaria nunha das súas zonas, semellaba un bo lugar de inicio.
As liñas de actuación principais foron:
- Dificultar a difusión do nacionalismo en terras de Bengala, anulando a autonomía da Universidade de Calcuta, en tanto foco principal da irradiación do ideario nacionalista.
- Blindar aos musulmáns dun posible contacto nacionalista e potenciar o seu vencello ao Raj mediante a división coa escusa dos problemas de tamaño (87 millóns de habitantes) e aproveitando a concentración musulmá na zona oriental. Desta forma, dotábanos dunha rexión propia.
Dende este momento, estalou un movemento de protestas amplo e masivo auspiciado polos hindús por toda Bengala, moi intenso e prolongado no tempo. Así mesmo, iniciaron unha estratexia de boicot aos produtos e servizos británicos coñecida como Movemento Swadeshi, consistente na autosuficiencia india. Finalmente, tamén se iniciou unha oleada de atentados terroristas.
As razóns da reacción de Bengala, máis alá da vitoria de Xapón e a estratexia de Lord Curzon, resúmense na consideración como unha afronta da división ao ser unha rexión cunha identidade milenaria e central na India, vivida como unha verdadeira amputación. Ademais, a forma absolutamente provocadora de proceder, ao incorporar unha parte do territorio de maioría hindú á nova provincia musulmá, colocara en situación de minoría aos primeiros.
Entre outros efectos da división, cómpre destacar:
- Expulsión polo Congreso da Corrente Radical (1907) para evitar que a represión británica recaera sobre a institución.
- Represión dos radicais polos británicos, mandando a Tilak ao cárcere provocando que os actos terroristas recrudecéranse.
- Nova Lei da India de 1909 (reformas Morley – Minto) centradas en recuperar a colaboración dos moderados. Unha vez máis fracasaron ao seguir sen entrañar avances reais: • Incremento das cotas indias no Consello Lexislativo, pero aínda moi inferiores ao número de membros británicos. Ademais, a institución seguía sen posuír un poder real. • Primeiro integrante indio no Consello Executivo, mais insignificante O virrei mantiña a prerrogativa de veto • Inicio da división entre comunidades relixiosas, con cotas e distritos propios para os musulmáns.
As protestas non cesaron ata que se accedeu a revisar a división (1911/1912), volvendo Bengala a estar unificada. A capital mudou de Bombai a Dehli, e os musulmáns quedaron algo empoderados e nunha situación máis similar ao 50-50.
B) A Liga Musulmana
Fundada en Daca en 1906, o seu desenvolvemento foi tardío ante o carácter reaccionario das súas elites cara os principios e formas occidentais (principal diferencia cos hindús). A corrente reformista de conciliación conformada a finais do XIX por unha minoría foi encabezada pola figura de Sayd Ahmed Khan (1817-1897). Aquela vitoria de Xapón e o auxe do nacionalismo hindú xenófobo e independentista favoreceu a súa eclosión. A política británica de concienciación e empoderamento do pobo musulmán como minoría con dereitos fronte ao hindú, favoreceu a deriva maximalista que se acabaría por impoñer.
O nacionalismo da Liga Musulmana, entre defensivo e moderado, marcou como obxectivos nos seus Estatutos Fundacionais:
- Protexer e promover os dereitos da comunidade musulmá nun Marco de respecto polo Raj británico como garante e valedor dos dereitos das minorías, nunca independentista.
- Aposta por unha política de conciliación comunal ao servicio da convivencia pacífica, pero nunca en detrimento dos dereitos dos musulmáns plantexados xa dende un certo maximalismo, o cal non ía máis que en aumento.
Exemplo desta casuística atopámolo na representación comunal mediante listas electorais separadas, nas que a cota de representación debía ser superior ao seu peso demográfico. Chegados á disxuntiva de ter que sacrificar algo (convivencia ou dereitos), sacrificaríase a convivencia.
TEMA 2: A lenta agonía da China Manchú dos Qing fronte á
ofensiva colonial do XIX
2.1 A crise do sistema china e a inxerencia colonia
2.1.1 A China Tardoimperial. Do crecemento á crise: o debate
A China de finais do século XVIII mantiña unhas estruturas de goberno e
administración que procedían practicamente dos tempos da Dinastía Han, cuxas
raíces remontábanse a inicios do I milenio d.C. De forma interesada, Occidente
proxectou unha imaxe totalmente simplificadora da realidade china do momento e
o seu pasado histórico, é dicir, de un país secularmente inmobilista e arcaico co
único obxectivo de xustificar a invasión colonialista. Porén, a realidade da longa
historia de China e da súa sociedade era moi complexa.
Durante o mandato da dinastía imperial Han lográrase acadar unha
extraordinaria modernidade con séculos de antelación con respecto a Europa,
cunha autocracia e modelo de estado burocrático moi potentes. Cun corpo
funcionarial amplísimo escollido a través dunhas durísimas oposicións (co saber
dos clásicos confuncianos como temario), este permitía facer chegar a autoridade
imperial a todos os recunchos do Imperio.
Porén co paso do tempo, si é certo que China foise instalando na filosofía da
autocomplaciencia (considerándose superiores e non precisando de ninguén máis)
e o conseguinte réxime de illamento. As súas relacións cos pobos do arredor
baseábanse no vasalaxe, os cales aceptaban someterse ante a evidente
superioridade chinesa. Todo elo non lle impediu ser a primeira economía mundial
ata o século XVII, nin que entrase nun novo período de crecemento e cambio no
XVIII. Esta afirmación sostense en:
- Forte crecemento demográfico, de 143 millóns en 1741, a máis de 300 en
1790 e arredor de 430 en 1851.
- Fin das políticas expansionistas coa anexión do Turkistán
- Acusado crecemento demográfico baseado nunha nova oleada de
roturacións, novos cultivos para zonas arenosas (millo, bataca,
cacahuete...) e cepas de cultivos tradicionais con superior rendemento.
- Forte expansión da actividade mercantil, patente na proliferación das
Corporacións Comerciais, é dicir, de organizacións de comerciantes a nivel
provincial pensadas para promover e financiar as novas infraestruturas
necesarias: redes de almacéns, servicios de bombeiros e auga, rede viaria...
O inicio dos problemas de China sitúase no tempo de Entreséculos (finais
do XVIII e inicios do XIX), momento no que xa si empezou a diverxer do avance
europeo. O Imperio non foi quen de dar o salto cualitativo que si acometeu o vello
continente ao pasar dun modelo de explotación intensiva e manual a outro de
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explotación xa intensiva e mecanizada, baseado na
economía de libre mercado e mellora das comunicacións.
Ademais, a súa dinámica de crecemento e cambio
quedou estrangulada dende finais do XVIII desembocando
nunha gravísima crise económico – social que enseguida
conduciu a outra de tipo integral. O resultado final foi unha
profunda crise política co conseguinte descrédito da
Dinastía Qing, considerando que esta perdera o “mandato
do ceo” (o favor divino para gobernar correctamente). A súa
orixe manchú tamén favoreceu a explosión de desexo de
cambio.
O debate sobre as posibles causas deste bloqueo foi intenso e longo. A teoría
tradicional, completamente superada, insistía no forte impacto da inxerencia
colonial ao basearse o sistema chino no réxime de illamento (factor externo). Pola
súa banda, a nova posición historiográfica defende as rixideces do sistema ao non
lograr a sociedade librarse delas como si fixo Europa como causa principal (factor
interno). Para o vello continente, as revolucións liberais e o reformismo ilustrado
(supresión de vellos atrancos, fomento de todo o activador...) terían sido
fundamentais.
A partires de aquí, outros factores que atopamos poden ser:
- Política inmobilista da Monarquía Manchú, a cal desentendeuse das novas
necesidades nacidas dun crecemento que acabou estrangulado por ese
mesmo motivo. As prioridades expansionistas xeraron dificultades
facendísticas. Aquela conquista do Turkestán, territorio moi escurridizo,
precisou da implantación dun dominio militar moi esixente. Ademais, as
novas campañas sobre o Tíbet e o Sudeste Asiático, moi costosas e fallidas,
resultaron fatais.
- Crecemento agrario sen melloras no proceso produtivo, necesarias para
dar o salto a un réxime de produción intensivo por un problema de
sobreabundancia de man de obra, así como polo arraigo do rendismo na
nobreza terratenente.
- Elites carentes dos altos niveis de acumulación de capital que si tiñan as
europeas, cunha nobreza caracterizada pola escasez de terras cultivables e
fértiles (pois non as había) e aferrada a un modelo rendista. Ademais, a
burguesía comerciante atopábase moi limitada por mor do réxime de
illamento chino.
- O bloqueo da vella dinámica de crecemento. Producido nun contexto de
forte aumento demográfico acumulado, provocou de inmediato unha grave
crise económica ao non poder cubrir xa as necesidades que se foran
xerando. Esta situación obsérvase de maneira moi clara para o rural.
Recollida nos informes dos gobernadores provinciais, atopamos:
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• Endebedamento galopante do campesiñado
• Tendencia ao abandono das comunidades rurais para refuxiarse en
zonas montañosas inaccesibles do Oeste ao fin de poñerse a salvo da
práctica da escravitude por causa de débedas.
• Crecemento acelerado dos levantamentos campesiños, con
destrución de arquivos de propietarios e administradores.
• Proliferación inicial das sociedades secretas campesiñas de
resistencia á dinámica Manchú e pola rexeneración de China.
A inxerencia dos occidentais dende o século XIX tivo efectos altamente
desestabilizadores que acabaron por levar ata o extremo a crise do sistema chino
ao basearse nun réxime de illamento, reforzado a inicios do XVII ante a segunda
oleada de occidentais e nun contexto de crise grave da dinastía Ming.
2.1.2 O réxime de illamento baixo os Qing (1644-1911)
O resultado de todo isto foi a instauración do réxime de comercio exterior
coñecido como “Réxime de Cantón”, caracterizado por:
- Intercambios só dende a factoría de Macao baixo control dos portugueses
(réxime de aluguer), con comerciantes de todas as procedencias.
- Contactos unicamente co porto de Cantón (Guangzhou), zona internacional
das trece factorías. Aquí, os axentes non estaban autorizados a pernoctar
nin moverse libremente pola cidade.
- Monopolio da corporación Cohong, unicamente con axentes da corporación
autorizada.
- Exportacións occidentais baixo unha normativa moi restritiva, na procura de
minimizar as mesmas.
- Importacións en condicións moi desventaxosas para Occidente, con pagos
en moeda de prata.
O réxime de Cantón estivo en vigor oficialmente ata 1841, mais xa se
empezara a resquebraxar nos anos de entreséculos a efectos dos británicos por
mor de toda unha serie de iniciativas. A balanza comercial de pagos era cada vez
menos favorables aos asiáticos, xa negativa dende a década dos anos 20.
A chave para comprender isto reside no inicio do dominio británico sobre
Bengala, o cal permitiulles unha nova marxe de maniobra para tentar forzar a
apertura comercial de China e acadar condicións de intercambio máis equitativas.
Púxose en marcha unha estratexia de misións diplomáticas sen resultados,
coincidentes as súas datas cos avances británicos na India.
A chave final residiu na estratexia da Compañía das Indias Orientais baseada
no fomento do cultivo do opio a gran escala en Bengala e do comercio ilegal en
China aproveitando a tradición portuguesa con fins terapéuticos. Neste rentable
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negocio, o número de caixas introducidas non deixaba de aumentar: de arredor de
5000 en 1820 a máis de 12000 en 1824.
As presións do mundo dos negocios londinense continuaron pese a todos os
avances. En 1834, tras a chegada ao poder do partido whig, púxose en marcha unha
nova misión diplomática. Fracasada igual que todas as anteriores, tivo incluso un
efecto contraproducente. Medios imperiais no ámbito intelectual estenderon a idea
de que as orixes da crise china atopábanse no comercio do opio ante a saída masiva
de pagos en prata, causante da devaluación da moeda de cobre e por conseguinte,
do nivel de vida campesiño.
Neste contexto, chegada a segunda metade dos anos 30 o réxime imperial
decidiu dar novos pasos contra o comercio ilegal do opio mediante unha
contraofensiva policial. Nun inicio perseguidos os comerciantes chinos, pasado o
tempo xa se fixo o propio cos axentes do contrabando británico. Para elo, púxose en
marcha o asedio comandado por Lin Zexu contra o bund das trece factorías en
1839, conxelando así o comercio europeo (con independencia da orixe dos axentes)
e obrigando aos británicos a devolver as miles de caixas de opio que tiñan.
Medida completamente estéril, os chinos procederon ao secuestro do
terratenente británico. Estes non accederon ás peticións, polo que os axentes
imperiais tiveron que recorrer á ameaza de execución deste individuo. Agora si, os
británicos accederon e o imperio procedeu á destrución das caixas. Porén, os
primeiros non dubidaron en aproveitar a situación para considerar este episodio un
verdadeiro causus beli.
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2.1.3 A I Guerra do Opio (1839-1841)
Ao instrumentalizar os británicos o incidente do opio como un causus beli,
este rematou coa derrota de China e a imposición do Tratado de Paz de Nanjing
(1842). Punto de inflexión na Historia de China, non foi máis que un ditado que
supuxo un xiro de 180 grados ao forzar o final do vello réxime de illamento. Con el,
establecíanse as bases do réxime de dominación colonial de tipo indirecto (tamén
coñecido como de Portas Abertas ao permitir a posibilidade de chegada para outras
potencias occidentais). As principais cláusulas do tratado foron:
- Indemnización de guerra moi humillante, sen tradición nos tratados de paz
europeos e desproporcionada co obxectivo de mudar a auto-percepción
china e disuadila da tentación de seguir resistindo o comercio do opio. A
oposición tory escandalizouse e presentou unha moción, mais non saíu a
diante por un voto.
- Cesión territorial da illa de Hong Kong a perpetuidade, sabendo que o
dominio da totalidade dos dominios imperiais era inabordable.
- Apertura de cinco portos: Cantón, Amoy, Fuzhou, Ningpo e Shanghai.
- Cláusula de nación máis favorecida: abría a posibilidade da concesión de
privilexios novos a terceiros, mais sempre extensivos á Gran Bretaña.
Ante este contexto, as restantes potencias occidentais impuxeron a China a
sinatura de tratados similares baixo a ameaza do emprego da forza, mais non só
europeas, senón tamén os Estados Unidos. Coñecidos como “Tratados Desiguais”,
foron impostos con cláusulas que violaban a soberanía china (só conservada a nivel
formal). e ían máis alá do comercial.
Feitos todos con cláusulas moi similares, adoitaban coincidir:
- Fortes indemnizacións por choques inducidos aproveitando incidentes.
- Cesións territoriais, en particular a Rusia pola súa veciñanza, nos dominios
manchús.
- Dereito da extraterritorialidade, eximindo aos occidentais da acción da
xustiza china, deixada en mans das autoridades consulares.
- Apertura de novos portos ao comercio, aproveitando os occidentais para
controlar os servizos locais chave para os negocios. Os británicos fixeron
isto cos servizos aduaneiros e municipais en Shanghai.
- Moderación arancelaria para as importacións.
O efecto base destes tratados integrais foi a veloz desintegración da
economía tradicional china. A produción artesanal caeu na ruína ante as
facilidades da moderación arancelaria á entrada do occidental e a vella rede de
rutas comerciais ficou desarticulada. Organizada dende o entorno de Cantón, a
apertura de Shanghai no curso do río Yangze, lugar de emprazamento das cidades
coas elites máis poderosas, provocou o grande cambio.
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A partires disto, as sociedades secretas experimentaron un crecemento
exponencial, tanto en número como en tamaño, agora moi diversificadas
socioloxicamente: artesáns, comerciantes, porteadores, banqueiros... Estas
acabaron por converterse en amplísimos movementos populares de resistencia ao
manchú e pola rexeneración de China, conducindo a levantamentos a gran escala
na década dos 50.
De todos eles, o mais importante foi o Levantamento Taiping (1851-1864),
auspiciado pola Secta secreta dos “Adoradores de Deus”. Guerra prolongada e moi
cruenta, acabou coa vida de arredor de 25 millóns de persoas. O seu obxectivo
residía en sacar a China do seu estado de postración destronando aos Qing,
considerados culpables do atraso pola seu empeño na política de
autocomplaciencia e illamento, nun momento caracterizado polos emperadores
da facción inmobilista e xenófoba: Daoguang (1820-1850) e Xianfeng (1850-1861).
A aposta desta secta explícase pola súa orixe cantonesa, zona máis
familiarizada co contacto co mundo occidental a través dos negocios e as misións
cristiás. O seu líder era un visionario que se convertera ao cristianismo. Esta
apostaba por:
- Estado teocrático e puritano con capital en Nanjing, inspirado nos textos
sagrados do cristianismo e coas primeiras comunidades desta relixión como
referente.
- Colectivización da propiedade e do traballo.
- Programa de desarrollismo á occidental promovendo infraestruturas viarias
e industria moderna.
Derrotados en 1864, a súa conquista de Beijing non foi posible por mor de
motivos metereolóxicos e estratéxicos que permitiron o rearme das forzas
imperiais. Ademais, o aliñamento dos occidentais cos Qing na procura de novos
tratados e concesións resultouse exitoso pese as resistencias iniciais do
emperador xenófobo Xianfeng, quen nada quería saber dos estranxeiros. Daba
comezo a segunda ofensiva colonial (1858-1860).
2.1.4 A Segunda Ofensiva Colonial e o Movemento de
Autofortalecemento
Imposta entre os finais dos 50 e inicios dos 60, a dinámica de forzamento
dos incidentes para recorrer á diplomacia da cañoneira favoreceu o estalido de
novas guerras. O Tratados Tianjin de 1858 establecía de novo indemnizacións
gravosas e cesións territoriais (os ingleses aumentaron o entorno de Hong Kong e
os rusos ocuparon a Manchuria ao Norte do río Amur).
Por se fose pouco, legalizouse o comercio do opio, abríronse novos portos e
aceptouse a libre circulación de comerciantes no interior e de misioneiros cristiás.
Ademais, as delegacións diplomáticas convertéronse en permanentes.
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O certo é que o emperador xenófobo Xianfeng non desexaba cumprir o
tratado, polo que puxo en marcha toda unha serie de mecanismos para ignoralo.
Como resultado, ingleses e franceses iniciaron unha ofensiva militar
exemplarizante, na que tomaron o pazo imperial en Beijing obrigando á familiar
imperial a fuxir.
O Tratado de Beijing de 1860 obrigou ao cumprimento do de Tianjin, ademais
da inclusión de novas cláusulas. Estes tratados supuxeron un salto cualitativo, pois
o réxime de illamento, non só o económico, quedaba superado. Chegados a este
punto, comezaba a tomar forma un movemento de presión promovido por sectores
de elites mandarinas a prol dunha política de reformas modernizadores en resposta
ao fracaso entón colleitado pola política ultra-illacionista do emperador Xianfeng.
Coñecido como Movemento do
Autofortalecemento, Li Hongzhang foi o seu principal
representante. Liderado por algún dos máis altos
cargos imperiais, contaba co apoio da propia
emperatriz Cixi. Os seus logros foron moi limitados e
sobre todo, moi desequilibrados:
- Primeiras instalacións fabrís modernas, mais
centradas na industria asociada á defensa
como a siderurxia en Shanghai.
- Primeira liña de navegación moderna, mais sen
avances nas infraestruturas terrestres,
rexeitando a construción do ferrocarril pese as
ofertas británicas.
Todo isto explícase na extremada moderación do movemento, pois non
debemos esquecer o seu conservadorismo a pesares de rexeitar os matices
xenófobos. O programa de modernización centrábase basicamente nos sectores
naval e militar, considerados as chaves da superioridade de Occidente.
En ningún caso se promoveu un plan de desarrollismo integral e
acelerado que pasara por adaptar as estruturas milenarias chinas, cousa que si
ocorreu no Xapón. Elo favoreceu a saída dos culís (aquelas persoas que perderan
os seus modos de vida tras a caída do sistema de cantón), especialmente na
provincia de Guandong.
2.1.5 III Ofensiva Colonial. Xapón como nova potencia e referente.
Posta en marcha a finais da década dos 90, constituí unha etapa de expolio
aberto có risco real de desintegración territorial de China. As potencias impuxeron
ao imperio a concesión de áreas de “influencia exclusiva” , é dicir, o dereito a
explotar en exclusividade as súas fontes de riqueza natural e estratéxicas. Elixido o
emprazamento destas segundo intereses, China correu verdadeiro perigo:
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- Francia: suroeste contiguo a Indochina ata Macao
- Rusia: Manchuria
- Alemaña: Shandong
- Inglaterra: Shangai e de Cantón a Hong Kong
- Xapón: Fuzhou e Liadong (fallida)
O seu detonante recaeu na ofensiva promovida por Xapón tras o seu triunfo
na guerra polo control de Corea (1894-1895), e en última instancia, no éxito do seu
programa modernizador. As razóns do interese xaponés na Península poden
resumirse en:
- Interese xeoestratéxico e económico, considerado o seu control chave para
a independencia e integridade de Xapón. Ademais, a pobreza de recursos
naturais da illa debía ser paliada con presencia colonial noutro lugar,
formando mercados cautivos.
- Estratexia de influencia consistente no aproveitamento dos continuos
levantamentos contra a dinastía manchú pola vía da intervención militar, na
procura de forzar concesións comerciais e de avanzar cara a tutela. O
problema residiu na oposición de China, pois Corea sempre fora o seu reino
vasalo. O imperio forzou a intervención coordinada, aceptándoa os nipones
para gañar tempo, mais sen renunciar á súa folla de ruta.
Todo elo desembocou na Guerra chino-xaponesa de 1894, iniciada coa
declaración dos primeiros por incumprimentos. Recollida a súa derrota final no
Tratado de Paz de Shimonoseki (1895), este foi deseñado á imaxe dos Desiguais dos
Occidentais: indemnización de guerra, renuncia china á influencia sobre Corea
(con Xapón libre para seguir avanzando pola senda da tutela), cesións territoriais na
área insular (Taiwán e as Illas Pescadores) e control de dúas zonas de influencia
exclusiva no continente (Fuzhou, fronte Taiwán e Liaodong, contigua a Corea e
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fallida pola ameaza rusa). Así mesmo, os efectos colaterais do tratado poden
resumirse en:
- Fortalecemento da influencia das potencias coloniais con áreas exclusivas,
ao igual que Xapón.
- Revitalización e radicalización do Movemento de Autofortalecemento
agorado liderado polo emperador Guangxu (1889-1898), quen influído por
activistas reformistas formados en Xapón, apostou por un programa de
desarrollismo radical e acelerado.
- Programa dos Cen Días (Xuño – Setembro de 1898) inspirado polo
expoñente do liberalismo conservador Kang Youwei e tomando como
referente o exemplo nipón.
- Oposición aos vellos reformistas e o seu acusado moderantismo.
Ante tal situación, a vella emperatrix Cixi auspiciou un golpe (Setembro de
1898), temerosa que detrás de todo isto houbese algunha maniobra de Xapón para
avanzar na tutela de China. Apoiada nas forzas ultra-illacionistas, estas
promoveron unha campaña de xenofobia a gran escala baseada no fomento dunha
ampla rede de sociedades secretas que debían organizarse como forzas
paramilitares. O obxectivo non era outro que o alzamento a gran escala contra os
colonizadores. Estalaba entón a coñecida como Revolta Bóxer (1899-1901), coas
delegacións diplomáticas, as misións e as infraestruturas estratéxicas no seu punto
de mira.
A derrota china a mans dunha nova forza internacional en 1901 trouxo
consigo a chegada de novas indemnizacións. Ante a situación de bancarrota, as
aduanas foron ocupadas polos bancos occidentais para poder asegurarse os
pagos. Xa non se forzaron novas cesións territoriais (a excepción de Rusia, quen
reclamou o Sur de Manchuria a modo de freo con Xapón), a fin de evitar a máis que
probable partición de China e por ende a destrución total do seu vantaxoso
mercado.
A iniciativa para evitar a desintegración de China partiu dunha Gran Bretaña
e duns Estados Unidos decididos a facer o necesario para seguir accedendo á
totalidade do mercado chino. Agora si, a emperatriz Cixi accedeu á posta en marcha
dun programa modernizador, pero sen convicción e sen case marxe polos
problemas sucesorios. A súa morte en 1908 e a do vello emperador Guangxu no
mesmo ano colocaba como sucesor a Pu yi, neno de 3 anos de idade.
Esta situación de cuasi-baleiro de poder favoreceu a Revolución Nacionalista
Liberal de 1911 comandada polas forzas máis radicais (respecto aos máis
conservadores, pero tamén conservadores), a cal puxo fin ao réxime imperial. A
proclamación da Primeira República China estableceu en Nanjing a súa capital,
con Sun Yat-sen, líder do Partido Kuomintang, á cabeza.