Evolución de los Movimientos Sociales y Políticos en España a Principios del Siglo XX

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La Derecha Antiliberal: El Carlismo

En los inicios del siglo XX, el carlismo mantuvo su presencia y sus bases. En 1909 falleció Carlos de Borbón, siendo sucedido por su hijo Jaime de Borbón. Las disputas y disidencias en el seno del partido durante la jefatura de don Jaime fueron frecuentes. La más importante se produjo a raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando un sector del partido, contrario al apoyo oficial a los aliados, se manifestó germanófilo y uno de sus principales hombres, Juan Vázquez de Mella, abandonó la militancia y fundó el Partido Tradicionalista en 1919. Asimismo, el Partido Católico Nacional se manifestaba ajeno a las reformas del gobierno, pero su visión extremadamente conservadora le situaba cerca de los grupos monárquico-conservadores.

  • Las bases militantes del integrismo se concentraban en Navarra, el País Vasco y Cataluña, pero también se desarrollaron grupos en Andalucía y otras regiones.

Desde 1917, la derecha antiliberal fue la que más insistió en el peligro comunista o bolchevique, y reclamaba la necesidad de una dictadura que impusiese el orden social, apoyando posteriormente a Primo de Rivera. Con la llegada de la República en 1931, los tres grupos (carlistas, integristas y tradicionalistas) consiguieron reunificarse en un solo partido llamado Comunión Tradicionalista.

La Oposición Obrera

Entre las fuerzas sociales que el régimen fue incapaz de incorporar se encontraban las del movimiento obrero: el Partido Socialista Obrero Español, el sindicato de tendencia socialista Unión General de Trabajadores y el sindicato de inspiración anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo.

El Partido y el Sindicato Socialistas

Al comenzar el siglo XX, el PSOE era todavía una fuerza relativamente pequeña pero con sólidas bases que le permitieron un progresivo crecimiento. El partido se organizó a través de las Agrupaciones Socialistas Locales, reunidas en las Agrupaciones Provinciales. La dirección la ejercía un Comité Nacional que presidió Pablo Iglesias hasta su muerte. En 1899, el PSOE tenía sólo unos 3000 afiliados que aumentaron posteriormente.

El partido seguía unas directrices que marcaron su atención:

  • La preservación de la organización.
  • La diferenciación con respecto a los partidos burgueses.
  • La convicción de que el socialismo debía aprovechar las oportunidades que daba el sistema parlamentario.

En 1905, el PSOE obtuvo concejales en Madrid y en 1910 Pablo Iglesias consiguió un acta de diputado.

Con respecto al sindicato socialista UGT, su crecimiento fue todavía mayor. Se mostró partidario de la acción política para conseguir reformas sociales y laborales y defendió la participación de representantes obreros en los organismos estatales. Así, en el Instituto de Reformas Sociales siempre participaron los socialistas, entre los que destacó Largo Caballero, que en 1918 llegaría al cargo de secretario general de la UGT.

A partir de 1917 el sindicalismo socialista empezó a crecer. A partir de 1914 los afiliados de la UGT aumentaron.

La vinculación entre el PSOE y la UGT era muy estrecha y sus principales dirigentes fueron militantes de ambas formaciones. Por tanto, el auge del sindicalismo socialista estuvo acompañado por el crecimiento del partido socialista. En 1918 Besteiro y Largo Caballero consiguieron actas de diputado por Madrid, mientras Indalecio Prieto las obtuvo por Bilbao. Sus nuevos dirigentes se mostraron claramente partidarios del parlamentarismo y de una práctica política reformista y moderada.

Pero el estallido de la Revolución Rusa dio origen a que algunos militantes del socialismo se mostraran partidarios de la línea bolchevique y se escindieran del PSOE en 1921, fundando el Partido Comunista de España, una formación que tuvo escasa influencia, aunque contó con núcleos activos en Vizcaya y Asturias.

Los Anarcosindicalistas: la CNT

Al iniciarse el siglo XX, el anarquismo tenía su mayor presencia en Cataluña, pero también era poderoso en Andalucía, Aragón, Asturias y Levante. En Barcelona las sociedades obreras y los sindicatos autónomos de aspiración anarquista crearon, en 1907, Solidaridad Obrera, una federación de asociaciones revolucionarias. Solidaridad Obrera contó con prensa propia y en 1910 impulsó la fundación de la Confederación Nacional del Trabajo. El nuevo sindicato nació con el objetivo de extenderse por toda España y dar estabilidad al sindicalismo anarquista.

La CNT se definía como revolucionaria y presentaba una ideología basada en tres presupuestos básicos:

  • La independencia del proletariado con respecto a la burguesía y a sus instituciones.
  • La necesidad de la unidad sindical de los trabajadores.
  • La voluntad de derribar al capitalismo.

La acción revolucionaria debería llevarse a cabo mediante huelgas y boicots hasta proceder a la huelga general revolucionaria. La evolución de la CNT sufrió notables altibajos y después de la huelga el sindicato fue prohibido hasta 1914. En la época de la Primera Guerra Mundial se abrió una etapa de colaboración con la UGT, que desembocó en la convocatoria conjunta de la huelga general de 1917.

En los años posteriores a la guerra aumentaron los afiliados de la CNT. En las reuniones se tomaron importantes acuerdos como la creación de los Sindicatos Únicos de Industria, con la voluntad de sustituir a los viejos sindicatos, y se reafirmó el apoliticismo y la necesidad de la negociación directa entre obreros y patronos, sin intervención de fuerzas políticas o de representantes del Estado.

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