Evolución de la Monarquía Hispánica: Siglos XVI y XVII
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La Herencia de Carlos I y las Transformaciones Bajo Felipe II
Entre 1515 y 1519, Carlos de Habsburgo recibió como herencia de sus padres (Juana la Loca y Felipe el Hermoso) y abuelos (los Reyes Católicos y los reyes de la Casa de Austria y de Borgoña) numerosos territorios dispersos por Europa. Heredó una inmensidad de territorios que englobaban la Corona de Castilla y sus posesiones americanas; la Corona de Aragón y sus territorios italianos de Sicilia, Cerdeña y Nápoles, así como las plazas del norte de África; y las posesiones europeas de la casa de Borgoña heredadas de su padre, que incluían Austria, Flandes (actuales Bélgica y Holanda), y el Franco Condado. Además, en 1519 fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (con el nombre de Carlos V como emperador). Este enorme conjunto de territorios sufriría diferentes modificaciones a lo largo del tiempo, pero subsistió en su núcleo principal hasta 1700, cuando falleció sin descendencia el último de los Austrias españoles, Carlos II.
Cambios en Tiempos de Felipe II
Entre 1555 y 1556, Carlos I abdicó, dejando a su hijo Felipe II la mayor parte de sus reinos, excepto los territorios austríacos. Durante su reinado, la herencia recibida fue aumentada y sufrió modificaciones, sosteniendo numerosas guerras para mantener su hegemonía en Europa. Entre los acontecimientos destacan:
- Rebelión en Flandes: Flandes era una de las diecisiete provincias que conformaban los Países Bajos. En el siglo XVI, la doctrina protestante se extendió por todos ellos. La intolerancia católica del rey Felipe II provocó revueltas y motines contra su autoridad. A pesar de la acción represiva ejercida por el Duque de Alba, la rebelión no cedió.
En 1579, las provincias del norte, encabezadas por Holanda, no renunciaron al protestantismo y lograron sacudirse el dominio español, formando las Provincias Unidas bajo el liderazgo de Guillermo de Orange (Unión de Utrecht), y consolidaron su posición gracias al apoyo inglés. Por el contrario, en las provincias del sur, el protestantismo fue erradicado, manteniéndose en la obediencia católica y bajo la soberanía de Felipe II (Unión de Arras).
- Incorporación de Portugal: En 1580, murió sin descendientes directos el rey de Portugal, y Felipe II reclamó el trono por ser hijo de una princesa portuguesa. Empleando la diplomacia y el ejército, consiguió que en 1581 las Cortes portuguesas lo reconociesen como rey, jurando este mantener sus libertades e instituciones propias. La integración de Portugal significó, además de la unidad peninsular, la incorporación de su enorme imperio con posesiones en África, Asia y América; en aquellos momentos se podía decir que en los dominios de Felipe II no se ponía el sol.
- Guerra contra Inglaterra: Motivos religiosos (cisma anglicano), políticos (apoyo a los rebeldes protestantes de los Países Bajos, ejecución de la reina de Escocia, la católica María Estuardo) y económicos (ataques de los ingleses a las colonias y flotas americanas) decidieron a Felipe II a organizar la invasión y conquista de Inglaterra. Para lograrlo, formó en 1588 la Gran Armada, que debía ir hasta los Países Bajos para embarcar allí los tercios españoles y asaltar Inglaterra, pero la operación fue un fracaso. Como represalia, los ingleses enviaron una flota capitaneada por Drake en 1589 que atacó A Coruña, Lisboa y las Azores.
Crisis y Transformaciones en el Siglo XVII
Tradicionalmente se considera que el siglo XVI fue de hegemonía indiscutible de la Monarquía Hispánica y que a él siguió la crisis del siglo XVII, con la pérdida de poder en Europa, la disminución del comercio americano, las derrotas militares, el endeudamiento y la pérdida de territorios.
Aspectos Socioeconómicos
- Fase de expansión, hasta 1580: crecimiento demográfico, expansión agraria, incremento de la producción artesanal, aumento del comercio, llegada creciente de oro y plata.
- Fase de contracción o recesión, 1580-1660/80: pérdidas demográficas causadas por las malas cosechas y las frecuentes epidemias de peste, caída de la producción agraria, ruina de los centros artesanales, descenso de los intercambios con América y de las remesas de plata, invasión del mercado interno y americano por los productos extranjeros, quiebra de la hacienda real, incremento de los impuestos, inflación monetaria... La expulsión de los moriscos en 1609 contribuyó al descenso demográfico, sobre todo en la Corona de Aragón. La recesión económica fue acompañada del incremento de las derrotas militares y de la pérdida de la hegemonía.
- Fase de estabilidad y recuperación, a partir de 1660/80: disminución de las crisis de subsistencia, recuperación demográfica y de la producción agrícola, estabilización del mercado interno...
Aspectos Políticos
Característico de los monarcas españoles del siglo XVII fue la cesión de sus funciones de gobierno en manos de sus validos. Felipe III consiguió mantener la primacía en Europa gracias a la diplomacia y a las treguas firmadas con Inglaterra y Holanda, pero la situación internacional obligó a su sucesor a participar en varios frentes de la Guerra de los Treinta Años, en las que se ocasionaron importantes derrotas.
El proyecto de mayor interés para reformar la estructura política de la Monarquía Hispánica fue el elaborado por el Conde Duque de Olivares, tratando de eliminar los privilegios forales de sus reinos e imponiendo en todos ellos las leyes de Castilla, las más favorables para el poder real.
Esta política uniformizadora generó protestas y alteraciones en los diferentes reinos de la Monarquía, destacando la revuelta de Cataluña, conflicto que remató con la ratificación de los privilegios forales de Cataluña (1652) y la independencia de Portugal en 1640.
Los resultados adversos en los diferentes frentes de guerra propiciaron la búsqueda de la paz, y Felipe IV firmó los tratados de Westfalia (1648) y Pirineos (1659), que marcaron el fin de la hegemonía española. Aprovechando la debilidad y falta de recursos de la Monarquía Hispánica, Luis XIV de Francia desarrolló cuatro guerras contra Carlos II, consiguiendo anexionarse territorios en Flandes y en el Franco Condado. Internacionalmente era evidente la debilidad de la Monarquía Hispánica, pero logró resistir, aunque con pérdidas, los ataques del rey francés Luis XIV.
Galicia Bajo los Austrias
Durante el reinado de los Austrias, Galicia mantuvo una posición periférica pero estratégicamente importante por ser un punto vital en la ruta marítima hacia los Países Bajos. Los Austrias potenciaron la organización política del viejo reino: Capitán General, Real Audiencia, Juntas del Reino. Galicia estaba dividida en provincias. Las Juntas del Reino de Galicia actuaban, desde 1528, como representación del Reino. En 1622, Galicia recuperó el derecho de tener representación en las Cortes de Castilla a cambio de la entrega de 100.000 ducados para construir una escuadra con la que defender sus costas.
La Agricultura y sus Transformaciones
A lo largo de los siglos XVI y XVII, la economía gallega era fundamentalmente agrícola y estuvo fuertemente ligada a las posibilidades productivas de la tierra. Hasta 1560-80 se mantuvo el sistema tradicional de producción feudal basado en el cultivo de cereales y en el barbecho, que permitió el crecimiento de la población. A partir de esas fechas, el desequilibrio entre población y recursos favoreció la aparición de las crisis de subsistencia, con malas cosechas, hambrunas y pestes, que provocaron la disminución de la población, siendo especialmente grave el ciclo negativo de 1633-36. Estas dificultades estimularon la transformación del sistema de cultivo. Desde la costa y hacia el interior, se fue extendiendo el cultivo del maíz, producto procedente de América que alteró el sistema de rotaciones, disminuyendo el barbecho. Estos cambios permitieron un fuerte crecimiento de la producción y de la población; esta situación contrastaba con el panorama negativo del siglo XVII en el resto de Europa.
La Importancia de la Pesca en la Galicia Litoral
La pesca litoral complementaba la dieta alimenticia de las poblaciones costeras, y la de altura potenciaba la economía gracias a las campañas de la pesca del bacalao en Terranova, que permitía su venta en los mercados de Castilla. Importante también fue la salazón de pescado, especialmente de la sardina, en numerosas instalaciones distribuidas a lo largo de toda la costa gallega.
La Estructura Social: Sociedad Rentista y Peso de la Fidalguía
La sociedad gallega de la época era esencialmente rural, y las ciudades eran muy pequeñas, destacando Santiago de Compostela, por sus funciones religiosas, A Coruña, sede de las instituciones de gobierno, y Pontevedra, en declive y relacionada con la pesca y salazón de la sardina. Las actividades artesanales y comerciales eran escasas, predominando la autarquía comarcal. Cabe destacar la producción doméstica de tejidos de lino.
Desde finales del siglo XV, la alta nobleza gallega residía en la Corte, y varios de sus miembros desempeñaron elevados cargos en la administración y se vincularon con las familias nobiliarias castellanas. El absentismo de la alta nobleza permitió el auge de la fidalguía, un grupo que se convirtió en el dominante en Galicia en el siglo XVII. Su posición se apoyaba en el control de las rentas agrarias a través del cobro de los foros que gravaban las tierras que trabajaban los campesinos.
Conquista y Colonización de América
Las expediciones de conquista de los territorios americanos fueron organizadas por particulares que lograban un permiso del monarca a cambio de que, una vez dominados, pusiesen esos territorios bajo autoridad real. Los monarcas recompensaban a los conquistadores con cargos y riquezas que se estipulaban en un documento y reservaban para sí el quinto de las riquezas encontradas. La conquista fue rápida debido a la superioridad de las armas y de las tácticas militares de los conquistadores, a la debilidad interna de los imperios indígenas y a la actitud de los indígenas que, en muchas ocasiones, recibieron desconcertados pero de modo pacífico a los españoles. En la conquista se pueden establecer varias fases, siendo la más significativa la de 1519-1540.
Tras la conquista se procedió a la colonización y a la explotación de los nuevos territorios. Se crearon nuevos organismos de poder y de control, tanto en América como en España, y se elaboraron nuevas provisiones, ordenanzas y leyes que conforman, en su conjunto, lo que se conoce como Leyes de Indias. Estas fueron recogidas en diferentes compilaciones y en su conjunto obedecían a la necesidad de dominar y controlar el territorio, explotar sus recursos, someter y evangelizar a los indígenas, imponer el modelo administrativo y centralizador de Castilla y aplicar una ley uniforme por encima de la diversidad existente. En cuanto a los derechos de los indígenas, la legislación indiana pretendió ser protectora ante los abusos cometidos por los conquistadores y colonizadores. Esta intención fue propiciada por la protesta de los predicadores y asumida por los reyes y recogida en las leyes.
La Revolución de los Precios y su Impacto Económico
Desde inicios del siglo XVI llegaban a España grandes cantidades de metales preciosos procedentes de las minas de Nueva España y Perú. Esta situación provocó una constante subida de los precios, del coste de la vida y de la inflación, que el historiador Hamilton calificó como la revolución de los precios del siglo XVI y primera mitad del XVII, basándose en la teoría económica que defiende la relación directa entre la masa monetaria circulante y el nivel de los precios. La tesis de Hamilton fue criticada por economistas e historiadores, que defendieron la idea de que el nivel de los precios no estaba estrictamente determinado por la oferta de dinero, sino que intervenían otros factores, como el incremento de la demanda y la escasez de la producción. Además, mostraron estadísticamente que las remesas de metales no disminuyeron en la segunda mitad del siglo XVII, período en el que remitió la inflación y cayeron los precios, sobre todo en el último cuarto de ese siglo. Otros estudios también revelaron que parte de la inflación en España en la primera mitad del siglo XVII estuvo acentuada por las alteraciones monetarias hechas por los reyes Habsburgo entre 1597 y 1660.