Evolución Militar y Frentes Clave de la Guerra Civil Española (1936-1939)
Evolución Militar de la Guerra Civil Española
La Guerra de Columnas (1936)
Al inicio del conflicto, la República declaró disuelto el ejército e intentó crear otro con las milicias reclutadas entre las organizaciones políticas y sindicales, con el consiguiente retraso a la hora de hacer frente a los sublevados.
Los sublevados organizaron columnas desde Pamplona, dirigidas por Mola, que fueron detenidas por los republicanos en el Sistema Central. En cambio, en el Sur, el avance de Franco fue rápido y efectivo, gracias a la colaboración que le prestaron Alemania e Italia a la hora de trasladar el ejército de África a través del Estrecho. En octubre ya controlaban la mayor parte de Andalucía, Extremadura y Castilla La Nueva y enlazaban con la zona norte, amenazando Madrid.
La Batalla por Madrid (1936-1937)
La ciudad se encontraba bajo el mando de la Junta de Defensa presidida por el General Miaja. Con la ayuda de las Brigadas Internacionales se pudo detener la ofensiva sublevada, que cruzó el Manzanares y ocupó parte de la Ciudad Universitaria. Un nuevo intento de Franco desde Guadalajara con las tropas italianas también fue repelido.
La Caída de la Franja Cantábrica (1937)
Un importante revés republicano, por su importancia económica, fue la conquista por parte de Franco de la franja cantábrica (Vizcaya, Santander y Asturias). En abril de 1937 fue bombardeada y destruida la localidad de Guernica por la Legión Cóndor alemana.
Para distraer la presión sobre el frente norte, las milicias republicanas intentaron contraataques en Brunete y en Aragón (Belchite), donde se produjeron importantes batallas sin un resultado claro.
La Batalla del Ebro (1938)
En 1938, el general Vicente Rojo se puso al frente del Estado Mayor republicano. Tras varias ofensivas con éxitos iniciales, Franco desbarató el frente de Aragón, dejando a Cataluña aislada. La última gran batalla de la guerra fue la ofensiva republicana del Ebro, que acabó siendo una gran derrota.
El Final de la Guerra (1939)
El bando republicano se dividió entre los partidarios de continuar la guerra (presidente Negrín) y los partidarios de pactar con Franco una paz humanitaria. El coronel Casado, con el apoyo de socialistas y anarquistas, dio un golpe de Estado en Madrid que no logró sus objetivos, puesto que Franco ya había promulgado la Ley de Responsabilidades Políticas. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid y, tras acabar con los últimos focos de resistencia en Alicante, el 1 de abril Franco anunciaba el final de la guerra: «Cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado». Comenzaba la dictadura.