Evolución de la Metodología en el Aula: De la Conducta al Aprendizaje Significativo

Una Perspectiva Histórica de la Dirección de Clase

Si bien es cierto que algunas metodologías tradicionales en el aula siguen vigentes por su demostrada eficacia, también lo es que en los últimos años se han producido cambios importantes en torno a lo que sabemos sobre el aprendizaje. Estos cambios no pueden obviarse en el día a día del centro escolar.

Recientemente, Fenstermacher y Richardson identificaron tres líneas de trabajo amplias que ilustran la evolución de los roles del profesor y del alumno, la concepción de una buena enseñanza y aprendizaje, y la relevancia otorgada a los resultados del aprendizaje. Se ha evolucionado desde un aprendizaje con fundamento conductista, basado en la consolidación, a una visión de elaboración del aprendizaje dialógica, centrada en la reconstrucción de la realidad compartida por profesor y alumno.

En este contexto, todo lo que acontece en las aulas es de sumo interés para el profesorado, dado que constituye un aspecto esencial del clima en el aula. Para ello, es necesario que el profesor deje de ser un mero técnico y se convierta en un *práctico reflexivo*. Su labor sobrepasa lo meramente instrumental, al estar en contacto diario con los valores e intereses de los sujetos, contextos y contenidos que confluyen en el aula.

Motivación y Aprendizaje: El Currículum Significativo

Existe la creencia errónea de que el aprendizaje significativo solo puede ser por descubrimiento y/o que el aprendizaje receptivo es memorístico, mientras que otros critican estas identificaciones.

Los argumentos que defienden que gran parte de la información transmitida de forma expositiva degenere en memorización no es inherente al método, sino al mal uso que se hace de él, son compartidos. Asimismo, existe una generalización indebida del empirismo en el sentido opuesto: que en cualquier edad y circunstancia el aprendizaje, para ser "significativo", debe apoyarse en la experiencia empírico-concreta. Ausubel defiende que ambas dimensiones son independientes, y que son las condiciones en las que se realiza el aprendizaje las que determinan su tipología.

Dicho de otro modo, para que una tarea tenga valor y merezca la pena, el trabajo del estudiante debe ser importante para él.

Tipos de Motivación:

• Motivación extrínseca: El estudiante se centra en el resultado, no en el proceso. Existen dos subcategorías:
  • Refuerzo positivo (+)
  • Refuerzo negativo (-)
• Motivación social: Los estudiantes aprenden para agradar a personas cuya opinión es importante para ellos. El origen de este interés radica en la necesidad de identificarse con otra persona, ser como ella (proceso denominado modelado).
• Motivación de logro: Los estudiantes pueden aprender para destacar su ego, compitiendo con otros y superándolos.
• Motivación intrínseca: Aprenden porque les interesa la tarea o la actividad en sí misma.

En definitiva, los anteriores ámbitos —con las posteriores adecuaciones de cada profesor— constituyen, para muchos, las bases de una metodología curricular significativa y coherente con lo expuesto en este capítulo.