Evolución de los Medios de Comunicación en América Latina: Desarrollo, Dependencia y Resistencia

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Medios para el Desarrollo

En la década del 60, en un contexto de Guerra Fría y de conflicto Este-Oeste, se realizaron propuestas político-comunicacionales, cuyo marco era la política exterior norteamericana hacia Latinoamérica. Estas líneas intentaron marcar los caminos que posibilitarían a América Latina salir del subdesarrollo, sobre todo teniendo en cuenta el lugar que los medios de comunicación cumplían en ese trayecto. Así, se construyó una visión optimista de los medios y la tecnología de comunicación en los procesos de modernización. Por tal motivo, el sistema de comunicación de una sociedad era representativo del grado de desarrollo del pueblo.

El marco epistemológico estaba sustentado en concepciones funcionalistas y conductistas, descontextualizando los procesos sociales y comunicativos, y en tal sentido, erigiendo a un único elemento (los medios de comunicación) como determinante de complejos procesos sociales. Estas políticas tuvieron un impacto académico muy fuerte de la mano de la CIESPAL, el brazo cultural de la Alianza para el Progreso.

En América Latina fue posible una mirada crítica gracias al contrapunto realizado con el modelo desarrollista y, sobre todo, gracias a una actitud política y a una influencia académica que permitieron criticar objetos, premisas y métodos que provenían de lógicas de entender el mundo diferentes.

Medios para la Dominación

Frente a la propuesta del desarrollismo surge una perspectiva denominada “teoría de la dependencia” que postulaba que el denominado ‘subdesarrollo’ latinoamericano no obedecía a los motivos que postulaba la CEPAL, ni era cuestión de retraso en un camino que conducía al desarrollo, sino que encontraba su explicación en procesos históricos de dependencia a políticas económicas y sociales externas. En este sentido, la alternativa no era acceder al desarrollo, sino ‘independizarse’ de estos vínculos. Estas concepciones se plasmaban en una actitud teórica, relacionada al develamiento de las relaciones de poder y de la ideología operante, pero también en una actitud política anclada en la denuncia de la dominación de los medios.

Paralelamente surge la perspectiva teórico/política de la Invasión Cultural que se desarrolla en la década del sesenta y setenta, en un contexto latinoamericano y mundial de fortaleza de los movimientos sociales de liberación nacional y tercermundista, donde el auge de las denominadas ‘industrias culturales’ se va dando de la mano de una fuerte intervención norteamericana en toda la región. Desde esta perspectiva, la comunicación es asimilable excluyentemente a medios masivos, y estos son denunciados por su papel al servicio a la colonización económica y cultural, siendo los principales instrumentos de penetración cultural las grandes trasnacionales. Tanto es así que se piensa que si los medios pasaran a manos de movimientos políticos populares, estos operarían al servicio del pueblo, como herramientas de agitación y organización de masas. Se diagnostica que es a través de los medios como los pueblos pierden sus culturas nacionales, se “aculturan” e incorporan una cultura extraña enajenándose.

Asumiendo la denuncia de la invasión cultural como consigna, los trabajos se centraron en los siguientes puntos:

  • Las estructuras de propiedad de los medios.
  • Las articulaciones de los propietarios de los medios con otros complejos empresariales.
  • La relación de competencia o asociación entre diversos grupos económicos nacionales e internacionales.
  • Las relaciones entre intereses empresariales de medios e intereses político/estatales.
  • La influencia directa de las empresas trasnacionales sobre los medios a través de las inversiones publicitarias.
  • La “penetración cultural” imperialista a través de los mensajes de las industrias culturales.

El Intelectual Comprometido con la Transformación

En esta mirada, la figura del investigador o del intelectual es inseparable de la ideal del intelectual como político. Se investiga, se crea, para la transformación. Para la mayoría de quienes trabajan desde el supuesto de la invasión cultural, la semiótica estructuralista no era solo un método científico, era un instrumento revolucionario que develaba la ideología oculta, encerrada en el texto.

Las Referencias

Una referencia central será la mirada del estructuralismo francés y del marxismo estructuralista. Un trabajo de Althusser es fundamentalmente utilizado en Argentina: Los Aparatos Ideológicos del Estado. En él se plantea que la reproducción del sistema dominante se realiza a través de la fuerza y del sentido, y que si para la fuerza el Estado cuenta con el monopolio de la violencia legítima, para reproducir ideología posee aparatos de reproducción ideológica: la iglesia, la escuela, la familia y los medios de comunicación. Esta idea será la visión que con mayor fuerza defina la mirada sobre los medios de la época.

Junto con la lectura de Althusser, las reflexiones norteamericanas de la Mass Communication Research aparecerán como horizonte negativo para pensar los medios. Es decir, la crítica a una investigación que celebra en la experiencia de lo masivo la democratización de la cultura y que ve a los medios como una parte más de un sistema social que tiende al equilibrio, será un punto de encuentro entre aquellos que asumen la perspectiva de la invasión cultural. Es aquí donde la Escuela de Frankfurt operará como contrapunto de la investigación norteamericana. Frankfurt se lee en América Latina con el objeto de enriquecer la denuncia sobre los medios, desde una amplia constelación de sentidos.

En América Latina, y especialmente en Argentina ligado al movimiento peronista, se impulsará la denominada línea de Pensamiento Nacional, que reivindicará la existencia de un ser nacional negado por las oligarquías locales y por los intereses imperialistas, pero presto a nacer y develarse en sus potencialidades. Esta línea busca la constitución de una epistemología propia para América Latina sobre la reivindicación de una peculiaridad latinoamericana.

Las Críticas

El público se construyó como víctima de un poder tan fuerte que resultaba demasiado difícil salvarse de los designios de los medios. Porque no era el poder de los medios, sino el poder de un sistema total opresivo. Los estudios que trabajarán la capacidad de réplica y creatividad de las clases populares desmentirán esta hipótesis.

También es posible señalar como crítica que en las peores versiones de la perspectiva de la invasión, el dominio de las empresas oligopólicas se presenta como algo externo, sugiriendo que la cultura invadida permaneció pura hasta el momento anterior a la entrada en ella de una fuerza extraña.

Medios para la Resistencia y la Liberación

En estos casos, y en contraposición a los anteriores, se rescatan a los medios y la comunicación como instrumentos para la liberación. Es así que, paralelamente al diagnóstico de los medios como herramientas de dominación y aculturación, se desarrolla en toda América Latina, una importante cantidad de experiencias de comunicación por fuera (y a veces oponiéndose a los medios de comunicación masiva) que se llamó “comunicación alternativa”. Bajo esta denominación se agruparon una serie heterogénea, tanto en sus definiciones ideológicas como teórico-metodológicas, de prácticas y experiencias que tuvieron como objeto la finalidad de constituirse en una opción a las reglas de juego planteadas por un sistema social que posicionaba a los medios como instrumentos de reproducción de las ideologías represivas. Ese sentimiento habla de una matriz amordazada, de unas experiencias de oposición a la dominación elaboradas en América Latina durante siglos de resistencia a la negación de la cultura popular.

Las experiencias de comunicación alternativas se multiplicaron por miles en América Latina, constituyendo un movimiento de gran importancia. Entendiendo la comunicación desde la lucha por la emancipación, no dejaron de plantear la relación entre poder y comunicación, pero desde una concepción del poder diferente a aquella asumida en la perspectiva de la invasión cultural. El poder tenía que ver también con el descubrimiento de su existencia en una dimensión microestructural.

Alternativo significó comunicación por fuera, al margen de los medios: no era la alternativa a unos procesos de dominación en América Latina, sino la alternativa al medio. Al respecto, señaló Barbero la imposibilidad de la vieja y peligrosa ilusión de que lo alternativo pueda venir del medio mismo, y advierte sobre la posibilidad de que lo alternativo, si no es popular, si no hace posible la expresión y aspiraciones de los grupos de base, se degrade en juguete o máquina de dominio.

Es importante tener en cuenta que no siempre se interpretaba lo mismo cada vez que se enunciaba el término popular o alternativo: algunas veces se refería a la posibilidad de crear nuevos sistemas enfrentados al sistema dominante hegemónico; otra vez aludía a una relación horizontal que propiciaba la participación de todos por igual. También se ha diferido en quiénes son los protagonistas de este tipo de comunicación: la mayoría, como ya señalamos, considera que son las clases populares. Pero también se han considerado protagonistas a aquellas personas que, como una opción política, pretendían trabajar con las clases populares, convirtiéndose en mediadores de proyectos sociales. El objetivo que perseguían era la educación de estos sectores, desmitificando las formas de poder y generando prácticas de transformación.

Comunicación Alternativa y Desarrollo

La relación de la comunicación alternativa y el desarrollo surge desde las entrañas de las propuestas desarrollistas en América Latina, ya en la década de los 80. Un ejemplo de ello es la CIESPAL (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina). Se busca, mediante los talleres de comunicación comunitaria, encontrar nuevas fórmulas de organización y participación. Los objetivos son desentrañar el papel que desempeña la comunicación en la creación y ejecución de proyectos de desarrollo, y estimular procesos comunitarios propios de comunicación, mediante los cuales las comunidades analicen sus problemas. En general, la CIESPAL mantiene un tono de denuncia a la propuesta vertical de comunicación por parte de los medios y los gobernantes. También se mantiene la concepción de iluminados que pueden proporcionar las herramientas necesarias para el trabajo de la comunidad.

Las Políticas Nacionales de Comunicación

Las políticas nacionales de comunicación se presentan a través de cinco caminos: un camino práctico, cuya búsqueda es la democratización; un camino teórico que abra perspectivas y busque objetos propios del continente para los estudios de comunicación; un camino político definido por la puesta en común de países con problemáticas similares; un camino institucional que nuclee las inquietudes regionales; y un camino gremialista donde se agrupen los profesionales de la comunicación.

Las Críticas a las Críticas

Muchas veces, los modelos opositores al funcionalismo repitieron modos de concebir las relaciones sociales y comunicacionales, pero imprimiéndole signos opuestos, se mantenía el mismo esquema lineal. El sujeto todavía no está retomado en su plena capacidad de producción significativa, ni en sus instancias de resignificación social y cultural. La construcción estaba dada por la oposición a, y nunca por una afirmación.

Además, nuevas voces que eligieron muchas veces el margen para asentarse dejaban libre el centro, cediéndolo una y otra vez a las posturas hegemónicas. Pensarse como alternativos es, en ciertas circunstancias, no considerarse con elementos suficientes para disputar una concepción de mundo.

Por otro lado, algunos trabajos de la invasión cultural y de la comunicación alternativa han construido una imagen romántica del pueblo. Se folclorizó a los sectores populares, impregnándoles una capacidad y una pureza pocas veces reales. Se cree que con cambiar los dueños de los medios se solucionarían los problemas, sin discutir los complejos entramados que conforman las relaciones comunicacionales.

Por último, se dejaba traslucir que superar la dependencia equivalía a tener otra oportunidad de desarrollo.

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