Evolución Humana y Civilizaciones Antiguas en la Península Ibérica
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El Proceso de Hominización
La hominización tuvo lugar en África durante el Paleolítico. Dentro de este periodo, podemos distinguir tres etapas principales:
Paleolítico Inferior
- Los homínidos de esta etapa, como el Homo antecessor y el Homo erectus, formaban comunidades de cazadores-recolectores nómadas.
Paleolítico Medio
- La península estaba habitada por el Homo neanderthalensis, un depredador con un desarrollo muy similar al del ser humano moderno.
Paleolítico Superior
- El antepasado directo del ser humano actual es el Homo sapiens. Su desarrollo cultural se manifiesta en la variedad y perfección de los instrumentos de piedra, así como en un notable progreso artístico. Los yacimientos más destacables se encuentran en Cantabria (como Altamira) y en la zona de Levante.
Pueblos Prerromanos de la Península Ibérica
Se refiere a los pobladores que habitaban la península antes de la conquista romana.
Tartesios
- Originarios del norte de África, se establecieron en el suroeste de Andalucía y el sur de Portugal. Su principal fuente de riqueza era el comercio de metales.
Íberos
- Ocuparon el litoral mediterráneo y los valles del Ebro y del Guadalquivir. Poseían una lengua común y, además de una abundante cerámica, una rica tradición artística.
Celtíberos
- Habitaban el norte y la meseta, practicando una economía agraria de subsistencia. Estaban agrupados en confederaciones tribales y construyeron ciudades fortificadas, como la célebre Numancia.
Fenicios
- Procedentes del Mediterráneo Oriental, se asentaron en la costa andaluza. Su actividad comercial se basaba en el comercio de metales; desde sus factorías, comerciaban con los pueblos del interior.
Griegos
- Se extendieron por la costa catalana y levantina. La influencia griega es perceptible en el arte, la lengua y las industrias.
Cartagineses
- Fundaron la ciudad de Cartago Nova. Su objetivo principal era el control del comercio de metales y la hegemonía sobre el Mar Mediterráneo y el interior de la península. Para lograrlo, se enfrentaron al ejército romano en las Guerras Púnicas, de las cuales salieron derrotados.
Conquista y Romanización de Hispania
La conquista de la Península Ibérica por los ejércitos de Roma se inició con la Segunda Guerra Púnica, continuó con la conquista de Numancia y culminó con las Guerras Cántabro-Astures, dirigidas por Augusto.
La romanización fue el proceso de asimilación cultural de los modos de vida romanos por parte de los pueblos indígenas. Los principales focos de romanización fueron las ciudades, y sus difusores más importantes, los soldados. Los aspectos más destacados de este proceso incluyen:
La Lengua Latina
- Se impuso primeramente en las ciudades y, más tarde, en las zonas rurales, donde se mezcló con las lenguas autóctonas, dando origen al latín vulgar, del cual derivan las lenguas romances.
El Derecho Romano
- Defendía los derechos del individuo y sentó las bases de la legislación occidental.
La Religión Romana
- Incluía el culto al emperador. Además, llegaron a Hispania religiones como el Cristianismo y otras procedentes del Mediterráneo Oriental.
Construcciones Monumentales
- Templos, foros, teatros, anfiteatros, puentes, pantanos y acueductos, que evidencian la avanzada ingeniería romana.
Las Calzadas Romanas
- Redes de caminos empedrados cuyo objetivo era comunicar las ciudades, facilitando el transporte de mercancías, viajeros y tropas.