Evolución humana: bipedismo, cultura y lenguaje

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El impacto del bipedismo en la evolución

La evolución humana se caracteriza por un aumento progresivo, tanto en volumen como en complejidad neurológica. La liberación permanente de las manos, que se fueron adaptando cada vez mejor para fabricar y usar instrumentos, es decir, desempeñar funciones técnicas, fue un factor clave. Este cambio conllevó una digestión más corta y una modificación en los hábitos de alimentación, lo que dio lugar a nuevos rasgos fisiológicos y a que la especie se volviera omnívora.

Una de las consecuencias fisiológicas del bipedismo fue la neotenia o juvenilización. Debido al estrechamiento de la pelvis, el desarrollo del feto humano en el seno materno no dura el tiempo que le correspondería en comparación con otros mamíferos superiores. Por lo tanto, no tiene lugar la última fase del embarazo, en la que en el resto de los animales se graban distintos patrones de comportamiento. Como resultado, el comportamiento del ser humano es muy flexible a lo largo de su vida. Al nacer, las estructuras del ser humano están inacabadas y su desarrollo posterior es muy lento, conservando características de animal joven durante toda su vida (neotenia).

Cultura y lenguaje: pilares de la evolución humana

Las funciones técnicas, especialmente, hicieron posible la aparición de una actividad de cooperación en los grupos humanos, lo que favoreció la supervivencia. Con el trabajo, el animal transforma la naturaleza y la conducta humana se va haciendo más compleja. Así, apareció la necesidad de distinguir y emitir un número mayor de sonidos distintos que orientasen la conducta (lenguaje). El dominio de la técnica, la organización del trabajo y la posibilidad de comunicación mediante el lenguaje produjeron la aparición de la cultura. Con ella, el animal humano se libera de la necesidad de adaptarse al medio para, en su lugar, adaptar el medio a sí mismo.

Surge la evolución cultural, que es la evolución de la especie humana producida por la transmisión de conocimientos, normas, conductas y creencias.

Las bases biológicas de la cultura: comportamiento animal y humano

Cuando una conducta está fijada genéticamente de tal manera que todos los miembros de una especie la realizan de la misma forma, se dice que es un instinto. Hay muchos animales, sobre todo mamíferos, que desarrollan conductas aprendidas, es decir, conductas que no se heredan biológicamente, sino que se adquieren durante la vida. Por esta razón, muchos autores dicen que los animales viven en mundos cerrados. Sus instintos y conductas aprendidas están adaptados al medio de una forma tan rígida que, si se les traslada a nuevos ámbitos, no se adaptarán adecuadamente.

Frente a los animales, los seres humanos conservamos la capacidad de aprender a lo largo de toda la vida y podemos variar la conducta a cualquier edad y en cualquier espacio geográfico, es decir, vivimos en un mundo abierto. Cada una de las clases de vida, de conjuntos de soluciones que idea un grupo humano ante los problemas que plantea el medio, es lo que conocemos como cultura.

Funciones y concepto de cultura

Según Edward Tylor, la cultura es un complejo que incluye creencias, arte, leyes, moral, costumbres, así como otras capacidades y hábitos adquiridos por el ser humano como miembro de una sociedad. Todas las nociones de cultura incluyen dos aspectos que aparecen en la definición de Tylor:

  • Es aprendida, es decir, no se transmite genéticamente.
  • Es social, todos los aspectos de la cultura se aprenden de otros individuos del mismo grupo.

Se distinguen tres niveles de cultura:

  1. Nivel tecno-económico: comprende todo lo referente a las formas de producir cosas materiales.
  2. Nivel socio-político: comprende las formas de organización social.
  3. Nivel ideológico: creencias religiosas, visiones del mundo, valores, etc.

La cultura cumple una función importante para el ser humano, ya que controla nuestros aprendizajes, orientándonos y dirigiendo así nuestra conducta. Nos hace humanos: nacemos inmersos en una estructura cultural y nos humanizamos al aprender todo lo que ella nos suministra, sea la cultura que sea.

Lenguaje y cultura

Los animales se comunican mediante señales que pertenecen al aspecto natural, genético; no son culturales ni aprendidas. Sin embargo, los seres humanos se comunican mediante símbolos. Estos no se heredan genéticamente, cada individuo tendrá que aprender a usarlos. El lenguaje simbólico es una dimensión fundamental de la cultura, pues permite expresar nuestro pensamiento, facilitando la convivencia y transmitiendo conocimientos.

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