La Evolución Histórica y Teórica del Concepto de Literatura: De la Littera a la Función Poética
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La Definición de Literatura
La pregunta "¿Qué es literatura?" ha ejercido un gran peso en la teoría literaria. Muchas han sido las definiciones dadas; sin embargo, hoy es un fenómeno generalizado el hecho de que esa pregunta no ha obtenido respuestas satisfactorias.
A continuación, vamos a sintetizar todo lo escrito sobre el tema, enfocándonos en aquellos aspectos que puedan oscurecer la claridad del hilo argumental y la claridad expositiva. Veamos cuáles son las cuestiones fundamentales.
1. La Ineficacia del Recurso Etimológico
El recurso a la etimología es ineficaz, porque la literatura no es solo lo consagrado por la littera. La palabra littera significa algo de carácter escrito, y es fundamental en la educación infantil y el primer ciclo de primaria la **literatura oral**.
Así, Don Rafael Lapesa, en el año 1973, define la literatura como: “una creación artística expresada en palabras, aun incluso cuando no se haya escrito, sino propagado de boca en boca”.
2. Variación Histórica del Concepto de Literatura
El concepto de literatura varía a lo largo del tiempo:
- Los antiguos (griegos y romanos) la identificaron con **saber e instrucción**.
- Durante la Edad Media, la literatura se equipara a **erudición** o a *literato* (erudito, saber de todo).
- Esta idea se mantiene hasta el siglo XVIII, momento en el que el desarrollo de las **ciencias experimentales** añade al concepto de literatura el carácter de **actividad**.
En el siglo XIX, se entiende como la actividad del hombre de letras y de productos, es decir, el **conjunto de obras literarias** de una nación, de una lengua y de un espacio geográfico.
El siglo XIX, con el **Romanticismo**, dará otro giro a la interpretación de la literatura, abandonándose un tanto la **retórica**.
3. El Surgimiento de la Validez Intrínseca
No será hasta **Goethe** (finales del siglo XVIII), precedente del Romanticismo, cuando surge un nuevo concepto: la **validez intrínseca de la literatura** (en sí misma).
Tampoco los románticos resolvieron el problema, ya que si bien la materia de la literatura es el **lenguaje** (opinión unánimemente compartida en la actualidad), el lenguaje no es exclusivo de la literatura (la mayoría de los textos son didácticos).
Roman Jakobson y la Función Poética (1923)
En el año 1923, **Jakobson** emerge como una figura clave en el campo de la lengua y lo literario, caracterizando el lenguaje literario a partir de su **función poética**.
Para Jakobson, el lenguaje literario es **semánticamente autónomo**, no dependiente del contexto (explicado, pero no verificado por él).
Añade rasgos clarificadores:
- Es **connotativo** (subjetivo). Ejemplo: el verde simboliza la muerte para Lorca.
- Está lleno de elementos **volitivos y afectivos**.
Estos rasgos diferencian el lenguaje literario del **lenguaje científico** (que es denotativo, y donde predomina el elemento intelectual y lógico) y del **lenguaje al uso** (usual), que tiende al estereotipo y a lo estándar.
Aportes de los Formalistas Rusos
Los seguidores de Jakobson, los **formalistas rusos**, consideran que la connotación no es la única característica del lenguaje literario. Para ellos, es más importante la **ambigüedad** o la **plurisignificación**, motivada por la **polivalencia significativa** del signo lingüístico.
Fernando Lázaro Carreter y la Teoría Literaria
En la misma línea, **Lázaro Carreter** (1979) concebía la teoría literaria como: “toda actividad que tiene que ver con la literatura, entendida esta como producto o como serie inmanente, y que se aplica a investigar, a preguntar en qué consiste tal arte y qué es lo que caracteriza el mensaje artístico en general y en la realidad de las obras concretas”.
Posteriormente (1981: 160-190), define la literatura como:
“un conjunto de mensajes de carácter **no inmediatamente práctico**; cada uno de estos mensajes lo cifra un emisor o autor con destino a un **receptor universal**, constituido por todos los lectores que en cualquier tiempo o lugar acudieron voluntaria o fortuitamente a acogerlo. Este mensaje conlleva su propia situación, lo cual implica que para adquirir sentido debe instalarse en la peculiarísima [situación] de cada lector, constituyendo una **situación de lectura apropiada** a cada persona. Por último, la obra literaria, en función de que debe mantenerse inalterada y ser reproducida en sus propios términos, se cifra en un **lenguaje especial**, cuyas propiedades generales se insertan en las del lenguaje literal, y cuyas propiedades específicas deben investigarse.”