Evolución Histórica de la Ciudadanía y la Distinción Conceptual entre Poder y Autoridad

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Origen y Evolución del Término Ciudadanía

El **término ciudadanía** significa pertenencia a una ciudad. Así, ser ciudadano significa participar en la vida política de la propia comunidad. La concepción de la ciudadanía ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia:

La Ciudadanía en la Democracia Ateniense

En la democracia ateniense se habló por primera vez de ciudadanos, aunque solo eran considerados como tales los varones libres y nacidos en antiguas familias de la ciudad. La ciudadanía era una noción muy restringida.

El Ciudadano en el Imperio Romano

En el Imperio Romano se profundizó en la noción de ciudadano, de manera que las leyes detallaban con exactitud los privilegios y deberes de un ciudadano. Este poseía derechos públicos y privados. Los esclavos y extranjeros quedaron siempre excluidos de la ciudadanía.

La Expansión de Derechos tras la Revolución Francesa

A raíz de la **Revolución Francesa** se promulgaron los *Derechos del Hombre y del Ciudadano*, y se reconoció la categoría de ciudadano sin distinción de clase social, a la vez que se proclamaba su libertad e igualdad. Sin embargo, no desaparecía la discriminación de sexos: la mujer continuaba sin poseer derechos de ciudadanía.

La Ciudadanía en las Democracias Actuales

En las democracias actuales son considerados ciudadanos todos los hombres y las mujeres mayores de edad. Cabe señalar que existen ciudadanos que se sienten menospreciados e infravalorados y que consideran que se les trata como *«ciudadanos de segunda»*. Es el caso de los colectivos de inmigrantes, que ven cuestionados sus derechos y deberes para con la comunidad a la que han acudido a vivir y trabajar.

Diferencia Conceptual: El Poder y la Autoridad

Hemos definido el **poder** como la capacidad de influir y modificar la conducta de los demás de acuerdo con lo que consideramos adecuado.

En este sentido, posee poder tanto el profesor que nos obliga a estar callado bajo **amenaza** de castigo como el que lo consigue **convenciéndonos** de los beneficios de estar atentos. En ambos casos logran modificar nuestro comportamiento, pero solo el segundo posee una **autoridad auténtica**. La **autoridad** es algo que deben reconocernos los demás, y no algo que podamos autoconcedernos nosotros mismos.

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